El patriotismo serbio de Djokovic: "Ha tenido que demostrar que no somos genocidas ni salvajes"
El número uno del mundo vuelve a enfundarse la camiseta de su país en la Copa Davis de Málaga, pero ¿qué significa ser serbio en un deporte como el tenis?

"Tardaron tiempo en darle la oportunidad de presentarse como deportista. Al principio le juzgaron. Entienden mal nuestra emoción y nuestro deseo de probarnos a nosotros mismos, porque no entienden de dónde venimos. Cuando empiezas con una gran desventaja en comparación con ellos, porque las condiciones de los deportistas en el mundo son mejores que las nuestras, y a pesar de ello llegas a su nivel, no entienden la emoción que sientes y cómo vives esa experiencia".
Quien habla es la exjugadora serbia de baloncesto Sonia Vasic. Habla desde su experiencia como deportista internacional, con varias temporadas en la WNBA y en la liga española. "Creo que hay una percepción negativa alrededor de Djokovic y alrededor de otros de nuestros deportistas, pero la realidad es que nunca van a entender de verdad el camino por el que hemos pasado", añade Vasic.
Este análisis es parte del documental Novak, historias no contadas, que emitió recientemente Sportal y que traza la carrera completa del tenista serbio, desde sus duros inicios en Serbia durante las guerras de los Balcanes hasta su asalto a la historia en Roland Garros 2023. Hablan leyendas del deporte serbio como Vasic o Zeljko Obradovic, excompañeros de Nole como Viktor Troicki y Janko Tipsarevic y también los padres del campeón, Srdjan y Dijana. Entre todos dan forma a un perfil completísimo del tenista y hay una idea constante en todo: Serbia, Serbia, Serbia.
Aquellas seis letras fueron precisamente las que gritó Novak Djokovic al término de la ceremonia de premios de Roland Garros 2023, el título que le colocó por primera vez por delante de Rafael Nadal y Roger Federer en la carrera por la historia. "¡Serbia!", vociferó Djokovic para cerrar su discurso en la pista Philippe Chatrier, donde unos días antes había puesto un mensaje en la cámara de televisión sobre la delicada situación en su tierra: "Kosovo es el corazón de Serbia: detengan la violencia".
La guerra y la palabra 'inat'
Djokovic nació en Belgrado en 1987 y vivió de primera mano todo el conflicto de Yugoslavia. Aquello moldeó el carácter de varias generaciones. Forjó mentalidades rocosas, duras, siempre desafiantes, siempre combativos, siempre alerta. Todo eso y mucho más sería la traducción de la palabra inat, un vocablo que usan los serbios para describir su propia personalidad. "Esa palabra en inglés no existe", suele decir Nole cuando le preguntan por ello. "Todos sabemos lo difícil que fue ese periodo, pero en esos 10 o 15 años emergieron varios tenistas como yo y eso nos dio fuerza. Es un factor decisivo de por qué estoy aquí ahora. La tenacidad de los serbios, ese deseo por la vida y por la victoria", dijo durante la celebración de su último Wimbledon en Belgrado.
"Lleva dentro una determinación con la que ha tenido que demostrar quiénes somos en realidad, que no somos una nación genocida, que somos gente normal, que nos somos salvajes"
Madre de Novak DjokovicA ese extraño cóctel que era Yugoslavia en los 90 hay que añadir varios factores más para comprender ese triángulo Serbia-Djokovic-tenis. Porque su país es pequeño, no es rico y nunca ha sido una potencia en tenis, un deporte dominado históricamente por el bloque anglosajón y hasta hace unas pocas décadas reservado a las élites. Además, Djokovic venía de una familia humilde en la el dinero escaseaba. Nada fue sencillo en los inicios.
Y cuando aterrizó en el circuito, Djokovic sentía que le miraban con recelo por su origen. "Recuerdo cuando viajaba con mi padre jugando torneos juveniles en todo el mundo. La mayoría de las veces, cuando decíamos que éramos de Serbia, la gente se volvía muy cautelosa y prudente acerca de cómo seguir con nosotros", señala Djokovic en el libro Sin Red, de Sebastián Fest. "Lo entendía, porque la mayor parte de la prensa internacional venía escribiendo en forma negativa sobre Serbia. Comenzó así, pero con el tiempo la gente pasó a valorarme a mí y a mi familia, a entender que lo que hacemos lo hacemos con el corazón y la conciencia limpias".
A eso mismo se refiere su madre, Dijana, en el documental Novak, historias no contadas. "Él lleva dentro una determinación con la que ha tenido que demostrar quiénes somos en realidad, que no somos una nación genocida, que somos gente normal, que nos somos salvajes, como todo el mundo pensaba al principio. Y él quiere representar a sí mismo y a su país lo mejor posible".
El reconocimiento internacional
En Serbia, Djokovic es un personaje tremendamente adulado. Por sus resultados, sí, pero también por su carácter. Por desafiar los cánones de Occidente, como con la vacuna, por no callarse, por mostrar al mundo lo que es la mentalidad serbia. "Si lo vemos desde una perspectiva deportiva, social y política, lo que ha logrado Djokovic para Serbia es muchísimo. Y la gente lo sabe. Aunque quizás no son conscientes de la magnitud de su contribución. Siempre deja claro de donde viene y cuáles son sus colores", dice Nikola Pilic, uno de los primeros técnicos que tuvo Nole.
Hay muchas voces, sin embargo, que creen que internacionalmente no recibe el trato que se se merece. "Si Novak hubiera nacido en otro sitio, no habría tantas críticas". asegura Obradovic, una opinión compartida también por el propio Djokovic, que después del US Open dijo alto y claro que se sentía infravalorado por el mundo anglosajón. "Hay una cosa que es un hecho: si no fuera de Serbia, habría sido glorificado desde el punto de vista deportivo hace ya muchos años, especialmente en Occidente".
Todo ese sentimiento patriótico es lo que le ha llevado a la Copa Davis en Málaga apenas unas horas después de conquistar la Copa de Maestros en Turín El cuerpo y la mente seguro que le pedían una tregua, pero él tiene claro cuáles son sus objetivos. "Quiero ganar todos los Grand Slam posibles y competiciones con mi país", suele decir cuando le preguntan por e futuro. Se refiere a la Davis, sí, pero también a los Juegos Olímpicos.
Bronce en Pekín 2008 y cuarto en Londres 2012 y Tokio 2020, Djokovic tiene una cuenta pendiente con Serbia en los Juegos Quiere olvidar aquellos amargos golpes y el de Río 2016, cuando lloró sin consuelo después de perder la primera ronda. Como dice su madre: "Las lágrimas de Río era porque representaba a Serbia".