WIMBLEDON

¿Quién es Vondrousova? Tatuajes de autoayuda, ropa de outlet y el gato 'Frankie'

La checa ha logrado su primer Grand Slam en uno de los momentos más inesperados de su carrera deportiva.

Vondrousova, campeona de Wimbledon 2023./REUTERS
Vondrousova, campeona de Wimbledon 2023. REUTERS
José M. Amorós

José M. Amorós

Londres.- "¿Cuántos tatuajes llevo? No sé el número", confesaba hace unos días Marketa Vondrousova, la nueva campeona femenina de Wimbledon. Sus brazos, llenos de pequeños dibujos que recorren desde el hombro hasta las manos llaman la atención. Incluso, alguna que otra periodista intenta descifrar qué son a mi lado en la sala de prensa y encuentra dos claros ejemplos de autoayuda grabados en su piel: "No rain, no flowers" [no llueve, no flores] e "It's OK" ["Está bien"]. Cada vez que se ha puesto delante de los periodistas ha tenido que responder alguna pregunta sobre su afición a la tinta y, con su salto a la fama con su título en Londres, seguro que serán un reclamo publicitario.

Una relación con las marcas que sufrió un duro golpe hace apenas siete meses. Después de un calvario por una lesión de muñeca que la dejó fuera de los tres últimos Grand Slam de la temporada en 2022, su marca deportiva decidió no renovar su contrato después de cuatro año. Más allá del puesto 30, la checa no era rentable para Nike.

Desde entonces, ha jugado con ropa descatalogada, directa del outlet y de lo que quedaba por casa del año pasado. Por ello, en este Wimbledon, no hay ni rastro de su una marca deportiva en su indumentaria blanca y dos patrocinadores personales son única publicidad en el pecho.

Estár más allá de la 32ª mejor del ranking WTA te deja fuera de las cabezas de serie de los Grand Slam. En esta ocasión, Vondrousova llegaba como el puesto 42 de las mejores jugadoras del mundo en este 2023 y su cuadro iba a ser más complicado. Después de un debut plácido ante la estadounidense Stearns, se ha ido enfrentando a una sucesión de jugadores dentro de las favoritas: la rusa Kudermetova (12ª), la croata Vekic (20ª), su compatriota Bouzkova (32ª), la también estadounidense Pegula (4ª) y, finalmente, la ucraniana Svitolina que llegaba con una wild card después de ser madre pero tiene nivel de sobra para ganar a cualquiera.

El gato Frankie se quedó en casa

El complicado camino hacia el título podía haber sido el motivo por el que el marido de Vondrousova, su gran apoyo durante la oscuridad de las lesiones, no ha viajado a Londres en estas últimas dos semanas, perdiéndose una cita siempre especial como Wimbledon. Pero la realidad es que ha sido Frankie, su gato, el que ha obligado a quedarse en casa para cuidarlo. Eso sí, hasta antes de la final, cuando hubo que llamar ya a un cuidador de gatos: "Nos ha dicho que llega mañana", confesó el pasado jueves tras ganar la semifinal.

Hace un año, Marketa también estuvo en Londres en las fechas de Wimbledon, pero solo por hacer turismo y animar a su mejor amiga, Miriam Kolodziejova. "Visitamos el London Eye y ese tipo de cosas, fuimos de compras, a algunos buenos restaurantes también... Éramos turistas normales". Lo hacía con un brazo enyesado y en cabestrillo después de su segunda cirugía. Era una visita complicada a un torneo que parecía haber terminado con su exitosa carrera cuando, en 2019, sufrió en estas pistas la grave lesión en su muñeca.

Poco después de volver de Londres, acudió al médico para quitarse la férula con urgencia. No fue por las ganas de volver a jugar al tenis y de comenzar el sueño de ganar Wimbledon, sino porque se casaba y no era cuestión de ir con el brazo con un armazón de yeso.

Seguramente sin saberlo, aquel fue el primer gran paso de su carrera hacia volver a ser lo que fue. Justo antes de aquel maldito verano londinense de 2019, donde llegó tras ser finalista de Roland Garros y colocarse como una de las mejores jugadoras del mundo. Finalmente, lo ha conseguido y llegando a lo más alto: Reinar en 'La Catedral' del tenis. Ahora las marcas deportivas volverán a querer vestirla y querrán poner un palco al gato Frankie en los próximos torneos.