Juan Carlos Higuero: "¿Las superzapatillas? Lo han dejado todo como un solar y están rompiendo la historia"

El nombre de Juan Carlos Higuero (Aranda de Duero, Burgos, 1978) ha conseguido tener una segunda vida después de colgar las zapatillas. El que fuera uno de los grandes mediofondistas de principios de siglo no tardó en dar el salto a la cabina y a los micrófonos para convertirse en comentarista experto, pero su pasión le ha llevado a convertirse en narrador y en una de las voces más reconocibles del atletismo en apenas unos años. Incluso, los más jóvenes ya le conocerán más por su locución que por sus siete medallas internacionales en el tartán.

Tras el repaso a momentos de carrera deportiva en la primera entrega de su charla con Relevo [que puedes leer aquí], hablamos del Higuero postatleta y la actualidad del atletismo, desde la evolución meteóricas de las marcas gracias a las 'superzapatillas' hasta las claves para hacer un atletismo más mediático pasando por su nuevo rol.

Quizás esas nuevas generaciones a partir del siglo XXI, los que han nacido en el año 2000 en adelante, seguramente me conozcan más por la voz que por mi carrera deportiva. Ahora, intento trasladar los conocimientos adquiridos en la pista a la pantalla, a la radio y a la tele. Me sumerjo dentro de los atletas, me encanta la competición cuando los atletas se ponen el dorsal y me siento identificado con ellos.

Yo pienso que le pongo pasión. A veces me puedo equivocar en algún dato, pero lo que está claro es que intento hacer lo mismo que hacía cuando era atleta, precisar lo máximo posible.

Es más fácil meterse con el periodista que con el atleta. Yo pensaba que no, pero es mucho más fácil. ¿Por qué? Porque cuando yo competía había más rivales y para el público y los aficionados, si no gana uno, gana otro y al final los honores se los lleva el que gana. Y el que pierde pasa un poquito más un segundo plano. Quizás en los medios de comunicación más locales, ahí es donde te podían crujir un poquito más. Y ahora, si yo llevo la narración, o en mi caso en televisión, los comentarios técnicos, y te confundes en algo, eres tú la diana. No hay otro narrador, eres tú. Y yo pienso que por eso se nota más cuando la gente critica a un periodista que a un atleta.

Bueno, ya se han acostumbrado. Les aviso porque quizás mis decibelios están por encima de lo habitual en esos momentos por la intensidad que meto a las pruebas. No concibo el no chillar en una prueba cuando es emocionante. Creo que también hay que ponerse en el pellejo del espectador que, cuando hay acción, pues también tienes que elevar la narración a categoría de dogma, si hace falta. En cuanto a los vecinos, ya están acostumbrados, les aviso, y a veces sí que me echan alguna bronca, pero en la mayoría de ocasiones comprenden el trabajo.

Sigo haciendo algo de deporte, combino el gimnasio con la carrera. Más gimnasio que carrera, pero ahora me quedo más con la comunicación. La verdad es que la comunicación me llena, es mi primera prioridad. Mi vida ahora mismo está programada en relación con el atletismo, como siempre, pero más a la comunicación que a salir a entrenar.

Bueno, yo lo tenía bastante claro: Cuando dejara de correr en la alta competición en categoría absoluta, iba a colgar ya las zapatillas. ¿Por qué? Porque yo el atletismo lo concibo como que es el que más salta, el que más corre. Sí que es cierto que yo admiro a toda esta gente, a estos veteranos como Martín Fiz. El otro día estuve con él, y con sesenta y tantos años te hace unas marcas antológicas, baja de 34 minutos en 10.000 metros. Yo lo admiro, pero no lo envidio. Creo que son etapas. Pero también es válido el que diga que se quiere morir dando la última zancada en una competición, vestido de corto y poniéndose el dorsal. Yo hago deporte-salud, intento cuidarme e intento ir al gimnasio. Hago entrenamientos que antes no podía hacer, que los estoy disfrutando mucho. Pero lo de ponerme un dorsal no va conmigo. Eso no quita, repito, que sea practicante del atletismo y consuma atletismo.

