WIMBLEDON

La idea de tener un sindicato de entrenadores de tenis: "Estamos en una posición muy débil"

Wim Fissette, entrenador de Naomi Osaka, proyecta una asociación de técnicos para defenderse y dar importancia a su oficio.

Ferrero, entrenador de Alcaraz, en la grada./EFE
Ferrero, entrenador de Alcaraz, en la grada. EFE
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Londres.- El tenis es global y mueve mucho dinero. Los principales jugadores de ambos circuitos normalizan, por ejemplo, llegar a una ciudad para disputar un torneo y ver su cara en una lona que cubre todo un rascacielos. Es solo un ejemplo y daría para filosofar mucho sobre lo que es la vida del tenista.

El caso es que los torneos ganan un dineral, los circuitos mueven cantidades astronómicas, los jugadores para qué contar, pero ahí termina la cosa. En otros deportes, los entrenadores son personas reverenciadas, referentes, gente con mucho foco, pero en el tenis, salvo honrosas excepciones, son más una herramienta de los jugadores que una parte importante del circo.

Wim Fissette está tratando de cambiar algo de eso. Lo hace desde una posición de privilegio, él es el técnico de Naomi Osaka, quizá la más mediática de las deportistas, y antes lo ha sido de Azarenka, Clijsters, Kerber o Halep. Es decir, mira las cosas desde la mirada de la élite más absoluta dentro del tenis femenino. Busca que los entrenadores se unan, crear algo parecido a una agencia que les defienda. Un sindicato, si se quiere.

"Estamos intentando crear algo. Yo llevo en el tour 15 años y siempre he sentido que la parte más difícil de mi trabajo es cuidar de mí mismo cuando no estoy con una jugadora, contactar con sus agentes, negociar. Si yo pierdo el trabajo necesito contratar mis abogados, necesito que alguien me ayude con el papeleo. Y la mayoría de entrenadores ni siquiera tienen contrato, estamos en una posición muy débil", explica el belga.

La precariedad es un problema, por más que pueda parecer raro desde fuera a quien considera que esto es un mundo en el que solo existe el lujo. Un jugador o una jugadora pueden, de un día para otro, mandarte al paro y, en muchos casos, sin ningún tipo de acuerdo, pues los contratos no son algo tan frecuente.

"Hablas con agencias de representación enormes, que mueven muchísimo dinero y tienen mucho poder, además ellos cuando te contactan saben lo mucho que quieres ese trabajo, es muy difícil negociar", cuenta Fissette a Relevo.

"Y yo creo que la mayor parte de entrenadores solo queremos hablar de tenis. En otros deportes los entrenadores tienen representantes para hacer esas tareas", explica. "Cuando hablo con otros entrenadores veo que muchos ni siquiera tienen contrato, es un ambiente no muy saludable ahora mismo. Creo además que estamos perdiendo grandes oportunidades de esponsorización, porque obviamente hay entrenadores que han sido súper importantes para el desarrollo de los jugadores", relata el técnico belga.

La explotación comercial

Porque es verdad que en España se han dado dos excepciones evidentes, Toni Nadal y Ferrero no son como tantos otros, ellos sí tienen una imagen más o menos consolidada. "Creo que le podemos dar un mejor entorno a los técnicos, hay entrenadores muy buenos", explica.

Aquí Fissette habla de una doble vía para lo que se está creando. Una de ellas, más asociada a la agencia de representación, una manera de asesorar y facilitar la carrera de los técnicos. Otra más cercana a la idea de un sindicato, una unión para que los más débiles dentro del colectivo puedan tener un respaldo en momentos difíciles.

"Hemos firmado algunos entrenadores, como Tom Hill, que entrenó seis años a Sakkari y ahora está con Stearns, una jugadora joven, era un trabajo que él realmente quería y le ayudamos en ello. Estamos hablando con más entrenadores, pero realmente a lo que queremos ir es a la creación de un sindicato para todos los entrenadores. Algo parecido a la PTPA de los jugadores. Solo queremos ayudar a todos los entrenadores, aunque quizá no será posible en cosas como la búsqueda de acuerdos comerciales", relata el técnico que, obviamente, tiene una mirada más amplia de lo habitual en el deporte.

"Queremos enseñar el valor de los entrenadores. Un jugador puede ser interesante, pero si llamas a Juan Carlos Ferrero o a Toni Nadal creo que también puedes tener una tarde muy plácida, muy buena para la gente que escucha, tienen muchas cosas que contar", desarrolla para ayudar a entender todo el potencial que tienen los entrenadores que, en su opinión, todavía no se está desarrollando.

Una manera de dar una personalidad y un relieve a una figura que es clave para los tenistas, pero la mayor parte de las veces se trata de una manera puramente instrumental.