Irlanda se estrelló contra su propia maldición

Era el día D, la hora H y la eliminatoria E marcada en rojo en los calendarios de los irlandeses. En este Mundial sí era el run run que, tras una primera fase de grupos perfecta, rondaba las cabezas de los aficionados al XV del Trébol. Pero este año tampoco fue. Los irlandeses tendrán que esperar cuatro años más para conseguir ganar una eliminatoria y pasar de cuartos de final en una Copa del Mundo.

Los hombres liderados por Andy Farrell y Johnny Sexton tenían todo a favor, excepto el rival que un calendario caprichoso destinó para la ocasión. Pero si quieres ser campeón del mundo tienes que ganar a los mejores y eso Irlanda anoche no lo hizo.

El partido nada tuvo que ver con la otra eliminatoria de cuartos de final disputada entre Gales y Argentina donde Los Pumas se llevaron el gato al agua, aprovechando los fallos galeses. Gracias a ello estarán en semifinales del Mundial de Rugby sin cuajar, hasta ahora, un Mundial nada brillante. Lo dos semifinalistas parecen llegar de diferentes mundiales.

Intensidad, emoción, juego y mucho rugby se pudo ver en el Irlanda vs Nueva Zelanda, sin duda uno de los mejores partidos que se pueden ver en actualidad del mundo oval.

La realidad de los últimos meses daba a Irlanda el cartel de favorito. El cartel de presentación los irlandeses era inmejorable: 17 victorias consecutivas (incluyendo a equipos como Nueva Zelanda x2, Sudáfrica x2, Australia, Escocia, Inglaterra, Francia, Gales, Italia, Fiyi…) y número 1 en el ranking mundial de World Rugby. Pero esa perfección mostrada con anterioridad, tuvo sus fugas en esta final adelantada.

Pese a que Irlanda llevó el peso del partido, los All Blacks siempre fueron por delante en el marcador. Los de negro hicieron valer el peso de las "tres copas del mundo" que lucen en su camiseta.

Los del Trébol estuvieron hasta veinte minutos con un jugador más sobre el campo (por las amarillas a Aaron Smith en la primera parte y Codie Taylor en la segunda), pero no supieron aprovechar esa superioridad numérica y siempre se paga el desperdiciar esas ventajas en un partido a vida o muerte.

El partido, que era una final adelantada para muchos, dejó la mejor versión de los All Blacks de hoy en día. No son aquel equipo excelso liderado por Richie McCaw y Dan Carter pero es el equipazo liderado por los Barrett, Ardie Savea y Aaron Smith que puede ganar a cualquiera de los favoritos, o también perder (como ya hizo con Francia en la fase de grupos).

Por su lado, los irlandeses cometieron algunos errores que les condenaron. Para la historia de este Mundial queda el ensayo salvado por Jordie Barrett, dando la vuelta a Ronan Kelleher sobre la línea de ensayo. Pero también los golpes de castigo irlandeses concedidos dentro de su campo que dieron opción a los All Blacks de obtener nueve puntos (6 de Jordie Barrett y 3 de Mo'unga) que a la postre fueron definitivos.

La épica, como buena batalla se reserva para el final. Una última jugada, con 36 fases seguidas del ataque irlandés, murió en la orilla a manos del segunda línea neozelandés, Brodie Retallik, que pescó el balón y forzó el retenido de los del Trébol que supuso el disparo de muerte para los irlandeses y el billete para las semifinales para los All Blacks.

El de anoche seguramente sea el último partido de Johnny Sexton con su selección. Se va uno de los jugadores más importantes de la historia del rugby irlandés. Con el '10' a la espalda ha batido casi todos los récords con su selección: jugador con más caps con Irlanda, con más puntos, cuatro veces campeón del Seis Naciones, dos Grand Slams y tres Triples Coronas.

A nivel individual, como jugador, el currículum se engrandece todavía aún más cuando fue nombrado Mejor Jugador del Mundo de 2018, dos tours con los British and Irish Lions, cuatro veces campeón de la Champions Cup, una vez campeón de la Challenge Cup y seis veces campeón de la Guinness PRO 14.

El 'Todavía sigues siendo el mejor, papá" del hijo pequeño de Sexton tras la conclusión del partido todavía resuena en la cabeza de los aficionados irlandeses.

Será complicado, para quién venga detrás, tomar un relevo/testigo de estas características para el XV del Trébol.