Sobre todo en la pista. En el asfalto también, pero en la pista mucho. Cuando veo el marcador y pone salida del 1500 metros, el pulso se me sube a 200. Se me sube a 200 porque me meto dentro de la competición. Me hago un guión, mi coco me lo alimento yo solo y me estructuro la carrera. Cómo saldría en el primer 400, cómo me hubiera colocado... y me sumerjo dentro. Es por lo que yo sigo dentro del atletismo también, porque al final la pasión es lo que equilibra nuestras vidas, al menos la mía.

Desde mi punto de vista, a mí no me gusta. Hemos pasado en un par de años a batir todos los récords del mundo, desde 1500 hasta la maratón, quitando el de Hicham El Guerrouj en 1.500. Incluidos los de las pruebas no olímpicas, menos el de 3000 metros de las chinas con la sangre de tortuga [Se llegó a afirmar que el secreto del récord mundial de Wang Junxia en 1993 fue la ingesta de sangre de tortuga]. Lo han dejado todo ya como un solar.

Desde el principio yo pienso que no tenían que haber dejado esa tecnología. Como hicieron en la natación con los bañadores, que enseguida dijeron: oye, no podemos, hay una ventaja. Es que la ventaja es muy considerable y es evidente que los materiales se hacen mejor, las zapatillas cada vez pesan menos y todo eso es lógico. Igual que la pista de ceniza, era ceniza y ahora es tartán. Esos materiales es normal que vayan evolucionando. Pero claro, hemos vivido desde el año 2020, desde que Cheptegei hizo el récord del mundo de 10.000 en Valencia, cuatro años y medio que han sido frenéticos, sobre todo en pruebas de medio fondo y fondo. Esto no quiere decir que atletas actuales sean unos 'piernas', porque si se le ponen las zapatillas al vecino del cuarto evidentemente no te va a hacer un récord del mundo

Particularmente, creo que es un poco romper la historia del atletismo y a mí no me gusta esto. Hay una cosa sagrada en el atletismo que es el reloj y la medición, que es lo único que se puede comparar de unas épocas a otras. Evidentemente, los que llevamos mucho tiempo en esto sabemos perfectamente que con esas zapatillas, por ejemplo, Hicham El Guerrouj, y él mismo ha dicho, hubiera hecho 3:23 en el 1500 y no le falta razón. Quizás por eso es el único récord del mundo que queda.

Ese récord va a volar tarde o temprano. Pero, ¿es mejor Ingebrigtsen que El Guerrouj? Pues en acta, si le bate el récord del mundo, sí. Porque, repito, el reloj es sagrado en el atletismo. Pero claro, ¿cómo podemos medir eso? Es muy difícil medir quién es mejor. Por eso yo creo que las zapatillas, a día de hoy, por poner un porcentaje, el 80% de la mejora en las marcas que hay ahora mismo son las zapatillas. El otro 20%, alimentación y unos entrenadores a los que hay que darles un sombrerazo porque creo que los entrenadores tienen más información, aplican bien el sistema del atletismo en esas fuerzas aplicadas y todas las variantes que hay en el atletismo precisan mucho más en ese sentido.

Si ahorras energía, no tienes tanta destrucción muscular como había antes y todo eso cuenta mucho. Si tú eres capaz de mantener el estado de forma porque te lesionas menos o porque puedes apretar más el acelerador, todo eso te hace mejorar aún más. Antes, nosotros entrenando teníamos que, incluso en la pista, hacer las series con zapatillas planas, sin clavos, y nos reservamos para las últimas series con clavos. Y ahora, al haber mejorado tanto, puedes meter mucha más intensidad y eso el cuerpo lo recoge, y a futuro, mejoras mucho más todavía.

Está siendo una montaña rusa. Estaban Katir y Mario García Romo, que eran los dos atletas que teníamos por debajo de 3:30, y ya no están. Ahora nos encontramos en un escenario que hay atletas que se empiezan a acreditarse,pero que todavía tienen que demostrar mucho como Adrián Ben, que es un atleta de futuro o mejor dicho, de presente, que lo puede hacer muy bien en el 1500. Pero claro, hay que demostrarlo y está cuajando. Y vamos a ver también Mohamed Attaoui, que está coqueteando también con el 1500 [participará en esta distancia en el Europeo indoor del próximo fin de semana]. Pero sí que es cierto que no tenemos una gran referencia, como teníamos con Mo Katir o con Mario García Romo. Estamos hablando de medallistas internacionales. Va a tener que pasar tiempo, yo pienso, para tener atletas muy competitivos de cara a las citas internacionales. Ojalá sea en [los Juegos Olímpicos de] Los Ángeles.

