Quincy Wilson, el niño que apunta a suceder a Usain Bolt y que amenaza con romper todos los registros en París
El estadounidense, de apenas 16 años, está a las puertas de clasificarse para los Juegos tras batir el record Sub-18 de los 400 metros con un tiempo de 44.66.
La mayoría de adolescentes aprovechan hoy sus primeras horas de 'libertad'. Los primeros instantes sin deberes, sin exámenes y sin instituto. Sin embargo, para algunos los tests no han hecho sino empezar. Es el caso de Quincy Wilson, un nombre hasta ahora desconocido y que se ha convertido en la gran figura del atletismo mundial en las últimas horas.
Un niño imberbe que se ha empeñado en discutir a todos sus mayores y que ha puesto su nombre en todos los titulares después de haber parado el crono de los 400 metros en 44.66 en los Trials de Estados Unidos. Un tiempo que le permite batir el récord del mundo sub-18 que poseía Darrell Robinson… ¡desde 1982!
Para hacernos una idea de lo que ha conseguido este nuevo prodigio adolescente, su tiempo con sólo 16 años está a poco más de un segundo de la mejor marca mundial de la historia, que tiene el sudafricano Van Niekerk, que consiguió parar el reloj en los Juegos de Río en 43,03. O sólo un segundo más que la marca que hizo LaShawn Merritt en los Mundiales de Pekín en 2015.
Watch Quincy Wilson 🇺🇸 destroy the field in the men's 400m heat at the US Olympic Trials in 44.66s!
— Track & Field Gazette (@TrackGazette) June 21, 2024
He is just 16!!!
LET THAT SINK. pic.twitter.com/iiMdQPyv2Y
Un tiempo estratosférico que pone a Wilson a las puertas de sus primeros Juegos. Pero eso es sólo un paso más en el camino hacia el éxito de este adolescente que sabe que ya está jugando en otra liga. "Ahora ya no estoy corriendo en el instituto, ahora corro con los perros grandes", aseguraba el joven de Maryland tras convertirse en tendencia mundial la pasada madrugada.
Su nombre, sin embargo, lleva tiempo sobrevolando entre los gurús del atletismo estadounidense, que han encontrado en Quincy a su nueva joya. Hijo de un jugador de fútbol americano en el equipo universitario de la armada y hermano de Kadence, también corredora en la universidad de Virginia State, Wilson estaba llamado a hacer grandes cosas desde su infancia.
"Ya es uno de los mejores que el deporte haya visto jamás a su edad", aseguraba su entrenador Joe Lee después de que el adolescente cruzase la meta en 45.76, estableciendo un nuevo récord del mundo indoor de la categoría. "Pero puede ser uno de los mejores que el deporte haya visto jamás, independientemente de su edad o nivel".
Lee seguramente sea quien mejor conozca a Wilson junto al propio Quincy. El técnico apunta a un adolescente con una mentalidad 'canibal', voraz a la hora de apuntar a unos objetivos que no tienen límite. "Su superpoder es que, literalmente, no ve ningún límite en sí mismo. No permite que ninguna dificultad dicte el resultado que quiere conseguir", apunta su entrenador.
Para entender el poder de la determinación de Wilson sólo hay que ver lo que fue capaz de hacer hace sólo un mes, cuando paró el crono en 45.17. Lo hizo horas antes de entrar en el hospital por un virus estomacal. Una dolencia que le impidió sonreír tras cruzar la línea de meta como en él es habitual: "Al día siguiente estaba en el hospital", reconocía Wilson, que admite que es su hermana, lesionada, la que le aporta la gasolina emocional para correr.
Ese combustible también es el que le permite hacer frente a las críticas y las dudas que levanta con su edad y con su forma de correr. "Para ser honesto, todo eso me motiva", reconocía hace unos días en una entrevista en el canal de Youtube de Citius Magazine. Es ese tipo de mentalidad de la que se nutren los grandes y que ha hecho que algunas de las mayores estrellas del atletismo mundial como Noah Lyles ya se hayan rendido: "Es ÉL".