TENIS

Kyrgios se declara culpable de agredir a su exnovia, pero evita una condena

Un tribunal de Canberra ha desestimado las acusaciones contra el polémico tenista australiano.

Nick Kyrgios, a su salida del juzgado en Canberra. /REUTERS
Nick Kyrgios, a su salida del juzgado en Canberra. REUTERS
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Nick Kyrgios ha admitido este viernes ante un tribunal que en 2021 agredió a la que entonces era su pareja, a la que empujó al suelo durante una discusión. Sin embargo, el polémico tenista australiano ha evitado una condena, ya que la jueza que llevaba el caso ha considerado el acto como una "estupidez".

"Reaccioné a una situación difícil de una manera que lamento profundamente", ha señalado el propio Kyrgios en un comunicado tras acudir al tribunal de Canberra en muletas por una reciente operación de rodilla. "Sé que no estuvo bien, y lo siento sinceramente por el daño causado".

Los hechos ocurrieron el 10 de enero de 2021, cuando Kyrgios, finalista de Wimbledon en 2021 y actualmente número 20 del ranking ATP, empujó a Chiara Passari al suelo tras una fuerte disputa.

Passari denunció a Kyrgios ante la Policía diez meses después, una vez se acabó la relación sentimental que mantenía con el jugador. Passari leyó una declaración en el tribunal y aseguró que quedó traumatizada por la agresión, que estuvo muchos días sin poder dormir y que perdió mucho peso.

Los abogados de Kyrgios, por su parte, pidieron desestimar la acusación de agresión por motivos de salud mental, argumentando que su defendido actuó fuera de su comportamiento normal y que fue un hecho aislado.

De acuerdo a la agencia AFP, el psicólogo Sam Borenstein dijo a la corte que Kyrgios sufría de depresión recurrente, incluyendo pensamientos de autolesionarse, insomnio, agitación y culpabilidad. Borenstein indicó que el tenista australiano recurrió al alcohol y las drogas para enfrentar la situación, y que actualmente ha mejorado.

La jueza Beth Campbell resolvió finalmente desestimar el cargo. Kyrgios actuó mal, pero su agresión no fue premeditada y fue "un mero acto de estupidez" de una persona joven en una situación de tensión, argumentó la magistrada.