La prueba de resistencia de Nadal que servirá para los Juegos: "Veremos cómo me levanto"
Un durísimo partido contra Navone, al que sobrevivió, le permitirá saber si su cuerpo es capaz de recuperarse bien de un día para otro.
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"Veremos cómo me levanto el sábado". Rafa Nadal sigue pensando en el día a día, tampoco tiene otro remedio. Después de muchos años de tenis, de una gloria casi inigualada, se ha convertido en un reo de su físico. Siempre fue más frágil que sus rivales, ahora cada día es un reto. Tras jugar más de cuatro horas contra Navone en Bastad, la alegría de la victoria va acompañada de las dudas del día siguiente.
"Lo primero de todo, quiero descansar esta tarde. Estoy tratando de recuperar mi cuerpo e incluso si es un cuerpo joven, es hora de trabajar en la recuperación", explicaba en la pista tras su victoria en Bastad.
Nadal, a pesar de su enorme experiencia, vive en un territorio inexplorado. Este año ha vuelto a jugar después de un año en el que prácticamente no pudo coger una raqueta. El hecho de haber tenido que volver casi de cero le ha llevado a nuevas dudas e incertidumbres.
El partido con Navone es una buena noticia. Primero por la victoria, segundo por la supervivencia. Nadal ha jugado relativamente pocos partidos este año, una lesión le apartó de una buena parte de la primavera y un mal cruce en Roland Garros, donde perdió en primera ronda con Zverev, le ha limitado los test a los que tiene que someter a su cuerpo. El partido de Navone es el más largo en mucho tiempo y el simple hecho de haber llegado con la suficiente frescura al final para ganarlo es un buen síntoma. Por eso, cuando se le puso un micrófono delante, celebró haberse mantenido "físicamente hasta el final".
En teoría este sábado tiene doble sesión, en individuales y en dobles. La semifinal. Es la ronda más avanzada a la que ha alcanzado este año y su nivel de juego, en tierra batida, sigue siendo a tener en cuenta. Servirá, además, para saber la capacidad de recuperación de Rafa, algo especialmente importante de cara a los Juegos. Porque una cosa es sobrevivir a cuatro horas y otra poder hacer un esfuerzo similar al día siguiente.
Él, en todo caso, niega que todo esto esté siendo un ensayo de cara a París. "Sinceramente yo no lo veo como una preparación, cuando juego un torneo no estoy pensando en prepararme para otro. No me tomo este torneo como una preparación sino uno para jugar bien y para ver hasta dónde puedo llegar. "
Es verdad que, quizá, en otros tiempos Navone no le hubiese plantado la misma cara, que le hubiese ganado con más facilidad. Nadal, en 2024, sigue siendo competitivo y batallador, pero probablemente no tan abrumador como fue en el pasado en esta superficie.
"Fue un partido con muchas dinámicas cambiantes en cada set, por momentos él estaba en control, por momentos yo estaba en control, pero al final nadie estaba en control. Tuve una buena oportunidad en el segundo con ese 3-0, luego estuve muy cerca de perder ese partido, y luego en el tercero la tuve de nuevo con el 5-2, pero Navone es un gran luchador y creo que jugó un gran partido, le deseo todo lo mejor para el resto de la temporada", explicaba el español tras su encuentro.
Hay algo un poco extraño si se tiene en cuenta la carrera Nadal que ocurrió en este partido: la duda. El balear afirma que "perdió la concentración por algunos momentos" y eso desde luego no es habitual en la carrera de un jugador del que todos sus rivales hubiesen querido robar su mentalidad de hierro y su extrema capacidad para estar concentrados. Son nuevos tiempos, en esto también toca adaptarse. "He tenido más altibajos de lo que me hubiese gustado, a veces es duro aceptar para mí, yo que he tenido siempre he tenido mucha concentración siempre, que nunca he perdido el foco, hoy es más difícil", explicaba más tarde en la rueda de prensa.
"Veremos cómo estoy mañana, pero por hoy estoy en semifinales, no puedo dar las gracias lo suficiente a todo el apoyo que estoy teniendo", decía tras el partido. Porque Bastad es un torneo pequeño en Suecia, pero también una prueba muy importante para la temporada de Nadal. Si se ha apuntado a dobles, con lo que supone para el físico esta paliza, es porque le está sirviendo casi como ensayo general para lo que serán los Juegos.
En París, en las pistas de Roland Garros, en el lugar en el que forjó su imagen como uno de los grandes de la historia del deporte, se disputan los Juegos Olímpicos. Estará en el individual y también jugando dobles junto a Alcaraz. Tendrá allí una carga similar a la que se está encontrando en Suecia, muchos partidos en muy pocos días, la necesidad de afinar el físico para tiempos de recuperación algo escasos. De momento no va mal, el tenis va dando para ganar partidos. Y mañana, quizá, sabremos mejor si el físico también está a la altura del reto.