Qué le pasó a Emma Raducanu con más de un acosador dentro y fuera de las pistas de tenis
La tenista británica sufrió en 2021 y 2022 el asedio de un acosador que terminó condenado por la justicia de su país y en este 2025 vivió otro incidente inquietante en Dubái.

Emma Raducanu se metió en la historia grande del tenis en 2021 cuando se convirtió en la primera tenista en ganar un Grand Slam partiendo desde la clasificación previa y sin perder ningún set. Le ganó la final del US Open a la canadiense Leylah Fernandez por 6-4 y 6-3 y su reconocimiento internacional creció exponencialmente, pero este reconocimiento no siempre viene con buenas noticias; a veces ocurre justo lo contrario.
Cualquier deportista exitoso tiene fans en todo el mundo, mucho más en esta época de sobreabundancia informativa e intensidad en las redes sociales, pero el límite entre la admiración genuina y las intenciones más oscuras tiene que estar muy claro. Emma Raducanu lo sabe y en los últimos años ha tenido que lidiar con, que sepamos, dos situaciones de acoso fuera y dentro de las pistas de tenis.
El primero, un trauma que le provocó a esta tenista británica nacida en Canadá una escalofriante situación sufrida entre 2021 y 2022 con consecuencias para su salud mental.
Cuando esa historia parecía definitivamente enterrada, Raducanu vivió otro episodio de terror en el Dubai Duty Free Tennis Championships de 2025 que obligó a detener el partido que estaba jugando con la checa Karolina Muchova cuando la joven jugadora británica detectó a otro acosador en el público, corrió a esconderse detrás de la silla del árbitro y rompió a llorar desconsoladamente.
El acosador fue detenido por la policía local tras entregarle a Raducanu una carta, tomarle una fotografía y mostrar un comportamiento obsesivo en las gradas durante el partido que la jugadora británica estaba disputando con Muchova. La carta que le había entregado a Raducanu incluía su nombre y número de teléfono, según reveló la jugadora, que no presentó cargos a pesar del mal momento vivido.
La situación es de tal límite con Raducanu que las autoridades de la WTA ofrecieron a hasta cinco vigilantes de seguridad para poder jugar tranquila en el torneo de Indian Wells 2025, incluyendo un exagente de la CIA durante la época en la que Bill Clinton era presidente de Estados Unidos.
El inicio del primer acoso a Raducanu
Volviendo al primer incidente, conocemos la historia de Amrit Magar, un ex repartidor de mercaderías en Londres de 35 años, que comenzó a invadir el espacio personal de Emma Raducanu tras obsesionarse con ella tras su histórica victoria en el US Open. Magar se acercó varias veces hasta la casa familiar de Raducanu en Bromley, en sur de la capital inglesa, y dejó allí varios objetos y mensajes inquietantes que alarmaron a la tenista y su familia.
Pimero fueron cartas románticas y un ramo de flores. Después un mapa indicando cuánto tiempo le había tomado llegar caminando hasta el sitio (con un mensaje inquietante: "37 kilómetros caminados por tí"). Y hasta consiguió robar una zapatilla de entrenamiento de Raducanu. Obsesionado, Magar también viajó para seguir a la tenista en diferentes torneos del mundo.
Ian Raducanu, el padre de Emma, que cumplió 22 años en noviembre de 2024, notó por las cámaras de seguridad que un hombre rondaba repetidamente su domicilio. Fue entonces cuando empezó a sospechar y avisó a la policía de Londres. Magar fue detenido posteriormente en el contexto de las investigaciones del caso.
El juicio y la condena
Durante el juicio celebrado en febrero de 2022 se revelaron detalles perturbadores del comportamiento de Magar, quien admitió haber acosado a Emma Raducanu, pero también afirmó no haber tenido malas intenciones. A pesar de su argumento, el tribunal fue contundente en reconocer que sus acciones generaron miedo y angustia en la deportista.
Raducanu, por su parte, declaró que se había sentido "vulnerable" y "nerviosa" en su propio hogar. También que el incidente afectó su capacidad para concentrarse plenamente en su carrera deportiva.
Magar fue declarado culpable de acoso y sentenciado a 5 años de orden de alejamiento, además de cumplir 18 meses de trabajo no remunerado y ser monitoreado con una pulsera electrónica. También se le exigió abstenerse de contactar a Emma Raducanu y a su familia de cualquier forma.
La reacción pública y el apoyo a la tenista
El caso generó una gran empatía por parte del público de tenis en general. Y en particular de los fans no tóxicos de Raducanu, quienes la elogiaron por su valentía al enfrentar la situación. También reabrió el debate en el Reino Unido sobre la protección de figuras públicas, especialmente mujeres jóvenes, contra el acoso y las amenazas.
El incidente subrayó los desafíos que enfrentan hoy los deportistas de alto perfil en términos de seguridad personal, así como la importancia de una legislación adecuada para combatir acosos de todo tipo.