Esta vez no tocó la épica: Nadal se despide de Australia lesionado

El peor escenario imaginable. Rafael Nadal está eliminado del Open de Australia 2023 y lo peor de todo es que está lesionado de la pierna izquierda. El campeón de 22 Grand Slam ha notado unas molestias cuando perdía en su partido de segunda ronda por 6-4 y 4-3 ante Mackenzie McDonald y tras ser tratado por un fisio ha intentado tirar de épica. Pero esta vez no tocaba.

Un rato después, Nadal se ha inclinado en la Rod Laver Arena por 6-4, 6-4 y 7-5 ante McDonald para despedirse del primer Grand Slam del año. Ahora habrá que ver la gravedad de la lesión y si le permitirá continuar con su calendario previsto. Después de Australia, Nadal iba a competir en Dubái (del 27 de febrero al 4 de marzo) e Indian Wells (del 8 al 19 de marzo).

El defensor del título estaba sufriendo una barbaridad ante el 65 del ranking mundial y se encontraba contra las cuerdas cuando en un revés cruzado ha hecho un gesto raro e inmediatamente se ha dado cuenta de que algo le había pasado. En el siguiente punto ha tenido que abortar una carrera y en los dos siguientes ni siquiera se ha podido mover.

Nadal ha pedido entonces la asistencia de un fisioterapeuta del torneo y ha sido tratado en el vestuario unos cinco minutos. Después, ha vuelto a salir a la Rod Laver Arena y ha seguido compitiendo como buenamente ha podido. Tras perder el segundo set, se ha sentado en su silla, ha dado un raquetazo a su mochila y ha mirado al cielo como pidiendo explicaciones. ¿Por qué siempre a mí?, parecía preguntar Nadal, un tenista que tiene en Australia su Grand Slam maldito. Es raro el año que se va de Melbourne sin algún problema físico.

"Es agotador y frustrante tratar de luchar contra tantas lesiones", ha señalado Nadal después en rueda de prensa, en la que ha explicado que no sabe bien qué lesión tiene. "No sé si es muscular, de la articulación o del cartílago de la cadera".

Nadal entró ya con el gesto torcido en la Rod Laver Arena. La lluvia en Melbourne obligó a cubrir el estadio y el partido se jugó entero bajo techo, las condiciones que peor le vienen a su juego. Tenso, lento y con dudas, Nadal entregó su servicio en el primer juego del partido y McDonald, relajado, rápido y decidido, parecía que tenía prisa: en apenas 20 minutos se colocó 4-1 y llegó a tener dos pelotas para 5-1.

Estaban con los papeles intercambiados: McDonald era el que mandaba, el que metía todo y el que dominaba los puntos largos; Nadal era el que fallaba, con el revés, con la derecha y con el saque. No le salía nada y estaba rígido, frustrado. Costaba imaginar quién era el número dos del mundo y quién el 65.

Nadal reaccionó tímidamente con el 4-1 abajo en el primer set y encadenó algunos puntos buenos, pero el que se llevó al bolsillo el primer parcial fue McDonald. La dinámica pareció cambiar tras el descanso y a Nadal le empezó a correr la bola, su derecha paralela despertaba y él se animaba a sí mismo con gritos y golpes en el pecho. Estaba sufriendo y mucho. Pero lo peor estaba por llegar.

Tras ceder su servicio en séptimo juego, Nadal realizó una carrera hacia su lado de derecha y ahí todo cambió. Medio cojo y sin poder correr, el balear se agarró a su servicio para mantenerse en el partido y a punto estuvo de dar la sorpresa y llevarse en el tercer set. Pero hoy no tocaba. Nadal se despidió ovacionado mientras en su box, a su mujer Xisca se le caían las lágrimas. Un año después de su hazaña en la final, Nadal deja Australia lesionado y dibujando muchos interrogantes en su futuro próximo.

Además, la derrota en la segunda ronda le hará perder 1.955 puntos en el ranking ATP y caerá como mínimo del segundo al sexto lugar de la clasificación mundial.