Luis Enrique tiene un discípulo en el atletismo y se llama Jakob Ingebrigtsen
El entrenador del PSG y el astro noruego, competidores natos, muestran en sus últimos documentales personalidades muy similares.

Cuando era entrenador del FC Barcelona, en un partido de LaLiga, un periodista se le acercó a Luis Enrique Martínez para sacarle el tema del maratón. "Por fin alguien que me viene a hablar de deporte", le espetó el técnico, cansado de los debates mediáticos del fútbol, cuyo epicentro por aquel entonces era la dicotomía Messi o Cristiano Ronaldo.
El respeto de Luis Enrique por el polideportivo está fuera de toda duda, con su ejemplo como atleta, triatleta y ciclista, nivel amateur alto, con logros reseñables a sus espaldas. Una frase en el documental de Movistar 'No tenéis ni xxxx idea' deja a las claras que es consciente de la suerte que han tenido todos los futbolistas en comparación con otras disciplinas: "Somos unos privilegiados, si nos dedicásemos al tenis de mesa, vendríamos al estadio en bus, bicicleta o patinete".
Sin embargo, uno de los titulares que más ha trascendido de ese documental es una frase que reiteró en septiembre en una previa de la Ligue 1 francesa contra el Stade Rennais. "Si ahora mismo me dices que firmo un papel y no vuelvo a hablar con la prensa y me quitan el 25, es más, diría el 50% [del salario], lo firmo, pero me parece que va a ser imposible", comentó en aquella comparecencia.
En paralelo, también en septiembre, el noruego Jakob Ingebrigtsen, flamante plusmarquista de 1.500 m y de la milla bajo techo, se sinceraba, con un tono más suave en Bruselas, pero en la misma línea. "Hablar con la prensa no es lo que más me gusta, pero forma parte de mi trabajo", sentenció con naturalidad, eso sí, sin poner sobre la mesa recortes salariales. Un concepto que ya había repetido en alguna ocasión en el verano olímpico.
🤔¿Qué es lo que menos le gusta a Luis Enrique de su trabajo?
— Teledeporte (@teledeporte) September 26, 2024
🎙️Hablar con la prensa
🗣️"Si me dices, firma un papel y no vuelvo a hablar con la prensa y me quitas el 25, es más, hasta el 50 por ciento del salario, lo firmo", aseguró
😬Pese a todo, dice que lo pasa "bien" pic.twitter.com/7xq5SCs6SQ
Lo curioso es que, como apuntan en sus círculos, ambos son grandes conversadores de sobremesa en todo lo relacionado con el deporte y ganan mucho en las distancias cortas. Pero la dinámica de cientos de ruedas de prensa no va con dos tipos genuinos y directos como pocos, que huyen de lo políticamente correcto. Eso sí, ya que tienen que hacerlo, como decía Luis Enrique, trata de "pasárselo bien". Ingebrigtsen, tres cuartos de lo mismo. "¿Qué has liado esta vez con la prensa?", le pregunta su mujer Elisabeth Assers en varios momentos de su documental (Born to Run, Amazon Prime).
Lo más cansino para ellos es hablar tras la competición. "Ya no tengo energía para aguantar, sobre todo en las ruedas de prensa postpartido, depende que cosas", reconocía el técnico. Por su parte, Jakob suele pedir "eficacia y preguntas directas" a los periodistas tras sus carreras, escuchando con impaciencia las peroratas que exceden de una decena de segundos e instando a los medios a que vayan al grano.
Padres, amantes de la naturaleza, de sus perros y de los deportes de resistencia, el paralelismo, amén de su relación con la prensa, se eleva a la enésima potencia cuando se habla de competir. Luis Enrique y Jakob Ingebrigtsen son dos de los mayores competidores de las últimas décadas en la escena deportiva mundial. "¿Qué voy a hacer ahora en vacaciones?", reconocía el noruego con tristeza al término de la temporada pasada. Sólo quería dialogar sobre su siguiente objetivo, lejano por aquel entonces, el Europeo de Cross de Turquía, que terminó ganando.
Ingebrigtsen, en su afán por lograr una decena de récords al aire libre que pasen a la historia del atletismo, desde el 1.500 hasta el maratón, sólo respeta de verdad a sus semejantes, aquellos atletas que compiten durante todo el año. En el polo opuesto está el británico Josh Kerr, atleta de grandes campeonatos que, en los últimos tiempos, se está animando a competir algo más. "El hombre que nunca aparece", solía decir un Ingebrigtsen que prefiere a los estadounidenses Cole Hocker y Yared Nuguse, dos mediofondistas de carácter más afable que el escocés, que no tuvieron miedo a competir en la Diamond League tras los Juegos de París, detalle que el noruego valoró positivamente.
Ambos no escatiman a la hora de exteriorizar los éxitos en el estadio. En el planeta fútbol, algunos no entendieron que Luis Enrique celebrase los goles de los parisinos en Barcelona en la pasada edición de la Champions League. Pero es ese espíritu competitivo el que le llevó a festejar el objetivo cumplido y nada tiene que ver con su indiscutible amor al barcelonismo, como dejó claro en su documental.
Los gestos de cara a la galería no van con dos hombres que llevan a gala un cuidado extremo de sus cuerpos: alimentación estricta, ejercicio constante, baños de agua helada... El ahora entrenador, con su lema "sin movimiento, no hay alimento", ha conseguido completar algunos retos al alcance de muy pocos: Ironman, Titan Desert, Cape Epic... Entre ese puñado de elegidos que pueden realizar cualquier desafío que se planteen está Jakob Ingebrigtsen, un deportista con unas condiciones únicas e irrepetibles, que jamás rechaza un órdago: "Si pudiese, sería hasta vallista". Un alter ego del asturiano, 30 años más joven, pero con la misma filosofía de vida.