Joan Balcells, el héroe olvidado de la primera Davis: "El tenis es la jungla, la ley de la selva. El circuito te echa fuera"
El catalán, que ganó con Corretja el dobles en la final del año 2000, repasa su carrera en Relevo: "Después de la Davis busqué esa emoción y no la encontré".

Barcelona.- Bandana de motero y patillas peludas hasta el cuello. Muchos se acuerdan de la imagen de aquel tenista que acompañó en el año 2000 a Albert Costa, Juan Carlos Ferrero y Álex Corretja en la aventura de la primera Copa Davis, pero pocos recuerdan bien su nombre.
"Sí, el del dobles" y "sí, el de las patillas" son las dos respuestas que más ha escuchado el periodista cuando ha preguntado a su entorno de trabajo y familiar por el nombre de un jugador que fue clave en la conquista de la primera Ensaladera. Se llama Joan Balcells (1975, Barcelona) y ganó junto a Corretja el punto de dobles ante la mejor pareja del mundo en aquel momento, la que formaban los australianos Sandon Stolle y Mark Woodforde (6-4, 6-4 y 6-4).
Al día siguiente el Palau Sant Jordi se volvió a llenar para ver a Ferrero derrotar a Lleyton Hewitt en el punto definitivo. España era por fin campeona de la Davis. Y buena parte de la culpa la tiene un hombre que nunca estuvo entre los 50 mejores del ranking, ni individual ni de dobles. Un jugador que debutó en la Davis siendo el 278 del ranking ATP. Un tenista cuyo nombre, que no su imagen, cayó en el olvido del tiempo.
Ganas tu primer y único título ATP en Bucarest en el año 2000. Revisando aquel partido, en el 'match point' restas y subes a la red. Eso es impensable hoy.
En el tenis de ahora todo va muy rápido, todo es cuestión de fuerza, todos los jugadores son muy potentes y tampoco hay tanta oportunidad de cambiar, de subir a la red, de hacer cortados. Lo mío era de adaptación porque mi golpe de derecha no era bueno y había un momento en el que estaba superdescoordinado y mi entrenador me dijo: 'Subamos a la red y mientras intentamos ganar partidos de esa manera, seguimos trabajando la derecha'. Del problema se salió una virtud.
"¡Joder, te tiene que gustar bastante el tenis para reconocerme veinte y pico años después y con un look completamente diferente!"
Sobre las patillas que llevaba en el 200¿Por qué es más difícil que alguien se salga hoy del mapa?
Cuando me dicen que no es posible jugar así me revelo un poco porque a lo mejor no es posible jugar así todo el partido, todo el rato, pero tener una amalgama de golpes que tú puedas exhibir durante el partido te va a ayudar. Cuanto más completo eres en todas las zonas de la pista, por supuesto que te va a ayudar.
Hay carreras de deportistas que se resumen en muchas ocasiones por un momento. A ti te define la Copa Davis. ¿Te molesta eso, que la gente sólo recuerde eso de ti?
Qué va, porque es lo normal. Cuando compartes torneos y época con grandísimos jugadores como Nadal, Moyà, Corretja o Ferrero, los que están por detrás por muy buenos y reconocidos que sean incluso a nivel mundial, pasan automáticamente a la sombra. ¿Cómo se me ha conocido a mí? Afortunadamente por la oportunidad que tuve de jugar la Copa Davis. Lo fácil es que cualquier niño que está soñando con ser jugador de tenis, es que diga que quiere ganar un Grand Slam, ganar Roland Garros, y jugar la Copa Davis. No tengo ninguna queja, al contrario. Me ha ayudado a darme confianza en mi carrera individual.
Ganaste la Davis en una época en la que era carísimo ser convocado con España.
Siempre lo es y desde hace 30 o 40 años España es de los países que más jugadores tiene en el top 100. Hubo un momento en el que llegó a haber 24 españoles en el top 100. En mi mejor momento, yo era el 57 del mundo y era el octavo español. En cualquier otro país sería el número uno, dos o tres y aquí pues…
"Después de la Davis busqué esa emoción y no la encontré. La importancia y el valor que le da todo el mundo hace que cuando juegas por ti la sensación no sea tan, tan fuerte"
Sobre la emoción de ganar la DavisLo que no tenía España era especialistas en dobles y usted tampoco era doblista. ¿Cómo llega ese momento?
