TENIS

Feliciano López, el último romántico del saque-volea

El toledano, que ha colgado la raqueta ese jueves, explica en Relevo por qué una de sus jugadas maestras, el saque-volea, ya apenas se utiliza.

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Nacho Encabo
Michèle Novovitch

Nacho Encabo y Michèle Novovitch

El 23 de junio de 2019, Feliciano López celebró sobre la hierba de Queen's el séptimo y último título de su carrera. Acabó el partido con un punto que lleva su firma, subiendo a la red a volear después del saque. Con su retirada este jueves en el Mallorca Championship, el tenis pierde al último mohicano del saque-volea, una estrategia que cada vez menos utilizada pese a que su porcentaje de efectividad se mantiene en los niveles de siempre.

A tres meses de cumplir los 42 años, cuelga la raqueta el último superviviente de esa generación con aroma a pureza, a tenis antiguo, el que se jugaba de blanco, con el revés a una mano, elegancia en cada golpe, sobre hierba y acabando muchos puntos flotando sobre la red. 

Relevo se citó hace unos meses con Feliciano López en una pista de tenis para que fuera él mismo quien explicara por qué hace décadas el saque-volea era la norma y ahora es la excepción.

Feliciano López analiza la desaparición del saque-volea como estrategia en el tenis. Michèle Novovitch

"Ahora todo es mucho más homogéneo y la evolución de las raquetas, los cordajes, las pistas y las pelotas ha llevado a un estereotipo de jugador potente, que juega desde el fondo y que tira winners desde cualquier lado", analiza el zurdo nacido en Toledo. "Poco a poco se ha ido muriendo ese estilo de juego que a mí me gusta. Y no lo digo porque yo lo haya practicado, sino porque a mí lo que me parece auténtico del tenis es la diversidad tan grande de estilos que hay".

Para ver cómo ha ido disminuyendo la utilización del saque-volea, nada mejor que acudir al césped de Wimbledon, el templo por antonomasia de las subidas a la red. Según las estadísticas publicadas por el analista de estrategia de la ATP Craig O'Shannessy, en la edición de Wimbledon 1997 (el primer año en el que se recogieron estos datos) los jugadores realizaron el saque y volea en el 66% de sus primeros servicios, mientras que en 2017 la cifra se redujo al 10%.

ESTRATEGIA DEL SAQUE Y VOLEA EN EL PRIMER SERVICIO

Las raquetas de madera obligaban a subir a la red

"Para los que ven el tenis ahora igual les resulta raro ver a alguien sacar y subir", admite Feliciano López. "Es una estrategia que nace porque antiguamente se jugaba con raquetas de madera, que eran pesadísimas y era imposible acabar el punto desde el fondo de la pista. Subir a la red era la única manera de hacer un winner".

Efectivamente, cuesta buscar vídeos de la época de Rod Laver y Manolo Santana en los que los jugadores no suban a la red a acabar los puntos. Por aquel entonces, el césped de Wimbledon de la zona de la volea llegaba a duras penas a la final. En los últimos años los cuadros de saque están impolutos el último día de torneo y es la zona del fondo la que es más arena que hierba.

Las raquetas de madera dejaron de usarse a finales de la década de los 80, la primera época dorada del tenis con jugadores como John McEnroe, Ivan Lendl o Jimmy Connors y en la que empezaron a despuntar Boris Becker y Stefan Edberg. Ya en los 90, con la revolución de las raquetas de fibra de carbono, de grafito y demás materiales, llegaron los Pete Sampras, Andre Agassi y compañía. Y a principios de los 2000 se escribieron los últimos versos del saque-volea como estrategia común.

"En Wimbledon 2003, Federer me hacía el saque y volea prácticamente en el 100% de los puntos con primer saque"

Feliciano López Tenista

«El estereotipo del jugador actual no me enamora»

Desde entonces, en el circuito se ha impuesto el juego desde el fondo de la pista. Con la evolución de los materiales y la preparación física, los tenistas de hoy en día siguen un patrón común: son altos, golpean fuerte desde ambos lados, sacan durísimo y restan muy atrás. Feliciano López recuerda además que cuando él empezó a jugar sus 1,88 metros le hacían ser uno de los más altos del circuito. Ahora es difícil ver a tenistas de menos de 1,85 triunfando en el circuito.

A todo eso hay que añadir que hasta mediados de los 70 todos los Grand Slam salvo Roland Garros se disputaban sobre césped, la superficie más rápida y sobre la que es más fácil desplegar el saque y volea. Actualmente las pistas son las más lentas de siempre, lo que facilita el juego desde el fondo.

A pesar de todo ello, el saque y volea sigue siendo una estrategia tremendamente eficaz las pocas veces que se utiliza. "Al final, como se ha dejado de hacer durante muchos años, los jugadores ya no están acostumbrados a enfrentarse a rivales que hagan eso", comenta Feliciano López, que recuerda con una mirada especial su enfrentamiento con Roger Federer en los octavos de final de Wimbledon 2003.

"Federer me hacía el saque y volea prácticamente en el 100% de los puntos con primer saque y con el segundo saque te diría que un 50%. A partir del 2004 o 2005, Federer apenas ha subido a la red, salvo cuando va por delante en el marcador claramente. Es la prueba de que todo ha ido hacia un camino y de que se ha creado un estereotipo de jugador que a mí personalmente no me enamora".