Carlos Gil Pérez, uno de los entrenadores más influyentes del atletismo español, acusado de abusos a menores
Dos exatletas denuncian en 'El País' que el técnico, fallecido en 2009, abusó de ellos en los ochenta, obligándoles a ver películas porno y realizándoles tocamientos.

F. J. B. J. Son las siglas de uno de los exdeportistas que ha denunciado este martes en 'El País' los abusos que sufrió por parte de Carlos Gil Pérez, director técnico de la Federación Española de Atletismo entre 1979 y 1988, y considerado por muchos como uno de los pioneros de la disciplina en España. Con él llegaron las primeras medallas olímpicas: la plata de Jordi Llopart en 50 kilómetros marcha de Moscú '80, o el bronce de José Manuel Abascal en el 1.500 de Los Ángeles '84.
"Esa pintura de homenaje me duele", ha asegurado el exatleta anónimo a 'El País' en referencia a la placa conmemorativa que, todavía hoy, luce en la residencia de la persona a la que acusa. "No quiero encontrarme un pabellón con su nombre [se refiere al polideportivo de La Aldehuela, en Salamanca], ni una placa en su calle, porque es el nombre de un pederasta que abusó de mí. Me repugna cada vez que paso por delante".
Ese es el motivo que ha llevado a F. J. B. J., de 57 años, a romper su silencio cuatro décadas después de los supuestos abusos, sufridos, según relata, cuando tenía 17. Fue entonces, en los ochenta, cuando Gil Pérez gozaba de más poder en el atletismo español. Según explica en su denuncia, el técnico le puso una película porno, le pidió que le hiciera una felación y le obligó a masturbarle.
Su relato no es el único que apunta a Gil Pérez. Un segundo exatleta, de 58 años, que tampoco desea ser identificado con su nombre para no hacer daño a sus familiares, coincide con F. J. B. J. punto por punto. "Me ponía la mano en el paquete y no fui el único; siempre lo intentaba con unos cuantos", explica a 'El País'.
Otros dos exdeportistas de la época se suman al relato y confirman que la casa de Gil Pérez era el punto de reunión habitual de los menores de edad a los que entrenaba. Allí, y siempre según el relato de los denunciantes, el técnico proyectaba películas pornográficas para verlas con sus atletas.
Otros, sin embargo, no han podido ocultar su sorpresa al saber de las denuncias de sus antiguos compañeros. Antonio Sánchez, uno de los atletas estrellas de Gil Pérez en los ochenta y director deportivo ahora de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA), asegura que no sufrió tales abusos. "Me ha dejado a cuadros", señala a 'El País'. "Carlos era mi amigo, mi padre. Es la primera vez que escucho esto".
Pese a ser natural de Santiago de Compostela, donde nació en 1931, Gil Pérez vivía en Salamanca, donde murió en 2009 y donde recibió la Medalla de la Real Orden al Mérito Deportivo de manos de Juan Antonio Samaranch. En 2007, dos años antes de fallecer, y en la misma ciudad, el rey Juan Carlos I le volvió a conceder tal reconocimiento. Allí, en Salamanca, se celebra cada año un torneo con su nombre, el Memorial Carlos Gil Pérez, que acumula 25 ediciones.