Quincy Wilson, competencia para Gout Gout por ser el heredero juvenil de Usain Bolt como rey del atletismo: "No sé ni cuántos récords he batido"
El estadounidense abre su temporada batiendo el récord mundial sub18 de 400 metros, dejando el crono en 45.66.
![Quincy Wilson, tras batir el récord del mundo sub-18 de 400 metros./AFP](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/03/media/cortadas/wilson-quincy-RoLWIrFDm8on9ATjjmbFCEI-1200x648@Relevo.jpg)
El mundo del atletismo y de la velocidad se relamen con lo que se les viene encima en el futuro. Gout Gout, el fenómeno adolescente que aspira al trono de sucesor de Usain Bolt, ya sabe que tendrá competencia por quedarse como única referencia de futuro ante la reaparición estelar de un nuevo niño prodigio como Quincy Wilson. La joya del atletismo estadounidense que ya llamó la atención el pasado verano y que ahora ha vuelto a poner su nombre en los titulares.
El niño sigue convirtiéndose en hombre y tras destacar el pasado verano cuando por dos veces el récord de los 400 metros sub-18, dejando el crono en 44.59, ahora ha hecho lo mismo con la mejor marca mundial de la categoría en pista cubierta. Lo ha hecho en el New Balance Indoor Grand Prix de Boston, al dejar el reloj en 45.66, bajando en más de un segundo (47.02) la anterior marca del noruego Bastian Austard.
"Estoy cansado. No sé ni cuántos récords, no te lo podría decir", aseguró el fenómeno adolescente de 17 años (nació el 8 de enero de 2008) tras batir un nuevo registro. "Hay cosas que tengo que cambiar, pero el tiempo es bueno. Tengo que ir al laboratorio y trabajar un par de cosas". Algo que hará entre clase y clase, porque ayer se convertía en una estrella del atletismo, pero hoy ha tenido que volver al instituto.
La explosión de Wilson venía cocinándose desde hace tiempo. Sobre todo en Estados Unidos, donde puso patas arriba los Trials del pasado verano. Con un tiempo estratosférico para su edad, el fenómeno se quedaba fuera de los Juegos en la prueba individual de los 400, pero se quedaba con uno de los puestos del equipo estadounidense del relevo de la distancia, convirtiendose en el atleta más joven en disputar unos Juegos Olímpicos con la camiseta de Estados Unidos.
Además, ha sido el atleta más joven en ganar una medalla de oro olímpica. Un metal que pronto tuvo que compaginar con la vuelta al cole como él mismo publicaba en redes sociales con su dorado metal al cuello. "Mierda, realmente empiezo las clases en dos semanas y media". Un chico que apenas puede conducir y que todavía no puede votar, pero sí que pudo compartir experiencia en la villa con las grandes figuras del deporte mundial.
Hijo de un jugador de fútbol americano en el equipo universitario de la armada y hermano de Kadence, también corredora en la universidad de Virginia State, Wilson estaba llamado a hacer grandes cosas desde su infancia.
"Ya es uno de los mejores que el deporte haya visto jamás a su edad", aseguraba su entrenador Joe Lee el año pasado. "Pero puede ser uno de los mejores que el deporte haya visto jamás, independientemente de su edad o nivel".
Lee seguramente sea quien mejor conozca a Wilson junto al propio Quincy. El técnico apunta a un adolescente con una mentalidad 'canibal', voraz a la hora de apuntar a unos objetivos que no tienen límite. "Su superpoder es que, literalmente, no ve ningún límite en sí mismo. No permite que ninguna dificultad dicte el resultado que quiere conseguir", apunta su entrenador.
Para entender el poder de la determinación de Wilson sólo hay que ver lo que fue capaz de hacer hace unos meses, cuando paró el crono en 45.17. Lo hizo horas antes de entrar en el hospital por un virus estomacal. Una dolencia que le impidió sonreír tras cruzar la línea de meta como en él es habitual: "Al día siguiente estaba en el hospital", reconocía Wilson, que admite que el ejemplo de su hermana, lesionada, es la gasolina emocional para correr.
Ese combustible también es el que le permite hacer frente a las críticas y las dudas que levanta con su edad y con su forma de correr. "Para ser honesto, todo eso me motiva", reconocía hace en julio en una entrevista en el canal de Youtube de Citius Magazine. Es ese tipo de mentalidad de la que se nutren los grandes y que ha hecho que algunas de las mayores estrellas del atletismo mundial como Noah Lyles ya se hayan rendido: "Es ÉL".