RALLY | GIL MEMBRADO

La mayor parte del tiempo lejos de su familia y sin carné... para llegar a ser como Carlos Sainz: "A veces me da algún truquito con el coche"

El joven piloto de rallies sube a Relevo a su coche mientras recuerda su debut con 13 años.

Gil Membrado, en su coche del equipo Past. /RELEVO
Gil Membrado, en su coche del equipo Past. RELEVO
Jorge Peiró

Jorge Peiró

No le gusta utilizar la palabra 'sacrificio'. "A lo mejor esa no es la mejor palabra". El caso es que lleva haciendo muchos esfuerzos desde que debutó con 13 años, cuando compaginaba 2º ESO con el Campeonato de Europa de rallies. Pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa, lejos de familia y amigos, es seguramente el más difícil.

Gil Membrado (2007) sube a Relevo a su coche en plena preparación del rally de Madrid y deja claro que cualquier sacrificio es pequeño si Carlos Sainz entra en la ecuación. "Hay un poco de nervios cuando hablo con él, impone", reconoce el piloto catalán. "Carlos siempre ha sido un referente, lo veía por la tele porque es uno de mis ídolos. Siempre da muy buenos consejos y sabe mucho de coches. Son un poco secreto, alguna vez me ha dado trucos del coche en cuanto a clics y a suspensiones", desliza.

Su sueño, como el de otros tantos pilotos jóvenes, es acercarse a ser una ínfima parte de lo exitoso que ha sido el madrileño. "Es una ilusión desde pequeño, es la ilusión de cualquier piloto, que es ser campeón del mundo de su disciplina, en mi caso los rallies", añade el atleta de Red Bull. Para llegar a ser campeón del mundo algún día y con toda la carrera por delante, Membrado ya ha saboreado la cara menos agradable de ser piloto.

"Cuando me subo al coche, eso compensa totalmente dejar de hacer otras cosas porque la sensación que da el coche de carreras compensa muchas otras cosas. Pero sí, tengo que dejar de hacer cosas de mi vida para poder estar en el coche". Entre ellas, estar lejos de casa, de familia y amigos, además de adaptar su educación a su estilo de vida. De hecho, cuando se monta en el asiento del piloto, no piensa. "Si piensas, te vas", reconoce durante el co-driving con este medio.

Un asiento inventado

Llama la atención la cantidad de correcciones y contravolantes que hace en cada curva del corto tramo que recorre junto a este medio cerca del cementerio municipal de Ajalvir. Sus manos son prodigiosas. "Vamos solo al 60%", dice, mientras pasa por alguna curva a 150 kilómetros por hora. Ese veneno se lo inyectó su padre, Josep M. Membrado, con diez títulos de campeón de Catalunya de Rallies en su haber.

Y sin carné de conducir. Cuando toca reconocer un tramo nuevo, la historia con Gil Membrado es diferente a la del resto de pilotos. El catalán recorre el terreno apostado en un asiento central improvisado, entre piloto y copiloto, junto al compañero que le va a cantar las indicaciones cuando llegue el fuego real, Pablo Sánchez-Herrero, en este caso.

En el equipo explican que suelen dar un par de vueltas para reconocer el terreno. El joven piloto lleva tiempo haciendo esto, desde hace cuatro años, cuando debutó en los Países Bálticos. "Era el único sitio donde con 13 años se podía competir a rallies. Hice dos temporadas allí, que me fueron muy bien para mi aprendizaje. Y luego, a los 16 años, cuando ya abrieron la ventana de poder correr en España, ya vine hasta aquí".

No recuerda bien sus primeros kilómetros. "Al lado de casa, a 20 minutos, tenía un karting. Y con, no recuerdo bien, 4 o 5 años, no me acuerdo, me lo han contado mis padres. Empecé a rodar, luego paré un tiempo, no me gustaban mucho los coches", hasta que llegó al karting de Fernando Alonso. "Un día hice el campus de karting de Fernando Alonso, y allí volví a empezar un poco a coger el hilo. Y luego ya salté a los karts, después al kartcross, que es lo mismo, pero en tierra", añade.