TENIS

La nueva vida del Diego Forlán tenista: "Se entrena como un loco y va a seguir mejorando"

El exjugador de Villarreal y Atlético rinde ahora con raqueta en mano tras su retirada del fútbol.

Diego Forlán, en un torneo de veteranos en Perú./INSTAGRAM
Diego Forlán, en un torneo de veteranos en Perú. INSTAGRAM
Sebastián Fest

Sebastián Fest

Un día, Diego Forlán se alejó del tenis. Y otro día, décadas después, volvió a la raqueta con ansias competitivas. En una conversación con Enrique "Bebe" Pérez Cassarino, legendario capitán de Copa Davis de Uruguay, el ex futbolista le confesó algo: quería mejorar como tenista, quería jugar torneos. "Juega todos los días y entrena conmigo tres veces por semana", cuenta a Relevo Pérez Cassarino, que en sus años en el circuito entrenó a varios jugadores españoles: Alex Corretja, Carlos Costa, Francisco Clavet, Galo Blanco y Alex Calatrava. Fue, además, capitán de la Davis durante 20 años.

Forlán, hoy de 45 años, vive en Carrasco, el barrio de bellas casonas y jardines a las afueras de Montevideo, cercano al aeropuerto y camino a Punta del Este. Si quisiera, el ex Villarreal y Atlético de Madrid podría ir trotando o en bicicleta desde su casa al club, el más tradicional de la capital uruguaya. "Desde que dejó de jugar y se instaló de nuevo en Montevideo, Diego se lo toma muy en serio. Juega en el club y tiene un grupito de gente que entrena. Antes del torneo de Lima me pidió si le podía dar una mano", explica Pérez Cassarino, de 56 años.

El torneo de Lima es un ITF 1000 para veteranos, disputado hace pocos días, y en el que Forlán llegó a cuartos de final en individuales y conquistó el dobles. Así como se sospecha que el día que Rafael Nadal deje el tenis podría desarrollar una carrera en el golf, las ansias competitivas de Forlán se vuelcan en el tenis. No es casual: el goleador era un muy buen jugador de niño y adolescente, pero en determinado momento se inclinó por el fútbol.

Medios uruguayos han sostenido la historia de que lo hizo porque así podría garantizar un mejor apoyo económico a su hermana, a la que un trágico 14 de septiembre de 1991 le cambió la vida. En una noche de lluvia en la rambla de Montevideo, que bordea el Río de la Plata, el coche que conducía Gonzalo, el novio de Alejandra, se salió del camino, comenzó a girar enloquecidamente sobre el pavimento mojado y se estrelló contra una palmera. Gonzalo murió y Alejandra quedó cuadripléjica. Ninguno de los dos llevaba el cinturón de seguridad puesto. Alejandra tenía 17 años y Diego, 12.

Pérez Cassarino, que conoce a Forlán desde aquella época, cree que la opción por el fútbol no se debió al accidente, sino a algo natural: el padre de Diego, Pablo Forlán, fue un gran lateral de Peñarol. campeón de la Copa Libertadores y de la Intercontinental. Su abuelo, Juan Carlos Corazzo, fue también futbolista y llegó a dirigir a la selección uruguaya.

Diego y Alejandra se adoraban y se adoran. La hermana mayor de Forlán lo definió alguna vez en una entrevista con "Hola": "Diego tiene una generosidad pocas veces vista. Es una persona perseverante, disciplinada y, por sobre todas las cosas, muy humilde. Es un gran goleador de la vida, y creo que en eso nos parecemos mucho".

Alejandra vive hoy una viuda feliz como psicóloga, conferencista y emprendedora. Diego, que en 2018 jugó unos meses en el Kichee de Hong Kong como último destino profesional, es feliz también, casado con Paz Cardoso y padre de cuatro hijos. Pero un Forlán necesita competir. El hombre elegido como mejor jugador del Mundial de Sudáfrica 2010, en el que Uruguay fue cuarto, no puede quedarse en el sofá viendo Netflix. Y es por eso que abraza el tenis con la pasión y ambición de un profesional. "Diego arrancó de chico a jugar al tenis, y se nota", dice Diego Pérez, uno de los más grandes tenistas uruguayos de la historia, a Relevo.

"Él es muy serio en todo lo que hace. Se entrena como un loco, se entrena de verdad. A él le gusta estar en forma y tiene todos los aparatos en la casa".Pérez, que llegó a ser 27 del ranking mundial en 1984, es primo de Pérez Cassarino y conoce también a Forlán desde su juventud en el Carrasco Lawn Tennis. "El padre de Diego es socio del Carrasco desde que él era muy chiquito. Jugaba al tenis al mismo tiempo que jugaba al fútbol. Creo que fue una sabia decisión de su parte elegir el fútbol, pero como tenista le quedó esa base de tener un buen estilo, técnica, buenos golpes".

"No es el único futbolista enamorado del tenis: Álvaro Recoba se fanatizó, y al gordo Ronaldo lo veo enloquecido. Claro, arrancan de viejos y juegan como pueden, aunque tienen talento. El caso de Diego es muy diferente, él sabe jugar". Pérez, de tenis exuberante y muy físico en sus años de profesional, ha jugado muy poco en los últimos años, pero la pasión de Forlán se le contagia. "Le he dicho varias veces a Diego de jugar un poco con él".

¿Defectos del Forlán tenista? "Le cuesta un poco elegir los golpes a la hora de ganar los puntos, pero va a seguir mejorando, porque le gusta competir, es super competitivo". Pérez Cassarino, el hombre que guía a Forlán en el tenis, lo tiene bien estudiado desde hace años. "En la época del Villarreal y el Atlético de Madrid siempre tenía tiempo para el tenis. Llegó a pelotear con Marat Safin cuando el torneo de Madrid se jugaba sobre pista rápida. Lo que más necesita ahora es competir, sumar partidos, saber tomar decisiones. Pero lo disfruta un montón".

¿Cómo es el Forlán tenista? El ex capitán uruguayo de la Davis le hace una radiografía: "Es zurdo, y como todos los zurdos, talentoso. Tiene mucho para mejorar a la hora de ser más protagonista, de buscar más con su derecha. La usa mucho, con el revés mantiene el juego. ¿El saque? Le sale natural, pero no le pega tan fuerte en torneos como lo hace en entrenamientos. Y eso le pasa con los otros golpes, es lo que sucede cuando te faltan partidos". ¿Su físico? "Está muy en forma. Muy. Lo conozco desde los 12 años y viví toda su carrera europea. Yo también vivía en Europa en esos años, Diego tiene un profesionalismo y una conducta envidiables".

¿Su mejor golpe? "El drive, le sale más natural". ¿Su golpe a trabajar? "El revés, claramente, aunque ahí hay que decir algo: tuvo un problema en el hombro y dejó de pegarle a una mano para hacerlo con las dos. Lo decidió él cuando vio que le dolía. No cualquiera pasa de revés a una a revés a dos manos. Eso es, otra vez, talento". ¿Es más Federer o es más Nadal? "Lo veo más guerrero, lo veo más Nadal".

El futuro de Forlán seguirá incluyendo pistas de tenis en diferentes ciudades. "Entrenamos con él de 11 a 13, haga frío o haga calor. Quiere jugar un par de torneos más en el segundo semestre. Hay muchos que juegan al golf porque les gusta el costado placentero. No es el caso de Diego. Él quiere mejorar, quiere competir, quiere ganar".