US OPEN
Fue nº1, se retiró, tuvo dos hijos, jugó con veteranas y ahora sueña con ganar el US Open
Caroline Wozniacki regresó a la competición hace unas semanas después de tres años inactiva. Este miércoles derrotó a Kvitova, nº11 del ranking.
El 6 de diciembre de 2019, la exnúmero uno de la WTA Caroline Wozniacki anunció que se retiraría después del Open de Australia. Quería formar una familia junto a su marido, el campeón de la NBA David Lee. Así que el 24 de enero de 2020, tras perder con Ons Jabeur en Melbourne, colgó la raqueta. El 11 de junio de 2021 dio a luz a una niña, Olivia. Y el 24 de octubre de 2022 nacía James.
Si te has liado con tanta fecha, no te preocupes. Porque la más importante viene ahora: el 30 de agosto de 2023, unas semanas después de regresar a la competición, la tenista danesa derrota a una de las mejores jugadoras del mundo para plantarse en la tercera ronda del US Open y seguir soñando con su resurrección de película.
"Es increíble poder ganar a una campeona como Petra", señaló en la noche de este miércoles en Nueva York tras tumbar por 7-5 y 7-6 (7-5) a Kvitova, número 11 del ranking y doble campeona de Wimbledon. Era apenas su quinto partido después de tres años sin competir, una muestra de la calidad y el fuego interno de la jugadora nacida en Dinamarca hace 33 años.
Wozniacki se retira con 29 años
Cuando anunció su retirada hace ya casi cuatro años, Wozniacki se acababa de casar con David Lee y quería tener más tiempo para él, formar una familia y viajar. "No tiene nada que ver con mi salud", dijo en aquel 2019, poco después de que le detectaran artritis reumatoide. Aunque ya se barruntaba en los meses anteriores, no dejó de sorprender: tenía 29 años, había ganado en 2018 el Open de Australia y se codeaba todavía con las mejores.
La danesa recorrió medio mundo junto a su marido y tuvo dos hijos. Pese a ello, nunca aparcó la raqueta. En su cuenta de Instagram hay muchas publicaciones de ella jugando al tenis y entrenándose en estos últimos tres años. Incluso en este mismo 2023 disputó el torneo de leyendas de Roland Garros, un evento en el que participan tenistas ya retiradas.
Y unos días después, el 29 de junio, apareció en la revista Vogue para anunciar su regreso. "Return of serve", tituló la prestigiosa revista con una foto de la danesa y sus dos hijos sobre una pista de tenis. "En los últimos tres años que he estado fuera del tenis, he podido recuperar el tiempo perdido con mi familia. Me he convertido en madre de dos preciosos niños y estoy muy agradecida por ello, pero aún tengo objetivos por lograr. Quiero demostrarle a mis hijos que puedes perseguir tus sueños, sin importar tu edad o tu rol. Hemos decidido como familia que es el momento, voy a volver a jugar", indicó la jugadora.
El regreso en la gira americana
El primer partido de la nueva Wozniacki fue a principios de agosto en Montreal, donde derrotó a la australiana Kimberly Birrell antes de caer en la segunda ronda con Marketa Vondrousova, reciente campeona de Wimbledon. La semana siguiente fue a Cincinnati y perdió en su debut con Varvara Gracheva. No era, desde luego, la mejor preparación de cara al US Open.
Pero sobre las pistas de Flushing Meadows, en las que Wozniacki fue finalista en 2009 y 2014, la danesa parece haber despertado. Siendo la número 623 del ranking WTA y participando gracias a una invitación, la danesa se deshizo en su debut de Tatiana Barkova por un cómodo 6-3 y 6-2 y en la segunda ronda dio el golpe ante Kvitova en la sesión nocturna de la Arthur Ashe, el turno reservado a los grandes partidos de cada jornada en Nueva York.
"Sabía que iba a tener alguna posibilidad de ganar porque creo en mí misma. Pero al mismo tiempo sabía de la complicación, porque viene de un gran año. Es la número uno del mundo y le encanta jugar en pista dura. Sabía que iba a ser un partido duro y que tenía que jugar mi mejor tenis", indicó Wozniacki a los periodistas después del encuentro con Kvitova. El cuento de hadas continuará este viernes ante la estadounidense Jennifer Brady.