TENIS

Cuando Rafa Nadal casi comete un error imperdonable en Pekín: "Llegó con gorra, pidió una foto e iba a decirle que no... Era Michael Phelps"

El mejor deportista olímpico de la historia quiso una firma del español en 2008, entre oro y oro, y Nadal no lo reconoció al inicio.

Rafa Nadal, durante los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, cuando logró el oro. /GETTY
Rafa Nadal, durante los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, cuando logró el oro. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008 fueron los más especiales para Rafa Nadal. Por ser los primeros, por llegar en un momento de crecimiento en su carrera deportiva y por conseguir el único oro individual (en Río fue abanderado y se colgó con Marc López el del dobles). Ya era un Nadal camino de hacer historia, porque con su melena larga y su cuerpo liviano que le servía para ir de un lado al otro de la pista como nadie ya había levantado cuatro Roland Garros y un Wimbledon ante Roger Federer. En ese 2008 derribó un muro, y el Centro de Tenis del Parque Olímpico lo elevó a los altares del olimpismo. E, incluso, le permitió firmar seguramente la fotografía más especial... aunque estuvo a punto de ignorarla.

Para explicar la historia de la fotografía de Rafa Nadal con Michael Phelps nadie mejor que Tommy Robredo, mayor que Nadal (cuatro años), pero inseparable en aquellos Juegos, ambos compañeros en el Real Club Tenis de Barcelona, y pareja de dobles sobre el cemento de Pekín. Pedieron en los cuartos de final frente a la pareja australiana formada por Lleyton Hewitt y Chris Guccione (6-2 y 7-6 (7-5), pero ganaron experiencias, como la de aquella tarde en el comedor de la villa olímpica con el mejor nadador de la historia.

"Nadal no paraba de firmar autógrafos. Nunca decía que no a una fotografía o a una firma, realmente eran increíble la dedicación", cuenta Robredo, que recuerda aquel día como si fuera hoy. Nadal y Robredo estaban comiendo en la villa y se les acercó un hombre tímido, "con una gorra", a quien al comienzo no reconocieron. Aquel hombre estaba inmerso en una semana histórica, porque logró hacer lo que ningún otro ser humano ha conseguido, "ni conseguirá", teniendo en cuenta la opinión de muchos entrenadores de natación que destacan la especialización y la competencia en los relevos. Conseguir ocho oros olímpicos es ahora mismo una quimera.

"Nunca decía que no a una fotografía o a una firma, realmente eran increíble la dedicación"

Tommy Robredo Extenista

Michael Phelps apenas tenía tiempo para nada en Pekín. Su programa constó de lanzarse 17 veces a la piscina para ganar ocho oros en apenas ocho días, con sus pertinentes sesiones de recuperación, descanso y dieta, porque se hicieron virales (sin redes sociales aún) sus desayunos de tres sándwiches de huevos fritos, dos tazas de café, un tazón de sémola, una tortilla de cinco huevos, tres rebanadas de pan y tres panqueques con chocolate, una de las tres comidas que hacía al día para ingerir en total 12.000 calorías.

En uno de esos momentos en el comedor, ese hombre de la gorra que Nadal estuvo a punto de decirle que no a la fotografía, se descubrió: "Cuando iba a decir que no vio que era Michael Phelps, que venía de ganarlo todo. Hasta las leyendas querían una foto con él". Todo lo explica Robredo, que conserva ese recuerdo en la memoria como uno de los más especiales y anecdóticos con su compañero.

Phelps disfruta de las gestas de un Nadal que siempre lo defendió

La admiración de Phelps por Nadal se verbalizó en esos mismos Juegos. El de Baltimore, ganador de 23 medallas de oro y 28 en total, reconoció que "es uno de los deportistas que más me gusta ver por la televisión". Pocos meses después de aquello, en medio de un parón tras un ciclo olímpico asfixiante por lograr la hazaña, Nadal salió en su defensa cuando trascendió una fotografía de Phelps fumando marihuana. El estadounidense confesó que las fotos era reales, y fue sancionado antes de seguir su carrera, con más altibajos pero igual de exitosa, en Londres 2012 y Río 2016, ya siendo padre de Bommer en esta última.

En el Open de Australia de 2009, donde Nadal siguió con su camino triunfal coleccionando Grand Slams seguramente ante la mirada de Phelps por la televisión, el de Manacor salió en defensa del nadador que meses atrás había conocido: "La imagen que da no es la mejor, pero todo el mundo puede tener un desliz. Los deportistas al final tampoco son máquinas... Ha conseguido todos sus retos y se está pegando una temporada sabática y es totalmente libre de poder hacerlo. Ya tendrá tiempo de volver a prepararse para los próximos Juegos. Phelps representa a los Juegos Olímpicos. No es nada menos que admirable y respetable lo que ha hecho", declaró.

La carrera de Nadal, que ahora tocará a su fin de forma definitiva en Málaga en la Copa Davis en noviembre, tiene miles de fotografías con títulos, victorias, besando cualquier metal o llenas de polvo de arcilla o de la hierba de Wimbledon. Pero, seguramente, hay una especial aunque el manacorí estuviera a punto de cometer un error imperdonable. "No somos máquinas", diría el propio Nadal.