Reviviendo el momento más épico de Nadal en Madrid: "Corría más en el quinto set que en el primero"
Nadal levantó dos sets a Ljubicic en la final de 2005 y se fue corriendo al palco del Bernabéu para ver un Real Madrid-Valencia. "El público no estuvo bien, me silbaban", dijo su rival.

"Empezamos con preguntas en español. Vamos rápido, que Rafa quiere ir a ver el partido de fútbol", dice el moderador de la sala de prensa. Rafael Nadal acaba de ganar el Masters de Madrid por primera vez después de un partido épico en el que ha levantado dos sets en contra y en su cabeza no está salir a celebrarlo ni irse a descansar. Quiere despachar rápido la rueda de prensa con los periodistas en el Rockódromo de la Casa de Campo para coger un coche y llegar al Real Madrid-Valencia que se va a disputar en el Santiago Bernabéu.
"No voy a llegar a las nueve, pero espero llegar al menos a la segunda parte", dice un Nadal de 19 años radiante. Cuando entra en el palco del estadio, el partido va ya por el minuto 30 y la presencia del balear no le da especialmente buena suerte al equipo de sus amores. El Real Madrid acaba 1-2 (marcaron Raúl, Villa y Baraja) y Nadal se marcha a dormir menos contento de lo que debería.
Porque lo que hizo aquel domingo 23 de octubre de 2005 quedará para siempre como una de sus grandes gestas. Fue, además, su primer gran triunfo en Madrid, un partido en el que pasó de todo y que terminó con Ivan Ljubicic, el rival, bastante enfadado con la actitud de los aficionados. "Parecía el público de la Davis. No estuvo bien, me silbaban cuando fallaba el primer saque, eso no es correcto", llegó a decir el croata.
"La gente me decía que si hacía un partido largo, iba a tener más posibilidades porque Nadal tenía problemas en la rodilla. Pero corría mucho más en el quinto set que en el primero"
Rival de Nadal en 2005Fue hace casi dos décadas. El Masters Series (antiguo nombre de los Masters 1000) de Madrid celebraba su tercera edición y todavía se disputaba en octubre, en pista dura y bajo techo y en la Casa de Campo. Tras pasar desapercibido 2003 y 2004, Nadal llegó a la edición de 2005 como uno de los grandes favoritos. Tenía 19 años y estaba protagonizando una temporada absolutamente espectacular: había ganado Roland Garros, además de los Masters de Montecarlo, Roma, Canadá y otros torneos como Barcelona, Acapulco, Stuttgart, Bastad, Pekín y Costa do Sauipe y aterrizaba en Madrid como número dos del ranking mundial.
Nadal se plantó en la final tras eliminar a Hanescu, Robredo, Stepanek y Ginepri sin ceder un solo set. Por el otro lado del cuadro, ausente Roger Federer por una lesión, fue Ljubicic el que alcanzó el partido definitivo. El croata empezó mandando y se llevó los dos primeros sets 6-3 y 6-2. Por aquel entonces, las finales de los Masters eran a cinco sets, así que Nadal todavía no había dicho su última palabra.
«El árbitro no iba a hacer nada...»
El punto de inflexión llegó en el inicio del segundo set. Hubo dos juegos eternos, Nadal ganó ambos y el público del Rockódromo se encendió. "Todo cambió ahí. Sabía que iba a ser extremadamente difícil y lo fue", admitió Ljubicic, que incluso se llegó a quejar al juez de silla por la actitud del público. "Me molestaba mucho que hicieran ruido durante los puntos, pero el árbitro no iba a hacer nada..."
Como tantas veces hizo después en su carrera, Nadal revivió y se terminó llevando los tres últimos sets por 6-3, 6-4 y 7-6 (7-3) para delirio del público madrileño. "El apoyo de público fue fundamental. Habría sido imposible ganar a Ljubicic en cualquier otro sitio. He ganado gracias a ellos", dijo después de cuatro horas de partido un Nadal de pelo largo, camiseta sin mangas y pantalones pirata.
Gracias al público, sí, pero también gracias a sus piernas. Nadal llevaba en aquella final las cintas de sujeción de la rótula que tanto usó durante su carrera. Aunque sólo tenía 19 años, su cuerpo ya le empezaba a dar algún que otro quebradero de cabeza. Eso le habían dicho a Ljubicic también.
"Me sorprendió mucho lo que corría Rafa al final del partido porque era increíble. La gente me decía si hacía un partido largo, iba a tener más posibilidades porque Nadal tenía problemas en la rodilla. Que no estaba bien, que si le dolía esto y aquello. Pero corrió mucho más en el quinto set que en el primero", comentó el croata.
Aquel partido fue el último de una temporada extenuante para el balear. Disputó nada menos que 89 partidos y después de triunfar en Madrid renunció al Masters Series de París y a la Copa de Maestros de Shanghai. Poco le importaba después de 11 títulos y una final para el recuerdo en Madrid. "Creo que este año es casi imposible de repetir. El año que viene empezaré con ganas, pero sin presión porque este año ha sido increíble, un año para recordar. Intentaré el máximo, pero siendo consciente de que no puedo repetir esto".