El influjo de la vela clásica: de Hitler a JFK pasando por Pete Townshend
Las grandes joyas del siglo XX siguen compitiendo en regatas como la Copa del Rey de clásicos.

Aunque el mundo de la vela de alto nivel está copado hoy en día por los barcos voladores, hubo una época en la que los veleros no volaban, sino que navegaban desplazándose sobre sus majestuosos cascos de madera. Y figuras legendarias tan dispares como Hitler, John Fitzgerald Kennedy o Pete Townshend, el mítico guitarrista de The Who, estaban rendidos a su magia.
Hay muchos de esos veleros, que en muchos casos se construyeron a principios del siglo XX, que siguen no solo navegando, sino compitiendo en regatas que se organizan principalmente en el Mediterráneo. En España, se juntan en el mes de agosto en las Baleares, en un periodo que tiene su culminación en la Copa del Rey de barcos de época que organiza el Club Marítimo de Mahón, y que tuvo lugar el pasado fin de semana.
El velero más antiguo que sigue en competición es el Greyling, construido en 1900, y que tras sufrir una minuciosa remodelación por parte de su armador, Rafa Carrió, sigue compitiendo más de un siglo después de su botadura. Junto a él están veleros como el Mariska (1908) o el Lady Anne, que formaban parte de la flota que competía a principios del siglo XX contra el mítico Hispania de Alfonso XIII.
Además de la propia singularidad de estos veleros, que son auténticos museos flotantes, el elemento que más llama la atención son las increíbles historias que han vivido en sus cubiertas. Tenemos el ejemplo del Nordwind, que fue encargado en 1939 por Adolf Hitler para demostrar la supremacía alemana en los mares y que fue el velero más caro de su época, con un presupuesto de 40 millones de pesetas, y para el que Hitler encargó también otro modelo gemelo: el Ostwind.
Hitler lo bautizó con el nombre con el que luego denominaría a la última gran ofensiva alemana en la Segunda Guerra Mundial, la Operación Nordwind. Aunque no hay fotografías que lo demuestren, varios documentos de la época relatan que el canciller alemán solía navegar a bordo del Nordwind junto a Eva Braun. Hoy en día es propiedad del armador Hans Albrecht, que sigue regateando con él.

Otro caso prototípico es el del Manitou (1937), el velero con el que navegó cientos de millas John Fitzgerald Kennedy. El expresidente de los Estados Unidos era un auténtico enamorado de la navegación a vela, y convirtió al Manitou en una 'Casa Blanca flotante'. Le instalaron a bordo todos los avances tecnológicos de la época para que pudiera despachar sus asuntos mientras navegaba. Tras la muerte de JFK, otro icono como Aristóteles Onassis intentó comprarlo para regalárselo a Jackie Kennedy, pero no fue capaz de adquirirlo. Hoy en día es propiedad del empresario Hamish Easton, está amarrado en Barcelona y sigue haciendo regatas de clásicos.
De forma más reciente en el tiempo, otra leyenda que ha visitado Menorca de forma frecuente para competir en las regatas es el mítico guitarrista de The Who, Pete Townshend. El músico es el armador del Eva, un velero de 1906 diseñador por William Fife, y tiene incrustado el amor por el mar. "Lo que gano con las guitarras me lo gasto en los barcos, me encanta navegar en estos clásicos", nos contaba la última vez que navegó en Mahón.