El triunfo pilla por 'sorpresa' a Alcaraz y a su equipo: todos al sastre para conseguir un traje para la cena de campeones

Londres.-La victoria de Carlos Alcaraz sobre Novak Djokovic en la final de Wimbledon era algo que muchos no vieron venir. El serbio llevaba 45 triunfos consecutivos en la pista central del All England Club y todo apuntaba a un nuevo triunfo de Nole tras un primer set en el que el tenista murciano pagó la novatada. Nada más lejos. Alcaraz se puso el traje de faena y remontó para llevarse el triunfo en cinco mangas en uno de los mejores partidos de la historia del torneo.

Tocaba disfrutar del triunfo conseguido y más tarde de celebrarlo en la cena de los campeones, donde Alcaraz tendrá que abrir el baile junto a Vondrousova, campeona del torneo femenino. Una gala que exige etiqueta y un código de vestimenta que obliga a los asistentes a asistir con traje y que pilló por sorpresa tanto al tenista murciano como a los componentes de su equipo.

Tal y como ha podido saber Relevo, nada más terminar el partido Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero se dedicaron a atender a los medios de comunicación, mientras que el resto del equipo del tenista murciano tuvo que acudir de urgencia al sastre que hay en el club londinense para que les tomaran medidas y prestarles un traje para acudir a la cena. Tanto Alcaraz como su entrenador también tuvieron que pasar por el sastre de Wimbledon para hacerse una prenda con la que acudir a la gala.

"Muy contentos. La victoria obviamente no era superesperada, pero sabíamos que Carlos tenía muchas posibilidades de luchar por ella. Ha hecho un partidazo contra Novak, que es una leyenda y necesitábamos jugar así para poder ganar", aseguraba Juan Carlos Ferrero a la pregunta de Relevo sobre esa sorpresa entre comillas que fue el triunfo del Alcaraz, que retrasó su rueda de prensa porque también tuvo que ir a por un traje de Louis Vuitton que les prestaron para la gala.

Es el protocolo de un torneo que se ha rendido al tenista murciano, convertido en el quinto jugador español en proclamarse campeón en Londres. El camino lo inició Manolo Santana en 1966. Hubo que esperar casi 30 años, hasta 1994 para volver a ver a una española levantando el trofeo, Conchita Martínez. Luego llegó el turno de Rafa Nadal, que ha ganado Wimbledon en dos ocasiones, y de Garbiñe Muguruza. Todos ellos tuvieron que cumplir con el baile y la etiqueta en esa cena de campeones y todos tuvieron que vestir sus mejores galas para cumplir con la tradición.

"Es un sueño hecho realidad. Es muy grande ganar, pero incluso si hubiese perdido estaría orgulloso de mí, haciendo historia en este torneo, jugar una final contra una leyenda de nuestro deporte. Poder jugar estas rondas finales, un chico de 20 años, no me esperaba estar aquí. Es muy rápido, estoy muy orgulloso de mí, de todo el equipo, de cómo trabaja", dijo el nuevo rey de Wimbledon que ya espera al baile del año que viene. Y esta vez sí llevará el traje en la maleta.