La alianza entre Alinghi y Red Bull en busca del velero perfecto
A menos de dos meses de que se boten los AC75, Relevo se sumerge en la nueva base del equipo suizo.

Barcelona ya empieza a oler a Copa América por los cuatro costados. El icónico Port Vell ya alberga las bases de los seis desafíos que participarán en la edición de este verano. Relevo ha tenido la fortuna de colarse en una de las más emblemáticas, la del Alinghi Red Bull Racing, que tras ganar las ediciones de 2003 y 2007 ha regresado con un proyecto que respira profesionalidad por todos los lados.
En estos tiempos de veleros voladores, las alianzas entre la Copa América y la Fórmula 1 son muy habituales. Ambas competiciones representan el culmen de la tecnología en los mundos de los coches y de los barcos, y desde que la vela se ha puesto a volar comparten un enorme melón que abrir: los avances aerodinámicos. Y la enorme tradición náutica del Alinghi junto al liderazgo automovilístico de Red Bull han formado una bicefalia con un objetivo común: la búsqueda del velero perfecto.
El escenario donde confluyen ambos proyectos está en la nueva base del equipo suizo, un espectacular edificio junto al Maremagnum en el que los más de 150 profesionales que conforman el Alinghi Red Bull trabajan en jornadas de sol a sol para intentar recuperar la Jarra de las Cien Guineas. De ellos, casi medio centenar pertenecen al equipo de diseño, que está liderado por el español Marcelino Botíny que tiene un gran obstáculo que derribar: como no participaron en la anterior edición lo tienen más difícil que el resto de rivales para dar con la fórmula perfecta.
Nos sentamos junto a uno de los personajes clave del equipo de Botín, el italoargentino Filippo Cravetto. "Empezamos a a trabajar en el barco nuevo hace ya dos años. Estuvimos en la anterior edición con American Magic, por lo que sí que sabíamos donde había que empujar para mejorar, pero es cierto que nuestra base ha sido el barco que compramos al New Zealand de la anterior edición. En este barco, al que llamamos Boat Zero, introdujimos todos los cambios de regla para esta edición, de los que el principal es que ahora el barco es más liviano, y lo más evidente el cambio de tripulantes: antes había once y ahora ocho. Por ello estamos desarrollando la eficiencia de todos los sistemas, sobre todo porque al tener menos tripulantes es la parte clave", relata.
Uno de los momentos clave de este desarrollo se va a ver en abril, la fecha elegida para que la mayoría de los desafíos boten sus nuevos AC75 para esta edición. "Lamentablemente no podemos contar demasiado de lo que está sucediendo porque justo estamos a pocas semanas de la botadura de los barcos nuevos y estamos un poco celosos de compartir lo que creemos que son nuestros secretos o ventajas. En el momento que ves los otros barcos seguramente ves algo que dices: "¡Hostias!". Pueden ser cosas que uno no ha pensado durante todo el proceso o que las ha pensado, pero dejó de lado por concentrarse en otra cosa. De todos modos, desde que botamos el barco hay una etapa de desarrollo todavía de los sistemas, y ahí podemos seguir evolucionando algunos aspectos", explica.

Otro de los diseñadores involucrados en este proyecto es Jaume Triay, un mallorquín de solo 22 años que está viviendo su sueño en el Alinghi Red Bull. "Lo cierto es que hay días en que aún se me queda cara de tonto, porque esta experiencia es un auténtico sueño para mí. Yo acabé la carrera de arquitecto naval en Southampton, a los pocos días ya estaba en el estudio de Marcelino Botín y dos semanas después me llamó Adolfo Carrau y me dijo: "Agárrate a la silla. ¿Te quieres venir al Alinghi Red Bull?"...", recuerda entre risas.
Triay, que es sobrino del histórico capitán del Bribón, Ignasi Triay, se encarga, entre otros asuntos, del VPP, las predicciones de velocidad que ayudan a diseñar el velero. "Sí, es un programa al que le muestras toda la física del barco y simula cómo funcionan los foils, las velas, el casco, etc. Ese programa busca el balance ideal del barco, y eso te genera dos preguntas: una, cómo le tengo que decir a los regatistas que tienen que trimar el barco para sacar su máximo potencial, y dos, de qué manera le tengo que decir a los diseñadores que cambien su diseño para ir más rápido", explica.
Dentro del proceso de diseño, la coordinación con el equipo de ingenieros de Red Bull es fundamental. El propio Adrian Newey ha estado en la base de Barcelona coordinando los planes con Marcelino Botín, en una sinergia que arroja multitud de ideas para mejorar aerodinámicamente el velero, hacer simulaciones y un sinfín de ejemplos más. Algunas son aplicables y otros son auténticas locuras, pero puede que una de ellas sea clave para ganar la Copa América. ¿Lo lograrán? En menos de dos meses, cuando los veleros toquen el agua, tendremos la respuesta.