Lo que buscaban eran un jugador que se adaptara a la modalidad de dobles pero que en el caso de que hubiera alguna lesión pudiera jugar con unas ciertas garantías. Eso es lo que encontraron en mí. Está claro que ellos apostaron por tres jugadores individuales y uno de dobles. A lo mejor podían haber elegido algún jugador español con mejor ranking que yo, pero dadas mis condiciones de juego y el hecho de hacer saque-red pues me dieron a mí la oportunidad.
Aquel año jugaste todas eliminatorias con Corretja, ¿cómo os compenetrabais?
Corretja era el nº2 del mundo en ese momento y era un apoyo impresionante. El saber estar, bregado en todas las pistas del mundo, partidos importantísimos, a la final de la Davis vino después de jugar el Masters. Él aportaba su parte, en cuanto a templanza, su juego atrás, hizo un esfuerzo muy grande en hacer el saque-red. En ese momento era imprescindible y él se acostumbró. Yo aportaba la parte del juego en la red y en el resto era él el que se encargaba de sumar más puntos.

¿Qué recuerdos tienes de los días previos a la final?
Estuvimos concentrados en el hotel y preparando la final como diez días antes. Estaba ilusionado porque era algo muy bonito. Yo ese año había conseguido el título en Bucarest y no me vino tan grande, pero por supuesto que es una responsabilidad que pesa. Con tanta presión y tantas ilusiones de la gente que quiere que ganes.... en un momento dices: "Oiga, que yo voy a hacer lo que pueda, voy a correr lo más rápido que sé, voy a intentarlo al máximo y después saldrá cómo saldrá". Y al final salió bien, podría haber salido mal también.
¿Cómo manejaste la presión de jugar en casa?
Tienes el apoyo, eso te da confianza, pero también te crea miedos y eso es con lo que tratan los jugadores profesionales. Los que mejor consiguen adaptarse a esa situación son los que tienen más éxito.
La final empieza mal. Albert Costa pierde con Hewitt y Rafter se lleva el primer set con Ferrero. ¿Qué se te pasa por la cabeza ahí?
Costa acaba el partido enfadadísimo porque tuvo oportunidad de ganar, pero jugaba contra un gran Hewitt. Fue un partido durísimo y el segundo empezó con un Rafter inspiradísimo que estaba sacando unos saques liftados a 190 por hora. Llegó un momento que no pintaba nada bien la eliminatoria. Pero Ferrero poco a poco le fue ganando terreno.
¿En algún momento pensaste que se acababa el primer día?
Claro, claro, pero es que eso lo piensas el rato. Incluso aunque hubiéramos ganado los dos primeros puntos... Nunca hay nada claro.
¿Qué ocurre en el vestuario antes del dobles? ¿Qué os decís?
Al final está todo dicho. Ya teníamos la experiencia suficiente como para afrontar el partido lo mejor posible. Dar ánimos, recordar un poco la táctica, sobre quién cargar más el juego. Animándonos, exigiéndonos concentración todo el rato y listo. Nada más.

¿Estaba tu familia en la pista?
Mis padres, mis tíos, mis sobrinos, mi abuela, amigos, estaba todo el mundo.
¿Es el momento más emocionante que has vivido en una pista?
Sí, claro que sí. De hecho, he jugado un par de finales ATP, la de Bucarest y otra contra Agassi en Scottsdale. Después de la Davis busqué esa emoción y no la encontré. La importancia y el valor que le da todo el mundo hace que cuando juegas por ti la sensación no sea tan tan fuerte.
¿Sentiste algo de vacío después de ganar la Davis?
Cada jugador es diferente y a veces nos preguntamos cómo hacen estos grandísimos jugadores como Nadal, Djokovic o Federer para seguir con tanta ambición durante tantos años. A lo mejor mucha gente que consigue tener cuatro o cinco títulos de Grand Slam dice: "Ya tengo suficiente". Pero esta gente no, tiene un gen dentro que le hace seguir luchando y por eso consiguen tantos éxitos durante tanto tiempo.
