TENIS

Las funciones de un juez de silla en tenis

Sentados en posición elevada, la figura del juez de silla resulta inconfundible al enfrentarse a un partido de tenis. Sus funciones, además, lo hacen imprescindible.

Stefanos Tsitsipas protesta al juez de silla durante el Godó./Reuters
Stefanos Tsitsipas protesta al juez de silla durante el Godó. Reuters
Javier Mercadal

Javier Mercadal

Se suele decir que el tenis es uno de los deportes más duros que existen por la exigencia y el estrés mental que implica. Desde luego, hay mucho de ello. Una vez en la pista, no hay dónde esconderse ni parapetarse. La soledad del tenista es real. Sin embargo, aunque sean dos los jugadores que se citan para un partido (o cuatro en un partido de dobles), lo cierto es que allí dentro se encuentra, al menos, una persona más. Lo mejor que puede ocurrir es que pase desapercibida, eso sí. Sin embargo, el juez de silla es un elemento indispensable para el correcto funcionamiento de un partido de tenis profesional.

Su figura es icónica, ya que hay pocas disciplinas deportivas en las que el árbitro principal esté observando la acción sentado en una silla. Lo hace, además, desde la altura, fundamentalmente para poder discernir si una bola bota dentro o fuera del terreno de juego, seguramente la principal fuente de conflicto durante un partido de tenis. Aunque no es su única función dentro de un encuentro.

¿Qué hace el juez de silla y cuáles son sus límites?

Principalmente, el juez de silla es la máxima autoridad dentro de un partido de tenis. Básicamente, es el responsable de todo para que el choque se pueda disputar sin problemas. Desde el buen estado de las instalaciones y el equipamiento, hasta solucionar cualquier problema que pueda surgir durante el partido, regular y sancionar el comportamiento de los tenistas y, cuando el duelo termine, dar fe del resultado final.

En cada partido de tenis hay siempre un juez de silla. Su posición es en una silla alta, situada en el medio de la cancha, justo detrás de un poste de red. La posición elevada le permite ver mejor la acción, especialmente el bote de la bola. No en vano, en caso de controversia, su palabra final siempre será la que determine si un punto es válido o no. Incluso si hay jueces de línea.

En la mayoría de torneos importantes, el juez de silla es asistido por los jueces de línea, que están situados alrededor de la pista en un número variable, entre uno y nueve. Su función es controlar una línea concreta, y avisar si se produce algún tipo de irregularidad en el saque, como por ejemplo que el tenista al servicio no se encuentra detrás de la línea de servicio, o si la pelota bota se marcha larga y bota fuera del terreno de juego. No obstante, como máxima autoridad, el juez de silla puede desautorizar al juez de línea si cree que ha cometido un error flagrante. Cabe decir que los jueces de línea son una posición en peligro de extinción, ya que hay torneos como el Open de Australia que ha decidido prescindir de ellos al considerar que su trabajo se puede hacer eficientemente con la tecnología con la que se dispone en la actualidad, reduciendo así el número de personas en la cancha.

Una de sus principales y más características tareas es la de anunciar el marcador después de cada punto, juego y set. No es la única, claro. En caso de que surja algún problema, es el encargado e resolverlo. Esto implica desde controlar los tiempos de descanso y saque, tener la última palabra sobre algún punto discutido, sancionar con un warning o descalificación a los tenistas si estos lo merecen y, en general, como cualquier árbitro de cualquier competición deportiva, velar porque el partido transcurre acorde al reglamento del tenis.

Las mayores polémicas

Evidentemente, los árbitros son humanos y, como tales, cometen errores. En algunos casos, muy importantes. Probablemente, la mayor polémica de este tipo sea la protagonizada por el umpire Ted Watts en Wimbledon 2004. Sucedió en segunda ronda del prestigioso torneo británico, en el partido que enfrentaba a Venus Williams contra Karolina Sprem. La norteamericana era la gran favorita, no solo para ganar el partido sino el torneo en general. No en vano, había vencido en las ediciones de 2000 y 2001, mientras que en las dos siguientes había sido derrotada en la final por su hermana Serena.

