WIMBLEDON

El momento que lo cambió todo para Alcaraz con los calambres en el recuerdo

El español destroza a Djokovic en el inicio del tercer set, justo el momento en el que sufrió los calambres en las semifinales de Roland Garros.

Carlos Alcaraz, durante la final de Wimbledon 2023 ante Novak Djokovic. /EFE/EPA/TOLGA AKMEN
Carlos Alcaraz, durante la final de Wimbledon 2023 ante Novak Djokovic. EFE/EPA/TOLGA AKMEN
Nacho Encabo

Nacho Encabo

El 9 de junio, hace poco más de un mes, Carlos Alcaraz partía como favorito ante Novak Djokovic en las semifinales de Roland Garros, pero su cabeza se bloqueó y sus músculos se agarrotaron. Fue una de las muestras más impactantes de lo que es el miedo escénico. Justo cuando mejor estaba, Carlitosse abrumó ante la figura de Nole.

Alcaraz, rey de Wimbledon.REUTERS

Aquél fue un golpe muy duro para Alcaraz. Él se veía listo y preparado para semejante batalla mental, pero se dio cuenta de lo que imponen las leyendas en los grandes escenarios. "Nunca sentido tanta tensión como hoy", dijo después de caer por 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1 en las semis del Grand Slam francés.

Han pasado sólo 37 días de aquello y vaya si ha cambiado la película. Porque esta vez había muchos más motivos para sentir esa mochila. Era de nuevo Djokovic al otro lado de la red, en el jardín del serbio, la central de Wimbledon, ese estadio en el que no perdía un partido desde 2013, en el que había levantado siete copas, en el que se sentía invencible. Djokovic no es a Wimbledon lo que Nadal a Roland Garros, pero se acerca mucho. 

El sopapo de Djokovic y la reacción de Alcaraz

Para colmo, Nole arrancó pisando a fondo el acelerador. 6-1 en poco más de media hora. Estás en mi pista, Carlitos, parecía decirle Djokovic con la mirada a un rival con 16 años menos. Todo estaba en contra del murciano, pero él es tan testarudo, tan cabezón, que quería demostrar que lo de París fue una lección y que la tenía aprendida. Quizás parece demasiado bravucón cuando dice que quiere ser uno de los mejores de la historia, pero también es cierto que sólo los que se lo creen, los que caen y se levantan, los que no se rinden, tienen la oportunidad de luchar por las cotas más altas del deporte. Y aunque le queda un trecho enorme por recorrer, está en la senda de las leyendas.

Este domingo, tras el sopapo del 6-1, Alcaraz levantó una bola de set en el tie break del segundo antes de igualar el partido. Ya había hecho lo más difícil. Seguramente a Alcaraz se le pasó por la cabeza lo ocurrido en Roland Garros hace 37 días: ahí Djokovic se llevó el primer set por 6-3, Alcaraz ganó el segundo por 7-5 en una auténtica batalla y después llegó el drama de los calambres y la presión.

¿Qué ocurrió en Wimbledon? Pues todo lo contrario: que Alcaraz se desató. El murciano rompió en el primer juego del tercer set y después confirmó el break antes de un juego eterno que le daba medio set. Ahí cambió todo. Un rato después estaba derrumbado sobre la hierba de Wimbledon celebrando el segundo Grand Slam de su carrera. En Wimbledon, ante Djokovic, remontando, sin calambres, en cinco sets. Y sólo han pasado 37 días.