"Solo nos falta romper de una vez con el estigma de que la vela es un deporte para pijos"
El Salón Naútico celebra su 60ª edición en Barcelona en medio de un inesperado furor nacional para sacarse el título de patrón de barco y la Copa América como guinda deportiva.

Barcelona acoge estos días la principal cita del sector de los barcos en España, el Salón Náutico, que cumple 60 años envuelto en una inesperada bonanza pese al clima de crisis económica de proporciones telúricas que anuncian todos los expertos. Si para algo ha servido la pandemia es para poner de relieve que el mar es una de las alternativas de ocio más seguras que tenemos, por lo que en los últimos años se ha multiplicado exponencialmente la venta de barcos y la expedición de títulos náuticos.
Los españoles se han sacado más de 100.000 habilitaciones náuticas en el último año, desde el titulín que te permite patronear pequeñas lanchas hasta los más avanzados patrones profesionales. Hablamos con Luis Conde, presidente del Salón Náutico de Barcelona desde hace 14 años, que apuesta por un crecimiento constante en el futuro: "Si es que nos hemos dado cuenta de que el mar es una opción de ocio segura. Toda la gente que se ha sacado esas titulaciones ya está pensando en alquilar o comprar un barco. Y en España tenemos 8.000 kilómetros de costa, con lo que la combinación de esos tres factores nos hace pensar que el futuro es muy esperanzador".
"Solo nos falta romper de una vez con el estigma de que la vela es un deporte para pijos", continúa Conde. "En España, el 90% de las embarcaciones de recreo tienen menos de ocho metros, que por lo general cuestan más o menos lo que cuesta un coche. Los políticos tienen que ayudar mucho más al crecimiento del sector, porque lo tienen estigmatizado con los impuestos. Aquí no se venden barcos de 30 metros, eso queda para el cliente extranjero".
En el plano deportivo, lo más llamativo ha sido el gran protagonismo de la Copa América en el salón. Incluso el rey Felipe, que ha inaugurado hoy oficialmente el evento, pasó un buen rato en el stand de la mejor competición del mundo charlando largo y tendido con sus expertos.
La celebración de la regata en Barcelona en 2024 ha sido precisamente el gran enganche deportivo de un salón que, si sigue envuelto en esta euforia, acabará vendiendo veleros foileadores como vende hoy en día cruceros para saltar a las Baleares.