Sin embargo, Williams quedaría eliminada por sorpresa en un partido marcado por un error en la puntuación de Watts. En el segundo tie-breaker del partido, el juez de silla se equivocó al llevar la puntuación y otorgó a Sprem un punto en el 2-2 cuando debería haber dado un segundo saque. Curiosamente, ninguna de las dos jugadoras se dio cuenta del error, y prosiguieron el choque con normalidad. Finalmente, la croata, que por entonces solo tenía 19 años, terminó llevándose el partido por 7-6(5) y 7-6(6). No fue hasta unas horas después del final, que Allan Mills, árbitro del torneo, confirmó el fallo en el marcador. Sin embargo, al no haber ninguna reclamación durante el choque, el resultado quedó inamovible y Sprem avanzó de ronda. Como penalización, Watts quedó apartado de aquella edición del torneo, así como de dirigir partidos de Venus en 2005.

Esta función de juez del partido también les convierte, en ocasiones, en objeto de las iras de los tenistas. Como decíamos, el tenis es un deporte muy duro por su exigencia mental. Esto genera frustración en los deportistas, que en muchas ocasiones canalizan contra el umpire. Varios son los jugadores que han expresado de una forma u otra su desacuerdo con el juez de línea. Probablemente, las broncas más icónicas al respecto fueron las armadas por John McEnroe cada vez que no estaba de acuerdo con una decisión arbitral. Quizá, la más famosa fuese su discusión con Edward "Ted" James en la primera ronda de Wiblmedon de 1981. El torneo británico destaca por lo pulcro de sus formas, sus uniformes blancos, sus pistas de césped perfectamente cuidadas o lo distinguido de su público.

Por ello, ver al norteamericano completamente fuera resulta inapropiado. Incluso con razón. Después de que le pitasen falta en un saque durante su encuentro contra Tom Gullikson, que claramente levantó la tiza de la pista al botar sobre la línea, McEnroe perdió la paciencia. Se acercó a James, al que le espetó un "No puedes hablar en serio, hombre", que pasaría a la historia. No solo eso. Completamente fuera de sí, el neoyorquino terminó haciendo doble falta en su segunda intentona y se llevó un warning. No acabó ahí la cosa. En el siguiente juego, McEnroe continuó espetando improperios contra el juez de silla, entre ellos "tú eres la escoria del mundo", que le sirvieron un punto de penalización.

Como protesta, Big Mac dejó de jugar hasta que Fred Hoyles, máxima autoridad de los árbitros en el torneo, hiciese presencia. Finalmente, el partido se reanudó y McEnroe, pese a las quejas, terminó pasando de ronda tras imponerse por 6-7, 5-7, 3-6. No solo eso, sino que terminó como campeón del Wimbledon, Grand Slam que volvería a ganar en 1983 y 1984. La historia pudo haber sido bien distinta, ya que el Comité del All England Club valoró seriamente el excluirle del torneo por semejante espectáculo. Finalmente, el estadounidense se llevó una multa de 1.500 dólares. Además, todos los ganadores de Wimbledon son, automáticamente, nombrados miembros del club. Todos menos McEnroe, que debió ganarlo dos veces más antes de ser aceptado de una asociación que le miraba de reojo por su mal comportamiento.

¿Cuánto cobra un juez de silla?

Como en todo deporte, existen jueces de silla de varios niveles. Esto a su vez implica diferentes sueldos, según la importancia de los partidos y torneos que les toque oficiar. Para conseguir el estatus de juez de silla internacional se han de superar tres cursos impartidos por la Federación Internacional de Tenis (ITF por sus siglas en inglés). Una vez que se consigue pasar el tercer curso (L3), el umpire adquiere automáticamente la categoría de bronce. Además, existen las categorías de plata y oro, las cuáles tienen un sistema de ascensos y descensos anual, según los méritos acumulados a lo largo de la temporada.

Además, hay jueces de silla que solo tienen uno o dos de los cursos predecesores (L1 y L2). Estos solo pueden arbitrar a nivel nacional, siendo lógicamente sus ganancias menores.

Según publica la Real Federación Española de Tenis, la tarifa base de un juez de silla en España oscila entre los 31 euros por partido que cobra un árbitro de categoría nacional en un torneo Challenger hasta los 412 euros por encuentro que puede cobrar un umpire de categoría oro en un torneo del circuito ATP o WTA. Si los árbitros poseen categoría plata o bronce cobran una cantidad menor. Además, el torneo debe correr con los gastos de desplazamiento, alojamiento y una dieta diaria por el importe de 25 euros al día si fuese necesario.

Según los cálculos de Perfect-Tennis.com, un juez de silla con la categoría oro, que participe en torneos de Grand Slam, así como en el circuito de la ATP o la WTA de forma frecuente, puede ganar al año entre 62.000 y 72.000 euros aproximadamente. La cantidad se reduciría contra menor sea el estatus. Las funciones de un juez de silla en tenis.