"Es como ver a una persona levantar un camión, eso es lo que hace Nadal en el mundo del tenis"
Sobre los méritos de NadalVarias personas a las que les he dicho que iba a hablar contigo se acordaban de tus patillas. ¿Te siguen reconociendo?
Ahora voy un poco más de incógnito (risas). Antes había tenido el pelo larguísimo y cuando me corté el pelo empezaron a crecer las patillas. Llegó un momento en el que las llevaba por el cuello prácticamente. Antes sí, la gente me reconocía, pero ahora me sorprende más cuando me reconocen. ¡Joder, te tiene que gustar bastante el tenis para reconocerme 20 años después y con un look completamente diferente!
Ahora que se habla mucho de salud mental, pero en vuestra época no. ¿Sentíais que era un tabú?
Es un tema complicado. Esto es como la jungla, es la ley de la selva, es la supervivencia y la adaptación al medio. Cuando tenías muy mala derecha y no estás bien compensado, el circuito te echa fuera. Cuando no puedes gestionar la presión, el circuito te echa fuera. Cuando te pones demasiado nervioso, cuando no puedes viajar porque echas de menos tu casa o cuando te gusta mucho la fiesta, el circuito te echa fuera. El que tiene un problema, evidentemente por la salud personal hay que intentar solucionarlo, pero en un deporte tan selectivo y tan exigente como el tenis, la gente que lo pasa mal se queda fuera. Y sí, seguro que había problemas de estrés y problemas de depresiones, pero tampoco nadie lo había verbalizado y nadie se había puesto a estudiar la situación.
¿Pasaste por algún momento complicado?
La verdad es que no. He tenido la fortuna de gestionar el éxito que haya podido tener y el fracaso de la misma manera. Cuando llegó el momento de dejarlo, evidentemente que uno quiere intentar seguir, pero es que siempre lo he tomado todo con mucha normalidad. Al final de mi carrera volví a tener problemas de derecha y, aunque los solucioné, el esfuerzo que me había supuesto, sufriendo, hizo que me bajara un poco la moral de seguir probando. Con la experiencia de después hubiera seguido jugando aunque fuera solo la modalidad de dobles. Me hubiera ido seguramente bien también y con mucho menos esfuerzo físico y mental.
¿Cuesta no elegir como retirarse?
El no tener éxitos te puede producir estrés y ansiedad y llega un momento que dices basta. Eso te puede afectar en tu vida personal, o te puedes olvidar. Es lo que me pasó a mí: pasar página y seguir a lo mío.
Creo que eres la única persona que ha jugado ante Federer y Nadal y no ha perdido ante ellos (al suizo le ganó en el challenger del Espinho en 1999 y a Nadal en el de Sevilla en 2002). ¿Qué recuerdos tienes?
Cuando jugué con Federer él ya había sido número uno del mundo junior. Sabía que iba a ser un jugador muy fuerte y sabía que era una gran promesa, pero nadie se podía imaginar que fuera a ganar 20 Grand Slam. Y con Nadal ocurrió un poco lo mismo, era jovencito, fue en tierra, en Sevilla. Gané 6-4 y 6-4 y eso que él ya lo ganaba todo también.
¿Qué significa Nadal para Joan Balcells?
Es excelente para el deporte y yo ya no digo sólo Nadal. Hablo también de Djokovic. A Nadal lo veo un poco más elegante en la manera de jugar, siempre con la palabra justa, siempre el comportamiento correcto. Djokovic a veces tiene un carácter fuerte y comete errores. Yo creo que los dos pueden ser considerados los mejores deportistas de la historia. Y de todos los deportes. Por la dificultad de los torneos que juegan, porque en cada Grand Slam y en cada Masters 1000 se enfrentan a los mejores de su deporte, por la duración de sus carreras, por los éxitos conseguidos. Nadal lo es todo para el tenis, lo ha promocionado todavía más y tiene una fuerza... La gente no se imagina lo difícil que es pasar la qualy de un Grand Slam como para ganar 22. Es como ver a una persona levantar un camión, eso es lo que hace Nadal en el mundo del tenis. Y consigue cosas imposibles, consigue remontar partidos imposibles, consigue recuperarse de lesiones y al primer torneo que disputa, lo gana. Son cosas de una fuerza interior brutal.