MUTUA MADRID OPEN

La épica tras el triunfo de Andrey Rublev: anestesiado, cargado de medicamentos y la sensación de estar "casi muerto"

El tenista ruso confiesa que jugó la final del Mutua con un dedo anestesiado porque "no me podía poner siquiera las zapatillas".

Andrey Rublev tras fallar un punto en la final de Madrid./Reuters
Andrey Rublev tras fallar un punto en la final de Madrid. Reuters
Guillermo García

Guillermo García

Andrey Rublev no sólo tuvo que superar a Felix Auger-Aliassime para conquistar el quinto título de su carrera en la ATP. El tenista ruso, que necesitó tres horas para imponerse al canadiense por 4-6, 7-5, 7-5, también tuvo que superar sus propias molestias físicas y a su propio cuerpo para conseguir el segundo Masters 1.000 de su carrera.

Tras levantar el trofeo Rublev acudió a la sala de prensa donde, con la voz congestionada, confirmó que tendrá que volver al hospital para 'festejar' su triunfo en la Caja Mágica madrileño. "No habrá celebraciones, mañana tenemos que ir al hospital para que le hagan unas analíticas", aseguraba primero su entrenador Fernando Vicente ante los micrófonos de RTVE.

Minutos más tarde era el propio tenista el que confirmaba las palabras de su técnico: "Todavía estoy enfermo y mañana volveré al hospital para un chequeo completo y saber exactamente qué está pasando", dijo Rublev en una conferencia de prensa. "Me sentía casi muerto todos los días. No he podido dormir en los últimos tres o cuatro días".

"He estado enfermo durante ocho o nueve días y eso no es normal porque realmente no estoy mejorando. Eso es extraño porque normalmente cuando me pongo malo dura dos o tres días como máximo. Puedo tener fiebre, pero nada especial. Esta es la primera vez en mi vida que me siento tan mal. No puedo tragar, me duele la cabeza, no sé si son anginas, un virus. Voy cargado de medicamentos".

Rublev, que con su clasificación para la final del Masters madrileño se aseguró su ascenso en el ranking ATP hasta la séptima posición, confesó además que no sólo sufrió un proceso vírico antes de la final. También tuvo que jugar con un dedo del pie dormido a causa del dolor que sufrió antes del partido ante Auger-Aliassime.

"Me pusieron un anestésico en un dedo del pie porque, no sé cómo, se inflamó y empezó a crecer. La presión empezó a crecer en la zona del hueso y no podía ponerme ni siquiera la zapatilla. La sensación era similar a cuando te rompes un dedo.Entonces me pusieron un anestésico para que no lo sintiera y al menos pudiera jugar sin pensar".

A pesar de los numerosos problemas físicos que ha sufrido en Madrid, Rublev ya mira a Roma para intentar continuar con su racha ganadora. "Creo que es normal tener altibajos, pero mi objetivo ahora es seguir trabajando e intentar mejorar. Creo que mostré un gran nivel de tenis desde el primer partido y al final pude ganar el título. Ahora creo que lo más importante es intentar recuperarme y estar preparado para Roma".