TENIS

La retirada del 'soldado' que ganó un Grand Slam sin público eleva todavía más la figura de Nadal

Dominic Thiem se retirará a final de temporada tras un calvario con las lesiones. Ganó el US Open 2020 y llegó a otras tres finales.

Dominic Thiem celebra el US Open 2020, el momento más importante de su carrera. /Al Bello/Getty Images
Dominic Thiem celebra el US Open 2020, el momento más importante de su carrera. Al Bello/Getty Images
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Dentro de 30 o 40 años, cuando nuestros hijos y nuestros nietos acudan a la Wikipedia -si es que sigue existiendo- para ver cómo se repartieron los Grand Slam en la época más gloriosa de la historia del tenis, verán un nombre que les sonará a muy pocos. Todos ubicarán seguro a Novak Djokovic, Rafael Nadal, Roger Federer, incluso Andy Murray o Stan Wawrinka. Pero al lado de esos monstruos, en la casilla del US Open 2022, aparecerá Dominic Thiem.

Cuando nuestros hijos y nietos -los más curiosos- pinchen en su nombre, descubrirán que Thiem fue un tenista descomunal. Que ganó 17 títulos ATP, que llegó a ser número tres del ranking mundial, que tenía un revés a una mano que era una bomba, que tuvo unos números contra el Big Three de los que muy pocos pueden presumir (16 victorias y 19 derrotas en total), que levantó ese US Open y que alcanzó otras tres finales de Grand Slam y dos de la Copa de Maestros. También verán que se retiró con apenas 31 años tras un calvario con la muñeca.

Nacido en Wiener Neustadt en 1993, Thiem ha sido de los tenistas que más batalla han plantado al Big Three y, cuando empezó a irrumpir en el circuito, muchos le vieron como el sucesor de Nadal en tierra batida. Había un príncipe para el rey. La mayoría de sus títulos (10) cayeron en la superficie naranja, pero sus logros más importantes llegaron en dura, con los trofeos del US Open e Indian Wells. Gran parte de la culpa de que Thiem no ganara un gran torneo en arcilla es del de siempre en estos casos, de Rafael Nadal.

El español es el tenista más dominador que ha existido jamás en el polvo de ladrillo. Así lo dicen sus 14 Roland Garros, sus 63 títulos en total en esa superficie y su récord de 137 victorias y tres derrotas en partidos al mejor de cinco sets. Cuatro de esos triunfos fueron precisamente ante Thiem, al que le negó la mayor en Roland Garros de 2014 (2ª ronda), 2017 (semis), 2018 (final) y 2019 (final). "Te puedo asegurar que la noche previa a jugar contra él y las horas previas al inicio del partido no son nada agradables", dijo el propio Thiem en una entrevista con Eurosport en 2020.

Al margen de Djokovic, el austríaco es el único tenista que ha puesto en serios apuros a Nadal en tierra. De hecho, cuatro de sus seis triunfos sobre el español fueron en esa superficie: semis de Buenos Aires 2016, cuartos de Roma 2017, cuartos de Madrid 2018 y semis de Barcelona 2019. Fueron cuatro años seguidos ganando un partido a Nadal en tierra. Casi nada.

"Thiem me preguntó dónde estaba el vestuario y yo le dije que el vestuario era el bosque. Me dijo que estaba muy oscuro y le respondí que qué era lo que esperaba si era de madrugada"

Sepp Resnik Preparador físico de Thiem

Un dato de esa rivalidad, sin embargo, eleva la figura de Nadal todavía más si cabe. Cuando el mallorquín levantó su primer Roland Garros, en 2005, Thiem tenía 11 años. Diecinueve temporadas después, Nadal buscará dentro de unas semanas su 15ª corona en París con Thiem habiendo anunciado ya que se retirará al final de este curso. La gasolina de Nadal, esa ansia por ganar, ganar y ganar, fue lo que acabó destruyendo por dentro a Thiem.

Tras remontar dos sets a Zverev y levantar el US Open en un estadio vacío por culpa de la pandemia, el austríaco perdió el apetito, dejó de entrenar como acostumbraba y él mismo ha asegurado que la lesión de muñeca que lo mandó todo al garete fue consecuencia de no entrenar como había hecho toda su vida. Todo se empezó a torcer en el verano de 2021 en Mallorca, cuando se tuvo que retirar del torneo balear por molestias en la muñeca.

Un entrenamiento militar en el bosque y en la playa

Si algo no le faltó nunca a Thiem en su camino a la cima fue entrenamiento. Cuando empezó a codearse con los mejores, el circuito le demostró que tenía que mejorar mucho físicamente para mantenerse ahí. Günter Bresnik, su entrenador, agarró el teléfono y llamó a Sepp Resnik, un preparador físico austríaco con aires de Hulk Hogan.

Conocido por hacer pruebas de resistencia extrema, Resnik planteó un entrenamiento militar en el bosque. "Thiem me preguntó dónde estaba el vestuario y le dije que el vestuario era el bosque. Me dijo que estaba muy oscuro y le respondí qué era lo que esperaba si era de madrugada", dijo Resnik en una entrevista hace años. "Le comenté que había corrido 60.000 kilómetros en ese bosque y que lo conocía de memoria".

Resnik, que había sido militar, le hizo a Thiem pasar las de Caín. El tenista se puso a levantar troncos de 25 kilos, a cruzar ríos de agua helada y a correr montaña arriba. "Cuando me gritaba que no podía más, que le dolía, me miraba a mí haciendo lo mismo que él y yo le decía que no quería volver a escucharle decir eso otra vez. Si yo podía hacerlo con 60 años, él con 20 podía hacer lo mismo tres veces".

Construida la armadura y afincado ya en el top 100, Thiem cambió los bosques de Austria por las playas de Miami. En Florida, con Nicolás Massu como entrenador, empezó a pulir su cuerpo con el método de Duglas Cordero. Este preparador cubano, por cuyas manos han pasado tenistas como el propio Massu, Fabio Fognini, Fernando Verdasco, Leylah Fernández, Brandon Nakashima y actualmente Christian Garin o las hermanas Linda y Brenda Fruhvirtova, es conocido por sus ejercicios en las playas de Miami. Por ahí tiene siempre a sus tenistas haciendo entrenamientos de alta intensidad.

"De todos los que he entrenado, el jugador que más me ha impresionado es Dominic Thiem. Durante los años en los que trabajamos, logró grandes resultados, alcanzó el número 3 del ranking ATP y ganó el US Open", recuerda Duglas Cordero en una conversación con Relevo. "Dominic es un jugador muy fuerte y explosivo que trabaja a una intensidad cercana al máximo en cada sesión. Personalmente, me impresionaba su consistencia ante intensidades altas y su capacidad de recuperación". Pero toda esa capacidad tenía un límite. Thiem, un tenista descomunal, un jugador que habría brillado sobremanera si no hubiera coincidido con el Big Three, se retirará a los 31 años. Mientras, ahí sigue Nadal, a punto de cumplir los 38 y mirando fijamente el objetivo de Roland Garros.