RALLY DAKAR 2023

El piloto más joven de la historia en ganar un Dakar: thriller final y lágrimas de felicidad

Eryk Goczal y Oriol Vidal entran en la historia de la carrera, después de unos últimos kilómetros frenéticos.

Eryk Gozal rompe en llanto con su padre y su tío al ganar el Rally Dakar 2023. /A.S.O./G.Soldano/DPPI
Eryk Gozal rompe en llanto con su padre y su tío al ganar el Rally Dakar 2023. A.S.O./G.Soldano/DPPI
Sergio Lillo

Sergio Lillo

Al Uqayr.- Su mirada clara como el hielo transmite inocencia, amabilidad y un punto de niñez, pero al otro lado de sus iris se encuentra un cerebro preciso y frío cuando se pone al volante de un coche. Solo tenía 18 años y 55 días cuando el pasado 31 de diciembre debutó en el Rally Dakar, convirtiéndose en el piloto más joven en hacerlo. Solo un día después, se llevó su primera victoria de etapa en la categoría T4 (vehículos ligeros de serie) y 15 más tarde es el piloto ganador de la mítica prueba más joven de la historia. Se llama Eryk Goczal y gestiona una empresa de 48 empleados.

El joven polaco lleva el motor en la sangre. De hecho, recuerda en conversación con Relevo, el primer recuerdo que tiene es el de un quad de plástico que le regalaron cuando tenía cuatro años. Después ya llegaría el de verdad y la gasolina. Nacido dentro de una familia que es propietaria de la empresa de montañas rusas más grande del mundo, desde los 15 años ha estado compitiendo en el campeonato polaco de Drifting (derrapes) con vehículos de 1000 CV. El joven Goczal ha sido campeón de Polonia en dos ocasiones.

Desde hace dos años, su padre, Marek, y su tío, Michal, que llevan dos Rally Dakar cada uno (dentro del top 5 en 2022), empezaron a viajar con él y toda la familia a diferentes desiertos del planeta de excursión. El objetivo era prepararle para estrenarse en la edición 2023 y llegar con los deberes hechos. Pero ha tenido que buscarse su propio patrocinio para estar en la prueba más dura del mundo, y una de las más caras.

A sus 18 años recién cumplido dirige una empresa de construcción con 48 empleados mientras estudia, cómo no, administración y dirección de empresas. Su estreno en una prueba de rally raid llegó el primer fin de semana de diciembre de 2022, en la Baja Dubái, con el español Oriol Mena a la derecha... ¡y la ganaron por delante de su padre y su tío y fueron primeros en la clasificación absoluta, por delante de coches más grandes y potentes!.

"En septiembre, con 17 años, fuimos coche cero en la Baja Polonia y luego ya fuimos directamente al primer fin de semana de diciembre a Dubái, que acababa de cumplir los 18 años. Salimos con la intención de aprender, navegar y sumar kilómetros de dunas. Pero ya el primer día ganamos la etapa absoluta, por delante de coches de los grandes, y luego controlamos la carrera hasta el final. Fue un sueño increíble", recuerda Mena en conversación con Relevo.

"Eryk es muy frío, muy listo y muy trabajador. Dentro del coche es muy perfeccionista, le gusta que le des muy poca información y que sea precisa. Me ha sorprendido mucho porque busca referencias lejos, como cuando vamos en moto y cuando le digo algo que está tres viñetas después conduce mirando lejos, no al suelo. Es muy talentoso, cuida muchísimo la mecánica y te da las gracias por todo. Tiene un saber estar y una forma de razonar las cosas que no es normal para su edad".

De hecho, cuenta Mena, lo primero que hace al bajarse de su Can-Am es dar las gracias a su padre y a su madre, que también ha viajado estas semanas al Dakar con el resto de la familia. Su gusto por la perfección le hizo llegar a completar nada menos que 200 km en el día previo al inicio del Dakar para poner el T4 a su gusto.

Ambos han completado un rally de sobresaliente, sobreponiéndose a los imprevistos casi diarios de la mecánica y la técnica. Pero a la última especial llegaron con 3:24 de desventaja sobre Rokas Baciuskas y Oriol Vidal. Parecía complicado que en los 138 km de la especial final recortasen la diferencia en una categoría tan apretada.

Para colmo, doblaron una barra de la dirección trasera en el km 30 y pincharon una rueda. Todo parecía perdido, de hecho, sus rivales les sacaban dos minutos de ventaja tras los primeros 102 km cronometrados. Pero en un giro de los acontecimientos sencillamente inesperado, sus caras pasaron de la pena a la euforia en cuestión de segundos.

Eryk Goczal, emocionado, abrazado a su madre en el Rally Dakar 2023.  Sergio Lillo
Eryk Goczal, emocionado, abrazado a su madre en el Rally Dakar 2023. Sergio Lillo

En meta, Goczal y Mena esperaban compungidos, de hecho, el catalán hablaba en términos de derrota, sabedor que, si no les pasaba algo, sus rivales se hacían con la victoria. Sentían que habían tocado con los dedos el sueño y que el trabajo que habían hecho era inmejorable... pero que se quedarían sin recompensa. Pero los minutos pasaron y el runrún de que a su rival lituano le había pasado algo se acrecentaba. Finalmente, fue la llegada de su padre y su tío, también competidores, la que les hizo brotar lágrimas de felicidad y locura de sus rostros. Habían visto al lituano parado, con una pieza de la transmisión rota.

Los gritos de Goczal después de verter más lágrimas que en el resto de su corta vida se escucharon por toda la explanada final del Dakar, a pocos kilómetros del mar. Y allí, abrazado a su padre, a su madre y a su copiloto, se dieron cuenta de que tenían que completar los últimos 100km de enlace en 2h15 máximo desde que acabasen la especial. Y ya llevan 45 minutos gastados.

"He ganado el Dakar por tener la mejor persona que he conocido en este mundo de los rallies hasta ahora a mi izquierda. Ganar un amigo y una familia como la que he ganado aquí vale mucho más que un Tuareg en la estantería de casa y que 40 puntos en el Mundial. Las carreras se ganan y se pierden, las personas siempre quedan. Ahora mismo estoy en una nube", comentó Mena antes de salir corriendo hacia el Can-Am.

Las carreras hacia los vehículos se sucedieron y la tensión aumentó. Los tres T4 salieron de la zona de llegada para ponerse a cambiar la barra rota y sustituirla en un tiempo récord. Pero por delante solo les quedaba 1h20 (a las 13:49 locales) para llegar hasta el control horario final. Aunque el tiempo apremiaba, Mena y Goczal se pusieron los cascos, se ajustaron los cinturones y partieron hacia esa merecida recompensa. Y lograron completar la misión. Nada ni nadie les va a quitar su lugar en la historia del rally y un récord que será muy, muy complicado de batir.