El hombre que sabe todos los secretos del Godó: "Llevé a Borg al Camp Nou en un Dos Caballos"

En las pistas del Real Club de tenis de Barcelona han jugado algunos de los mejores tenistas de la historia. Rod Laver, Manolo Santana, Guillermo Vilas, Bjorn Borg, Ivan Lendl, Mats Wilander o Rafael Nadal son sólo algunos nombres de los que han desplegado su tenis por Pedralbes. Y hay una persona que ha visto a todos.

Se trata de Joan Dou, juez de línea del torneo desde 1967 y que lleva desde entonces sin faltar a una sola edición. Con la de 2023 suma ya 56 participaciones en el Conde de Godó, un récord absoluto. "Sólo me he perdido la edición del Covid y fue porque no se jugó", cuenta a Relevo Joan, de 71 años y que mantiene intacta la memoria y el bigote.

Joan Dou era socio del Real Club de Tenis Barcelona y en aquella época los chavales del club eran los que hacían de jueces de línea cuando el torneo aterrizaba en Pedralbes. "El que más me impresionaba era Rod Laver. Tenía un tenis perfecto", asegura.

A los pocos años, y como por aquel entonces no pedían título, Joan ascendió y se convirtió en juez de silla. "He arbitrado a los mejores de la historia, como Laver, Rosewall, Nastase, Lendl, Wilander, Vilas...", rememora. El tenis estaba lejos de ser la industria que es ahora, por lo que el trato con los jugadores también era muy diferente. "Yo llevé a Borg al Camp Nou en un Dos Caballos. Quería ver al Barcelona y le conseguimos unas entradas. Nos decía 'grasias, grasias'".

También se acuerda de una discusión con Ivan Lendl. Era 1980 y lo tiene grabado a fuego en la memoria. Joan cantó mala una pelota de Lendl porque había visto dos botes. El jugador se enfureció pensando que sólo había botado una vez, se acercó a la silla y empezó a agitarla. "¡Speak English! ¡Speak English!", le gritaba el checo. Joan no sabía mucho inglés. "Two bots", le contestó. Joan quería decir que la pelota había botado dos veces, pero no sabía decirlo en inglés. "Todavía hoy hay quien me recuerda eso de los two bots", dice riéndose.

Aquel partido de 1980 fue uno de sus últimos como juez de silla. "Lendl me fulminó", cuenta. Al poco tiempo, Joan se bajó de la silla. Pero ahí no se acabó ni mucho menos su aventura: desde entonces sigue ejerciendo cada año de juez de línea: "Para eso no nos piden inglés".