Murray no tendrá su homenaje: "Como os podéis imaginar, está muy decepcionado"
Después de frenéticos intentos por mantenerse en el cuadro, finalmente su lesión en la espalda le impedirá jugar, aunque sí estará en el doble con su hermano.
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Londres.- Andy Murray tenía un deseo y no lo podrá cumplir. Lleva cuatro días en Wimbledon rumiando una decisión que no quería tomar. En la rueda de prensa previa al torneo decía que quería jugar una vez más, aunque solo fuese una. Porque para él este club, esta gente, este entorno son algo muy especial. Y sabe que el reloj se ha parado y que ya está en el cuento de descuento. Pero toda la ilusión del mundo, la mayor de las voluntades, no es capaz de ignorar una realidad física.
El jugador escocés ha comunicado que no disputará el torneo de individuales. Estaba previsto que jugase en el último turno de la central este martes para recibir así el último homenaje. Se daba por hecho que no iba a lograr ganar, hace ya tiempo que Murray no tiene un físico para competir, pero por lo menos deseaba una vuelta mal.
El quiste en la espalda le impide hacerlo. La operación a la que se sometió hace unas semanas ha evolucionado bien, pero no lo suficiente. El problema es que tiene pinzado un nervio por ese quiste y ese nervio es clave para la movilidad de su pierna derecha. La tiene medio dormida, una sensación rara con la que el jugador ha intentado convivir sin éxito. Por más que se haya entrenado en estos días.
"Desafortunadamente, pese a todo el trabajo que ha hecho en su recuperación, Andy ha tomado la difícil decisión de no jugar el torneo individual", dijo el equipo de Murray en un comunicado.
"Como os podéis imaginar, está muy decepcionado, pero ha confirmado que jugará el torneo de dobles con Jamie y espera poder competir en Wimbledon una última vez".
Andy - we're sorry to hear you won't be playing singles this year.
— Wimbledon (@Wimbledon) July 2, 2024
But we are so looking forward to seeing you compete in the doubles and celebrating all the memories you have given us 💚💜 pic.twitter.com/rB7onqfirX
Él, ha diferencia de Djokovic, se planteaba jugar sin poder ser competitivo. "Solo quiero sentir una vez ese temblor", explicaba. En estos primeros días él es el centro del torneo, no solo por su condición de local, que evidentemente sí, sino también por todo lo que implica su figura, un gran caballero del deporte, una persona especial que rompió bastantes barreras -como tener una entrenadora, pero no solo- y un referente para muchos de los que caminan arriba y abajo por el All England Tennis Club.
De hecho, los reporteros se afanan en preguntar en cada conferencia de prensa por el escocés, por su legado y por la huella que ha dejado a su alrededor. Y lo que se escucha son siempre palabras cálidas, de reconocimiento y admiración. Quizá se quedó un poco corto para llegar a convertir en cuatro lo que terminó siendo un grupo de tres, pero no se puede culpar a ningún ser humano de no haber alcanzado las cotas de Djokovic, Federer y Nadal.
A Murray le quedan solo un par de balas. Para el cuadro de dobles tiene una invitación, si puede jugará con su hermano. Tiene que cubrir menos terreno y aunque no es lo mismo, porque el tenis por parejas es menos, no deja de ser una despedida necesaria para alguien que ha hecho todo lo posible por aparecer en Wimbledon.
La otra son los Juegos, y es también especial. Murray pasará como el mejor olímpico de su generación -sí, de esa generación- al haber conseguido dos oros en individuales. No repetirá ese éxito en París, pero quizá es el mejor adiós posible.