ROLAND GARROS

Reviviendo el día más difícil de Alcaraz desde dentro: "Comiendo ya tenía el estómago cerrado"

El entorno del español admite que el tenista ha pasado un día más tenso de lo normal. "Va a aprender mucho de esto, le va a venir muy bien este torneo".

Carlos Alcaraz se lleva la mano al gemelo izquierdo tras acalambrarse en las semifinales de Roland Garros. /Quality Sport Images/Getty Images
Carlos Alcaraz se lleva la mano al gemelo izquierdo tras acalambrarse en las semifinales de Roland Garros. Quality Sport Images/Getty Images
Nacho Encabo

Nacho Encabo

París.- Ha pasado apenas una hora desde que Carlos Alcaraz se ha despedido de Roland Garros, con todo el cuerpo acalambrado por la tensión de medirse a Novak Djokovic, y por la escalera que da a los vestuarios, en las tripas de la Philippe Chatrier, emerge la figura de su fisio, Juanjo Moreno.

Como es lógico, trae cara de pocos amigos y es Carlos Alcaraz padre el que le sonríe y le da un caluroso abrazo. Mientras tanto, Jaime, el hermano pequeño de Carlitos, apura un kitkat y se ríe y vacila con su abuelo. "Ya está, a pensar ya en lo siguiente", dicen con naturalidad. "Va a aprender mucho de esto, le va a venir muy bien todo lo que ha vivido a lo largo del todo el torneo".

"Si alguien dice que sale a jugar sin nervios contra Novak, está mintiendo. Tienes nervios por ser las semifinales de un Grand Slam, pero todavía más por ser Novak"

Carlos Alcaraz Nº1 del ranking ATP

Interrumpe ese momento íntimo Goran Ivanisevic, entrenador de Djokovic, que pasa al lado con varias raquetas en la mano y que abraza y saluda afectuosamente a la familia Alcaraz. A pocos metros, Álex Corretja se zampa un bol de frutas al lado de Guga Kuerten y hablan del partido, sí, de los calambres de Alcaraz. De cómo el chico de 20 años, pura explosividad, puro nervio, se abrumó mentalmente ante Djokovic y de cómo ese bloqueo mental acabó cortocircuitando las piernas y los brazos del número uno del mundo.

"He tenido calambres, pero no a este nivel", comenta Alcaraz mientras tanto en rueda de prensa. "Primero he notado calambres en el brazo, pero en el inicio del tercer set se me acalambró todo el cuerpo, todas las partes de las piernas. No me podía mover".

Muchos nervios durante todo el día

Alcaraz reconoce que este viernes tenía más nervios que de costumbre. No lo esconde. "Si alguien dice que sale a jugar sin nervios contra Novak, está mintiendo. Tienes nervios por ser las semifinales de un Grand Slam, pero todavía más por ser Novak", dice. Es todo una cuestión mental, de saber manejar la situación.

Y los nervios llevaban ya en su cuerpo desde primera hora de la mañana. El calentamiento a las once de la mañana en la pista dos de Roland Garros le ayudó a relajarse y a soltar un poco esa abundancia de excitación que acumulaba y que tan bien disimula con su sonrisa. Se tiró firmando autógrafos durante 15 minutos después del peloteo con Juan Carlos Ferrero.

"Lo achaco a lo mental y no a lo físico, porque he entrado al partido más tenso de la cuenta y no he sabido relajarme"

Carlos Alcaraz Nº1 del ranking ATP

Tras el paso por la ducha, acudió al comedor de jugadores para llenar el tanque de gasolina. Pero no era un día más. "Comiendo ya tenía el estómago cerrado", dicen en su entorno. "Ha sido un día de muchos nervios". Un rato después ha salido a la Philippe Chatrier, una de las catedrales del tenis, a jugarse su primera final de Roland Garros ante un tipo que había estado 45 veces en las semis de un grande. El tamaño del reto era mayúsculo.

Para colmo, Nole se ha llevado el primer set y a Alcaraz le ha costado un mundo ganar el segundo e igualar la contienda. Y después, en su mejor momento, pum. El brazo no responde. Las piernas, tampoco. "Lo achaco a lo mental y no a lo físico, porque he entrado al partido más tenso de la cuenta y no he sabido relajarme".