Mariano García. Me identifico mucho con él por su destreza natural. El chico de pueblo que vino a la ciudad, que ve mundo. Sobre todo, en sus inicios, cuando empezó y quedó campeón de España ya por el año 2019, y estuvo en el Europeo de Glasgow casi acariciando la medalla. Se ponía con la alcachofa delante de la cámara y decía todo lo que pensaba. Y yo es que me siento muy identificado.

Hay que partir de la base de que el atletismo es muy complicado de entender. En pista cubierta 26 pruebas, 13 femeninas y 13 masculinas en pista cubierta. Y claro, en cada una hay un campeón de España. Verdeliss y los 100 kilómetros, es la épica, es el enfrentarte a un reto de 100 kilómetros. Seguramente es más difícil hacer lo que hizo Abel Alejandro Jordán corriendo los 60 metros en 6.54", que es la tercera mejor marca española de todos los tiempos, que lo que hizo Verdeliss, pero es difícil contextualizar cada medalla de oro en cada disciplina.

Lo que está claro es que en España, y hablo a nivel nacional, necesitamos ídolos locales. Ana Peleteiro lo está haciendo fenomenal. Sé que muchas veces Ana necesita ese foco de atención en 'modo cariño' porque es un poco como Cristiano Ronaldo. Él es muy buen jugador porque necesita verse en la palestra, en el escenario, en primera plana y, si él no se ve en primera plana, seguramente que no jugaría igual a fútbol. Y cada entrenamiento que hace es para conseguir ese titular. Yo creo que Ana Peleteiro es la Cristiano Ronaldo del atletismo. Podrá gustar más o menos. A mí me encanta la actitud que tiene Ana, sobre todo por el carácter. Hay muchas personas dentro del atletismo que después de irse a Galicia, de cambiar de entrenador, decían que 'esta ya no va a ser la misma, ha perdido el norte'. Pero ella es una gladiadora y ganadora. Y el otro día en el Campeonato de España lo demostró y lo hace pese a las críticas que recibe. Es muy difícil de gestionar que le lleguen corrientes de haters en las redes sociales. A mí me parece que tiene como un bloque de cemento en en la cabeza y eso es muy importante.

Es que lo primero tienes que ser un astro para triunfar y tener el foco de los medios de comunicación. Una vez que triunfes, la gente ya tiene identificado a ese personaje. Y ahí los deportistas y los medios tienen que contar una intrahistoria. Desvelar por qué has ganado, porque dentro de cada persona hay una intrahistoria. Eso es realmente lo que interesa, pero claro, primero hay que llegar al público, tienes que acreditarte con un título y yo pienso que hay que contar más intrahistorias de los atletas, llegaríamos más.

No sé, es complicado. Yo me pongo en el pellejo de todos los atletas de todas las disciplinas, sé lo que entrenan, he estado conviviendo con ellos y claro, que de un plumazo cargarte los concursos [como van a hacer en el Grand Slam Track], es difícil. Vamos a ver, porque el Grand Slam Track de Michael Johson ahora va a ser una prueba de fuego, a ver si funciona. Él ha tenido los santos 'huevones' para decir: oye, quito los concursos y me quedo con las pruebas de pista en un 'todos contra todos'. Y vamos a ver cómo le funciona. Puede ser una piedra de toque y también puede ser un aviso a navegantes si llega a poder decir que esto realmente funciona.

Es complicado conseguir un formato que agrade a todos los espectadores. Ya sabéis que dentro de los espectadores está la vecina del cuarto que le gusta ver quizás la épica, y luego también están los puristas, que les encanta ver todo el atletismo, analizar cada salto, cuando ha habido un nulo y cuando un lanzamiento ha sido bueno o malo. No podemos olvidarnos de esos espectadores, con lo cual, aquí es difícil mojarse porque el atletismo es muy complejo.