Carlitos Alcaraz como si nada

"Suerte". Así respondió Alcaraz, casi entre risas, cuando le preguntaron por el punto decisivo de su debut en Madrid el pasado viernes. Carlitos salvó una bola de 'break' con un set en contra y la amenaza de un 2-4 en la segunda manga con un golpe a bote pronto en la red. Los campeones se quitan importancia.
Alcaraz juega tan bien al tenis que puede que ese sea su único problema. Es tan superior que no le va a hacer falta la épica de Nadal. Aunque Alcaraz, acostumbrado a ganar partidos que duran menos que una novelita de aeropuerto, vivió un inicio áspero en Madrid y tuvo que mostrar una nueva cara: la del superviviente.
Los mejores deportistas, los mejores en general, son los que muchas veces están al borde de caer y se levantan, como si nada. Alcaraz estuvo a punto de dejarnos sin Madrid Open el viernes previo. Pero no. El español se repuso al juego imparable de Ruusuvuori y no le pudo la presión; cuando todos temían nerviosos él remontó, tan normal.
Carlitos vive con la naturalidad con la que juega. Antes de subirse a responder preguntas ante la prensa, Alcaraz le tira la sudadera a uno de los miembros de su equipo. Ropa ancha, siempre risueño. Reconoce sus errores, acepta la realidad. "Ha sido una parada mental. Yo no apoyo ese tipo de cosas, pero hoy me ha salido y me arrepiento", comentó sobre el momento en el que tiró su raqueta al suelo.
Al terminar su partido contra Ruusuvuori se quedó firmando autógrafos y también posando en fotos. Atendió a su amigo Reguilón y después a Morata. Pero Carlitos es del Real Madrid. "Haaland es una auténtica bestia, pero el Madrid en Champions es como Rafa en Roland Garros", comentó en el podcast del Madrid Open. Una semana, una eliminatoria, con ratos de todo tipo, para demostrar que son los campeones. Como si nada. Que se prepare primero Dimitrov y después el Manchester City.