MUNDIAL DE RUGBY

La vida de François Pienaar tras la final de Invictus

El capitán de los Springboks en la histórica final de 1995 fue mucho más que un jugador gracias al impacto de Mandela en su vida.

Pienaar junto a Kolisi en la celebración de 2019/GETTY
Pienaar junto a Kolisi en la celebración de 2019 GETTY
Sergio Cerqueira

Sergio Cerqueira

Hay partidos que no solo condicionan carreras deportivas, también cambian vidas. Para François Pienaar, la final del Mundial de 1995 fue uno de esos partidos. El capitán de los Springboks, que durante todo el encuentro representó la voluntad de Mandela sobre el terreno de juego, fue esencial en el triunfo sudafricano, algo que no fue fruto de la casualidad.

Pienaar es originario de Vereeniging, una ciudad satélite de Johannesburgo muy industrializada, donde se crio en una familia afrikáner (descendientes de los colonizadores neerlandeses de Sudáfrica) de clase media. Desde joven practicó rugby y cricket en las ligas escolares hasta que durante la adolescencia tuvo que tomar una decisión. Fue entonces cuando se decantó definitivamente por el deporte oval, lo que le permitió conseguir una beca para estudiar Derecho y desempeñarse como flanker en el equipo de la Universidad de Rand.

Lo que sucedió en los años posteriores fue una escalada sin precedentes en el rugby sudafricano. Tras cuatro años defendiendo los colores de la Transvaal Rugby Football Union (posteriormente conocida como los Golden Lions), donde ganó múltiples competiciones como el Super 10 o la Currie Cup, fue convocado por primera vez con la selección bokke. En su primera internacionalidad con los Springboks fue nombrado capitán del equipo, para sorpresa de muchos.

Con el 6 a la espalda, lideró a Sudáfrica en 29 encuentros con un sólido 65.5% de victorias entre las que destaca una que tuvo lugar el 24 de junio de 1995 en el Estadio Ellis Park de Johannesburgo. Aquel día, Nelson Mandela le entregó en mano la Copa del Mundo. Aquel día, ambos unieron a un país dividido. Pero, ¿qué sucedió después?

"Hoy no nos apoyaron 60.000 sudafricanos, lo hicieron 43 millones"

François Pienaar Capitán de los Springboks Campeones del Mundo en 1995
Pienaar saluda a Mandela tras recibir la Copa del Mundo GETTY
Pienaar saluda a Mandela tras recibir la Copa del Mundo GETTY

Un final agridulce

En 1996, tan solo un año después de liderar a los Springboks hasta la cima del rugby mundial, Pienaar dejó de vestir el polo verde y dorado. Una polémica disputa con el seleccionador de aquel entonces, Andre Markgraaff, supuso el final de su carrera internacional. Hoy en día, 27 años después, todavía se desconoce el motivo real del enfrentamiento entre capitán y entrenador. Pienaar defiende que Markgraaff vio amenazado su poder sobre el vestuario con el flanker dentro del equipo, el exseleccionador siempre ha asegurado que es una cuestión de rendimiento. Según él, las constantes lesiones impedían que François estuviese al nivel que requiere jugar con los bokke.

Después de aquel incidente, Pienaar viajó hasta Watford para empezar una nueva etapa en la élite del rugby europeo con los Saracens como jugador-entrenador. Allí logró una Pilkington Cup y un subcampeonato en la Premiership Rugby, la máxima competición inglesa. Tras cuatro años más que satisfactorios que le permitieron llevar al conjunto saraceno al primer nivel europeo y capitanear al combinado de los Barbarians en Twickenham, el flanker sudafricano colgó las botas para asumir el cargo de CEO de los Saracens.

Pienaar jugando para los Saracens en 1999 GETTY
Pienaar jugando para los Saracens en 1999 GETTY

En los despachos, la leyenda bokke no fue tan exitosa como sobre el terreno de juego. En el 2000, su primer año liderando la institución, el equipo no logró los resultados deseados, lo que ocasionó que algunos de los nombres más destacados de aquel vestuario abandonaron el equipo y Pienaar tuvo que asumir la dirección técnica del equipo durante la temporada siguiente y compensar las bajas con jugadores de la cantera para mantener la categoría. Durante esa temporada, abandonó el cargo y regresó a Sudáfrica junto a su familia.

Curiosamente, Pienaar es uno de los inversores del consorcio Kimono House Limited que adquirió los Saracens en octubre de 2021, por lo que continúa ligado al equipo inglés en cierta medida.

Desde entonces, François se ha desvinculado casi por completo del mundo competitivo aunque continúa colaborando ocasionalmente con medios deportivos como comentarista y tertuliano en programas de rugby. Además, es una figura muy relevante en la industria del deporte sudafricana y forma parte de algunos de los comités organizativos de grandes eventos deportivos como la Maratón de Ciudad del Cabo o la candidatura fallida para albergar el Mundial de rugby de 2011 en Sudáfrica.

Tras su retirada, también ha logrado multitud de reconocimientos profesionales como el doctorado honoris causa de la Universidad de Hertfordshire o su inducción en el 2011 en el World Rugby Hall of Fame, compartiendo promoción con algunas estrellas a las que él mismo se enfrentó como el inolvidable Jonah Lomu. Además, gracias a la difusión de su historia que logró el libro de John Carlin y su posterior adaptación a la gran pantalla, se le puede encontrar impartiendo conferencias motivacionales por todo el mundo.

Su relación con Mandela

La unión entre Madiba y el capitán de los Boks se fortaleció aún más tras el éxito en la Copa del Mundo. Pienaar ha relatado en múltiples ocasiones que compartieron varias conversaciones telefónicas cuando no se encontraba en Sudáfrica y, cuando regresaban a su tierra, los solía recibir en su residencia para tomar el té y charlar. La cercanía entre ambos llegó a tal punto que los hijos de Pienaar consideraban a Mandela su padrino.

Los Springboks del '95 celebran 20 años desde su triunfo junto a la estatua de Mandela GETTY
Los Springboks del '95 celebran 20 años desde su triunfo junto a la estatua de Mandela GETTY

Madiba fue el líder que los sudafricanos necesitaban para dejar atrás el apartheid, pero no se le debe restar importancia a lo que representó el capitán de los Springboks en aquella época. El '6' bokke fue el vivo ejemplo de cómo los afrikáneres debían interpretar la ascensión de Mandela al poder. Era el momento de que aquella minoría blanca dejase atrás su posición discriminatoria de superioridad y diese la oportunidad a sus compatriotas negros de trabajar juntos por el bien del país. Madiba abrió un camino, Pienaar lideró a todos los que decidieron recorrerlo.