Djokovic pasa de ronda sufriendo y cabreado con el público: "¡Ven aquí y dímelo a la cara!"

En Melbourne, allí donde ha salido triunfador en hasta diez ocasiones, Novak Djokovic ha protagonizado este miércoles un episodio singular. El serbio, más apurado de lo esperado ante el local Alexei Popyrin, número 43 del ranking ATP, ha superado la segunda ronda del Open de Australia en cuatro sets (6-3, 4-6, 7-6, 6-3)... con un cabreo monumental con un aficionado.

Todo ocurrió en la cuarta y última manga, justo después de que el tenista de Belgrado salvara, en la tercera, cuatro bolas de set en contra. Fue entonces, con el respetable encendido ante el desempeño de Popyrin, de 24 años y natural de Sídney, cuando todo estalló.

"Ven aquí, ven aquí y dímelo a la cara", gritó Djokovic dirigiéndose a la grada que se encontraba a sus espaldas, con el set igualado a dos juegos. "¡Baja y dímelo a la cara!", insistió el serbio, haciendo caso omiso a las peticiones del juez de silla, Carlos Bernardes, por continuar con el encuentro.

Segundos después, Djokovic dio por concluido su cometido y, con sonrisa socarrona, visiblemente fastidiado por unos comentarios que aún permanecen desconocidos, se dirigió a la línea de saque y prosiguió con un partido que suficiente le estaba exigiendo.

"No queráis saber lo que me ha dicho", ha respondido Djokovic, más relajado, en la rueda de prensa posterior al encuentro. "Llegaban muchas cosas desde esa esquina de la cancha y lo toleré durante un rato, pero hubo un momento en el que pensé que ya era suficiente. Le pedí que bajara y que me lo dijera a la cara, pero no tuvo el coraje de hacerlo. La persona en cuestión empezó entonces a disculparse desde la distancia. Eso es todo".

Casualidad o no, desde ese momento, 'Nole' solo cedió un juego más y cerró el partido con la contundencia a la que nos tiene acostumbrados en Melbourne. Salvo el oasis del ecuador, cuando Popyrin se embolsó el segundo set y estuvo a punto de hacer lo propio con el tercero, el número uno del mundo no falló a su cita con la victoria y certificó el billete para la tercera ronda del Open de Australia.