Se retira el 'pequeño' granjero de 2,02 metros y 117 kg que llegó a ser leyenda All Black
Sam Whitelock se convirtió en el neozelandés con más partidos jugados con la selección de Nueva Zelanda.
![La leyenda de los All Blacks Sam Whitelock. /AFP](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202404/06/media/cortadas/sam-whitelock-RMIH6aw0G0tTNekPhWE05SN-1200x648@Relevo.jpg)
Mucho se había hablado de su posible continuidad durante un año más, pero esta semana el neozelandés con más partidos jugados con los All Blacks (153), Sam Whitelock, ha zanjado todas especulaciones de un plumazo.
"Tuve algunas conversaciones con mi esposa Hannah y los niños sobre cómo será el futuro para nosotros. Y es hora de terminar el capítulo del rugby", dijo a través de un comunicado de Nueva Zelanda Rugby.
El segunda línea de los All Blacks consiguió un logro muy importante y difícil dentro del mundo del rugby: convertirse en el jugador con más partidos jugados con el helecho plateado al pecho. Es algo único, pero su carrera como rugbier comenzó rodeado de animales en una granja jugando junto a sus hermanos.
"Lo que me enorgullece es que nunca conté los partidos internacionales", añadía el coloso neozelandés de 2,02 metros de estatura y 117 kilos de peso.
Una vida ligada al rugby
Sam Whitelock nació para jugar al rugby, nació para ser All Black. Lo llevaba escrito en la frente desde bien joven. Nacido en Palmerston North en 1988, su padre, su tío y su abuelo fueron All Blacks y él desde muy pequeño jugaba al rugby con sus otros tres hermanos.
Entre vaca y vaca que tenían que ordeñar, los cuatro hermanos se picaban a pachangas infinitas de rugby en la granja donde se criaron. Con el ejemplo de sus mayores, años después los cuatro conseguirían jugar con la franquicia del Super Rugby, Crusaders.
Adam, uno de los hermanos pequeños de Sam, todavía recuerda la figura de su abuelo y cómo por jugar al rugby superaba hasta las heridas causadas por la Segunda Guerra Mundial:
"Tenía mucha metralla en la parte inferior de la espalda y la pierna. Querían amputársela, pero él no les dejó porque era un jugador prometedor. Tenía un agujero en la pierna en el que le metían madera, se lo ataban y así jugaba", apuntaba.
De los cuatro, el que antes pegó el estirón (y vaya estirón) fue Sam. Poco a poco fue destacando en el puesto de segunda línea, hasta llegar a debutar con los All Blacks en el año 2010.
Un curriculum envidiable
Hablar de Sam Whitelock en el mundo del rugby, es hablar de este deporte en esencia pura.
Con dos mundiales ganados (de cuatro disputados) en 2011 y 2015, siete títulos de Super Rugby conseguidos y once Rugby Championship en el bolsillo con los All Blacks, Whitelock, además haber entrado en la historia por ser el jugador con más caps con los neozelandeses, también es uno de los jugadores más laureados de la historia del deporte oval.
Su último entrenador con la selección neozelandesa, nunca dudó en deshacerse en elogios para él:
"Sam es un inmortal de nuestro increíble juego".
"En términos de rugby, el impacto de Sam ha sido inmenso, tanto mental como físicamente, durante cuatro ciclos de Copas del Mundo. Es un ganador que estuvo a la altura de cualquier ocasión, ya que su espíritu competitivo lo llevó al más alto nivel de desempeño", sentenciaba Scott Robertson.