La gran cuenta pendiente de Carlos Alcaraz aflora con su mal momento: "En la vida no todo es alegría, disfrutar y reír"

Hace unos días, Andy Roddick se puso a analizar en su podcast la derrota de Carlos Alcaraz en las semifinales de Indian Wells ante Jack Draper y se detuvo unos instantes en las palabras que pronunció el murciano en la rueda de prensa, en la que hizo un ejercicio de autocrítica muy poco frecuente en las grandes estrellas del deporte.

El campeón de cuatro Grand Slam admitió que se había encontrado mal durante las horas previas, presa de los nervios, y que no supo manejar la situación. "¿Por qué quiere que la gente sepa que a veces tienes esa especie de inseguridad mental?", se preguntaba el último número uno nacido en Estados Unidos. "Yo, como aficionado, lo aprecio porque creo que es muy entrañable que comparta esas cosas, pero si estás en su equipo, deberías pensar 'No le digas eso a la gente, se creen que eres invencible'".

El consejo de Roddick para Alcaraz es que aprenda a mentir, a engañar, en el buen sentido de la palabra. Pero el murciano no parece que le vaya a hacer mucho caso, porque en la noche de este viernes, después de perder en su debut en el Masters 1000 de Miami ante David Goffin (5-7, 6-4 y 6-3), la autocrítica ha vuelto a ser la gran protagonista.

"Creo que venía bien después de Indian Wells, pero ahora con esta derrota no sé qué decir. Anímicamente, estoy jodido, la verdad, este es un torneo donde quiero hacerlo bien y perder en primera ronda duele mucho", ha señalado el pupilo de Juan Carlos Ferrero tras la derrota en el Hard Rock Stadium de Florida. "Ha sido un nivel muy pobre por mi parte, lo reconozco. No he jugado bien, físicamente tampoco me he sentido bien. En este tipo de partidos, cuando no sientes esa confianza en términos tenísticos o físicos, todo se vuelve mucho más duro", ha añadido el número tres del ranking mundial.

La derrota ante Goffin coloca a Alcaraz en una situación delicada. Terminada la primera fase de la temporada, el balance no es del todo alarmante: 15 victorias, cuatro derrotas y un título, el de Róterdam, el primero de su carrera en pista dura indoor. Sin embargo, más allá de los datos están las sensaciones. Y las dos últimas derrotas, la de Draper y la de Goffin, revelan su gran cuenta pendiente, la constancia, una cualidad sin la que es extremadamente difícil luchar por ser el número uno del ranking ATP, un puesto que no pisa desde agosto de 2023.

Carlitos es posiblemente el jugador con más calidad, con mejor mano, de todos los tenistas del momento. Cuando está inspirado y encendido, es prácticamente imbatible: por algo ha ganado dos finales de Wimbledon al mismísimo Novak Djokovic, el tenista más dominador de la historia. Sin embargo, al de El Palmar le cuesta mantener un nivel constante durante largas temporadas. La suma de los puntos que tiene ahora mismo en el ranking es una buena muestra de ello: tiene 6.720 unidades, pero 5.000 de ellos son de apenas cuatro torneos, Roland Garros, Wimbledon, Pekín y Róterdam.

En esa búsqueda de la consistencia, hay un aspecto fundamental que Alcaraz, de 21 años, todavía tiene que explorar: ganar partidos jugando mal, superar encuentros sin buenas sensaciones. Hasta el momento lo ha hecho a cuentagotas, pero la regularidad solo le llegará aprendiendo a sumar en los momentos de dificultad.

"No puede perder su ADN, pero tiene que entender que en la vida no todo va a ser siempre alegría, que no va a poder pasárselo bien siempre, disfrutar y reír. Hay días en los que no va a poder hacer eso", señalaba Álex Corretja en Eurosport estos días antes de conocer el último borrón de Alcaraz en Miami. "Tiene que aceptar las situaciones y ganar sin sentirse tan brillante. Es el debate interno que tiene que tener. Cuando no siente la pelota perfecta, eso le genera nervios y ansiedad. Y tiene que encontrar el equilibrio entre la creatividad y la practicidad que necesita para ganar. Es tan joven, que no somos conscientes de que con la edad que tiene es normal que no entienda todo eso. Tiene que entender y aceptar ese equilibrio".

Corretja cree que, para saldar esa cuenta pendiente, Alcaraz también tiene que aprender a asimilar todo lo que conlleva ser un crack del deporte. "Se ha convertido en una estrella mediática y mundial y eso conlleva un peaje muy duro. El convertirse en alguien tan potente, con la serie, el documental, todo eso tiene un desgaste físico y emocional tremendo", añadía el campeón de la Copa de Maestros de 1998. "Carlos y su equipo tienen que encontrar un equilibrio para que esté al cien por cien en los grandes torneos. Mentalmente, se le ve a veces saturado y eso conlleva todo lo que estamos hablando. Necesita más tranquilidad de la que tiene, necesita encontrar espacios en los que esté más relajado".

Alcaraz tendrá ahora unos días de descanso y más de dos semanas para preparar su desembarco en Montecarlo, donde arranca la gira de tierra batida que le llevará por Barcelona, Madrid y Roma antes de su siguiente gran objetivo: defender la corona de Roland Garros.