¡Alarma Alcaraz! Se tuerce el tobillo y se retira en Río de Janeiro

El peor inicio pensado para Carlos Alcaraz. El tenista murciano apenas había disputado dos puntos en su debut en Río de Janeiro contra Thiago Monteiro cuando sufrió una fea caída en la que se torció el tobillo derecho, obligando a detener el encuentro durante unos minutos.

"Mañana me someteré a pruebas de imagen para ver qué sale, pero tanto mi fisio como el de la ATP creen que no es algo serio", afirmó el valenciano de 20 años y vigente campeón de Wimbledon en una rueda de prensa que ofreció tras su abandono en el torneo brasileño por lesión.

El tenista agregó que, dependiendo de los resultados de los exámenes a los que será sometido el miércoles en Río de Janeiro, decidirá sus pasos en la actual temporada, pero que por ahora no puede descartar ningún torneo.

"Al final el tobillo aún está caliente. Tiene que enfriarse y tengo que ver las sensaciones para definir mis siguientes movimientos. Tengo que esperar lo que sale en las imágenes y, a partir de ahí, tomar un rumbo u otro", aseguró el exnúmero uno del mundo al descartar cualquier decisión precipitada.

En un primer momento, miembros de su equipo se apresuraron en aplicarle hielo en la zona dolorida, con la esperanza de poder seguir disputando el partido. Todo parecía indicar que el torneo se acababa ahí para Alcaraz. Pero el español decidió seguir después de que se le vendase el tobillo, aunque con un rostro no del todo tranquilizador.

Las sensaciones no eran las mejores. A Alcaraz no se le veía cómodo. Sus movimientos no eran fluidos, pero quería continuar jugando. De hecho, fue capaz de ganarle el primer juego a Monteiro. Pero su tobillo dijo basta. Al poco tiempo de disputar el segundo juego, Alcaraz dio por terminado su duelo y, por consiguiente, su breve periodo en Brasil.

Su tobillo derecho se torció probablemente por la dificultad de deslizarse en la muy húmeda tierra batida de la cancha principal del Jockey Club, bañada por la lluvia que cayó desde la tarde de este martes sobre la ciudad postal de Brasil.

Las precipitaciones, mal recurrente del certamen, obligaron incluso a postergar durante tres horas el comienzo de la segunda jornada y a aplazar cuatro partidos para el miércoles. Tras la magulladura, el prodigio ibérico se trasladó a su asiento, donde fue asistido durante diez minutos.

Su tobillo fue vendado y estabilizado ante la mirada preocupada de su entrenador, el extenista español Juan Carlos Ferrero, quien desde la tribuna seguía atento la situación de su pupilo.