MUNDIAL DE ATLETISMO

Países Bajos... por los suelos: caídas de sus dos estrellas en sólo 23 minutos

Siffan Hassan y Femke Bol, en el último relevo del 4x400 metros mixto, se caen a pocos metros de cruzar la meta.

Países Bajos... por los suelos: caídas de sus dos estrellas en sólo 23 minutos
José M. Amorós

José M. Amorós

La primera tarde de finales en el Mundial de Budapest estaba marcada como la tarde de los neerlandeses. Países Bajos se las prometía muy felices, como siempre cuando sus dos grandes estrellas, la fondista Sifan Hassan y la cuatrocentista Femke Bol se presentan en una gran final. La primera, en su primera de las tres finales que busca en Hungría, y la segunda, como último relevo del 4x400 metros femenino. Nadie podía imaginar que, con la caída de la noche, toda la ilusión se iría por los suelos.

La penúltima final del día era una de las más atractivas de todo el campeonato. Los 10.000 metros femeninos volvía a citar a la neerlandesa Sifan Hassan ante todo el poderío africano. La carrera fue lenta, muy lenta, algo que podía beneficiar a una Hassan que tiene el sprint frenético del 1.500 metros. Un 'milqui' donde por la mañana había conseguir la clasificación para las semifinales con una exhibición en las series.

Hasta los últimos 400 metros, la gran favorita al oro no se movió. Al paso por meta, comenzó su ataque superando al resto de contendientes en la contrameta y afrontando la última recta con la etíope Tsegay a sus espaldas. Con la presión, Hassan ha tenido que apretar tanto que sus piernas fallaron y tropezó a apenas solo unos metros para la línea de meta. La neerlandesa se levantaba y cruzaba la línea de meta andando, fuera del podio y sin la medalla que se daba por segura en su país.

Solo unos minutos después, en la final posterior y que cerraba la jornada, el relevo 4x400 metros de Países Bajos buscaba hacer olvidar lo que acababa de ocurrir. Para ello, contaba con su otra gran estrella internacional: Femke Bol. Siendo el país que más en serio se ha tomado esta prueba de nuevo cuño, nadie podía imaginar que el oro no terminara volando en dirección Amsterdam. Más todavía cuando, a falta de la última posta de Bol, iban en paralelo con un equipo estadounidense de segundo nivel.

Como había ocurrido solo unos minutos antes, la cuatrocentista europea no consiguió abrir la ventaja suficiente para llegar de manera aliviada a la línea de meta y la voluntariosa Alexis Holmes, ganadora de la prueba en las finales universitarias, le apretó a la entrada del último 100. Parece que Bol no esperaba la respuesta y empezó a intentar incrementar el ritmo de carrera hasta que trastabilló y cayó al suelo a apenas tres metros de la meta. Además, el testigo salía despedido hacia el final de la prueba sin la atleta y provocaba la descalificación definitiva de todo el equipo.

La prensa neerlandesa, situada junto a la española, no se lo podía creer. Todos de pie, manos en la cabeza y la incredulidad de haber visto algo histórico e inolvidable... aunque para mal, lejos de lo que hubiesen podido soñar. Dos finales seguidas de todo un Mundial y sus dos estrellas quedándose con la miel en los labios... y por los suelos.