La federación portuguesa, "sorprendida" tras la queja de Pichardo por un resultado que no es reclamable

El duro post de Instagram publicado por Pedro Pablo Pichardo en sus redes sociales denuncian un posible amaño en la medición de los 18.18 metros del cuarto salto de Jordan Díaz con el que el español se colgó el oro europeo en su debut han caído ha caído como una bomba en las instalaciones del Europeo de Roma. "¿Cómo sabemos que es 18.18 metros?", escribía Pichardo aludiendo y pidiendo explicaciones a por qué la regla electrónica que facilita al público saber si el salto ha sido más largo o no estaba apagada.

Fue una conmoción para el entorno atlético y también, según ha podido saber Relevo, para la propia Federación de Portugal, que se mostró "sorprendida" ya que no conocía la intención del triplista de origen cubano cuando realizó esa queja.

Pichardo, de 30 años y con oros olímpicos, mundiales y europeos en su palmarés, señala que Jordan Díaz ya conocía la medición del salto: "El atleta sale del arenero celebrando sin siquiera ser consciente de dónde había aterrizado ya que la regla ya estaba apagada pero parece que ya sabía que me había adelantado incluso antes de la medicación y sin que la regla electrónica estuviera encendida".

Y es cierto, pero lo que no señala el portugués es que la medición nada tiene que ver con esa pantalla apagada sino con un sistema de medición electrónica gracias a dos cámaras de máxima precisión.

La federación portuguesa, contactada por Relevo, no apoya las reclamaciones de su atleta porque, además, "las protestas tenían que realizarse durante o justo después de la final" y en todo caso estarían ya fuera de plazo. De hecho, a partir de media hora de la prueba ya está terminado el plazo para realizar cualquier tipo de reclamación técnica.

Es bien conocida la animadversión que se profesan Pichardo y Díaz y personas conocedoras de la situación consideran que la queja del atleta luso podría haber sido alimentada desde su entorno.