Alcaraz sacude por la vía rápida y a medio gas al 'Federer' brasileño

En los primeros juegos del Alcaraz - Seyboth Wild el público de la Manolo Santana se quedó clavado en un recuerdo: la forma de sacar del tenista brasileño, desconocido para la mayoría, asombraba por su parecido a la Gran Leyenda. Roger Federer. Como si en la despedida madrileña de Nadal también apareciese el suizo. Pero nada de eso. Alcaraz le despachó rapidito.

El partido sólo tuvo historia en el inicio. Arrancó con un 3-3 muy igualado, en el que Seyboth Wild exhibió su talento y Alcaraz jamás le perdió la cara a los puntos. Con el empate en el marcador, al brasileño de 24 años le entró el vértigo. No se lo creyó. Y Alcaraz siguió a lo suyo, sin hacer ningún esfuerzo exagerado, firme, y con algún regalo para el espectador, como una dejada preciosa de volea de revés, justo antes de cerrar el primer set. 6-3.

El parcial de 'Carlitos' fue imparable. Seyboth Wild no volvió a apuntarse un juego hasta el 1-5 del último set, y se le quedó una mirada 'picassiana', sin saber muy bien qué le estaba pasando por encima. El brasileño, la sorpresa del pasado Roland Garros, fue atropellado por un Alcaraz que sigue agarrando sensaciones. Sin forzar.

En los últimos juegos del choque a la gente hasta le dio tiempo a indagar sobre el rival del español, con una vida un tanto curiosa. Su carrera se vio alterada por líos judiciales y una declaración de su exnovia, que aireó el pasado familiar de Seyboth Wild, vinculado con el nazismo.

Se hizo corto el partido. Una sobremesa reducida. El público se quedó con ganas de disfrutar aún más a Alcaraz. Nada exigido desde el sexto juego del choque, con un parcial de nuevo juegos consecutivos que fulminaron a Thiago Seyboth Wild en un abrir y cerrar de ojos. El duelo no tuvo misterio. Al final no fue Federer. Fue Carlos Alcaraz. 6-3, 6-3. El murciano se medirá a Struff en cuarta ronda, el rival al que se enfrentó en la final de la pasada edición de Madrid.