Una de las mayores proezas de la historia reciente de nuestra vela

La hazaña que ha logrado España al lograr el título de SailGP es una de las mayores proezas de la historia reciente de la vela española. Lo avalan los nombres de sus rivales: Diego Botín y su tripulación han vencido a los grandes mitos de la vela mundial, como Pete Burling, Tom Slingsby, Ben Ainslie o Jimmy Spithill. Solo estos cuatro nombres, que este verano se matarán entre sí por la Copa América, el santo grial de las regatas, son los espaldas plateadas de la vela actual y han mordido el polvo frente a los españoles.
El camino no ha sido fácil. El equipo acabo último el circuito del año pasado, han tenido problemas internos que provocaron cambios radicales y su juventud e inexperiencia en comparación con otros equipos no les ha ayudado. Sin embargo, ha habido dos factores clave: el ascenso a la caña de Diego Botín y la llegada como CEO de Tony Alquézar.
Jordi Xammar, el predecesor de Botín, es un patrón excelente; de hecho, me juego todas mis reservas de ron Pálido a que va a ser campeón olímpico este verano. Sin embargo, la química dentro del equipo cambió al hacerse con los galones Diego Botín y Flo Trittel -por los que también me juego la reserva de Pálido a que son campeones olímpicos-. En esta película no hay buenos ni malos, solo dinámicas de equipo.
Lo de Alquézar sí que le ha dado al proyecto un salto de calidad enorme. Este ejecutivo con grandes contactos en fondos de inversión ha alejado hasta la sombra que planeaba en torno a la posible desaparición del equipo español. Los gastos de España siempre han estado sufragados por el propio circuito, que hizo esta apuesta para dar un primer empujón a equipos prometedores como el nuestro. Larry Ellison y Russell Coutts ya han cerrado el grifo, y a partir de 2025 quien no tenga financiación se queda fuera. Hay candidatos dispuestos a pagar más de 30 millones de euros por una franquicia de Sail GP. Pues bien: España anunciará en breve que sigue en el circuito el año que viene para defender el título. Atentos a la noticia porque hay alguna bomba guardada con respecto a la identidad de alguno de los nuevos mecenas del equipo.
Yo tengo que reconocer que me ha costado cogerle el gusto a esto de SailGP. Han cometido tantas herejías sin sentido como llamarle pilotos a los patrones y carreras a las regatas que a los adictos a la vela de toda la vida nos generó cierto rechazo. Pero ayer lograron que a las dos de la mañana, cuando volvía de celebrar el título futbolero, me pusiera Youtube para ver qué habíamos hecho. Y me topé con una de las regatas que más me ha emocionado en los últimos tiempos, con una salida de manual de Diego Botín, una táctica imperial de Joan Cardona y unas maniobras impecables de Flo Trittel, Joel Rodríguez, Nicole Van der Velden y Bernardo Freitas, enseñándoles la popa en todo momento a las todopoderosas Australia y Nueva Zelanda.
Además, este puede (y debería) ser el germen del próximo proyecto español para la Copa América gorda. ¿Qué hubiera pasado este verano en Barcelona si a Botín y compañía les hubieran dado la oportunidad de medirse a los rivales a los que acaban de derrotar? Ahora estamos a tiempo de generar los recursos para apoyar a esta histórica generación, que está capacitada para lograr uno de los pocos trofeos del deporte mundial que se le resisten a España: la Jarra de las Cien Guineas.