La tabla húngara en atletismo: qué es y para qué sirve
El atletismo se compone de diferentes disciplinas que poco tienen que ver entre sí. Sin embargo, hay un método para poder compararlas.
El atletismo se suele englobar como un solo deporte pero, en realidad, consta de diferentes disciplinas que no tiene nada que ver unas con otras. Unas miden la velocidad, otras la resistencia, las hay de fuerza y, también, las que ponderan la capacidad de salto de cada uno de los participantes. Sin embargo, todos ellos son considerados atletas y participan en los mismos meetings. Por ello, el debate era inminente: ¿quién es mejor atleta? Pasa siempre. En boxeo, pese a los diferentes pesos y categorías que existen, siempre se discute sobre quién es el mejor púgil libra por libre. En fútbol, a los porteros se les valora igual que a los jugadores de campo en galardones como el Balón de Oro. Un pívot y un base de la NBA compiten por ser el MVP de la temporada cuando, en muchas ocasiones, la función de uno es pasarle el balón al otro.
Sobre el papel, parece muy complicado ponderar y comparar el mérito que tiene un saltador de altura con el de una corredora de medio fondo. Sin embargo, en 1982 el estadístico Bojidar Spiriev encontró una forma de valorar marcas y logros que, en principio, no tienen nada que ver entre sí.
¿Qué es una tabla húngara?
La tabla húngara es un sistema de puntuación reconocido por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF - desde 2019 conocida como World Athletics) según el cual a cada marca atlética se le asigna un valor numérico determinado. Este valor se basa en datos estadísticos exactos aplicados a una fórmula matemática. Cuanto más alto sea el número resultante, más valor posee la gesta conseguida.
Para entenderlo, nada mejor que un ejemplo. Según la tabla húngara, el récord de los 100 metros lisos en 9.58 segundos de Usain Bolt posee un valor de 1.356 puntos. Si quisiésemos comparar qué vale más, si esta marca del jamaicano o la que logró en los 200 metros lisos, cuando paró el crono en 19.19 segundos, habría que acudir a las tablas y ver qué valor le otorga a dicha hazaña. En este caso concreto, el baremo utilizado por World Athletics le da 1.351 puntos. Por lo tanto, podemos extraer que Bolt fue mejor velocista de 100 metros que de 200 metros, ya que su mejor marca posee un valor más elevado. O lo que es lo mismo, su récord mundial de los 100 es un hito deportivo mayor que su récord de los 200 metros lisos.
Según explica el autor en la introducción a su documento, las tablas son progresivas. Esto es: "la misma mejora de resultados en los niveles superiores conduce a un mayor aumento en las puntuaciones. Por ejemplo, mejorar de 8,30 m a 8,60 m en el salto de longitud es más difícil que mejorar de 6,30 m a 6,60 m". Además, hay que tener en cuenta que se utilizan diferente valores para hombres y para mujeres, al entender que existen diferencias biomecánicas entre unos y otras.
Aunque parezca complejo en su concepción, en la práctica la tabla húngara es un documento de 370 páginas repleto de marcas a las que se les otorga una puntuación. Este documento se va actualizando cada cierto tiempo, según mejora el rendimiento de los atletas o la llegada de mejoras tecnológicas a la competición.
Polémica con las tablas de World Athletics en 2022
La última adaptación tuvo lugar en enero de 2022 con motivo de la irrupción de las llamadas "zapatillas mágicas" con las que se han batido varios récords, especialmente en fondo. La lógica tras las modificación es clara, si ahora es más fácil que nunca bajar el crono gracias a la innovación tecnológica, consistente en una placa de fibra de carbono situada sobre una capa gruesa de espuma en la planta de pie, las nuevas máximas mundiales no han de tener tanto valor como lo tenían antes.
Sin embargo, para muchos los cambios no han seguido un criterio de proporcionalidad entre disciplinas. El ejemplo más claro se da en el medio maratón femenino. Así, el récord mundial de Letesenbet Gidey (62:52 minutos) vale 1.281 puntos según las nuevas tablas de puntuación, 44 puntos menos que en 2017. ¿Qué significa eso? Básicamente, que 62:52 en 2022 vale la misma cantidad de puntos que lo que valía hacer 64:35 en 2017. O lo que es lo mismo, 103 segundos más lento que el récord mundial de Gidey.
Esto podría ser argumentadle. Pero la polémica se incrementa sobre todo porque hay otras disciplinas cuya valoración no ha cambiado. El ejemplo más sangrante es la maratón femenina, que se mantiene en los mismos registros que en 2017 (la anterior modificación). Algo especialmente extraño si tenemos en cuenta que es una prueba en la que las nuevas tecnologías se han notado especialmente. En 2019, Brigid Kosegi, con un tiempo de 2:26:14, consiguió bajar en 81 segundos el récord del mundo, que hasta entonces estaba en poder de Paula Radcliffe. Esta disparidad de criterios hace muchos cuestiones si el uso de la tabla húngara a la hora de establecer, por ejemplo, el ranking de World Athletics es correcto o no.
Utilidad de la tabla húngara
El World Athletics ha adaptado el sistema de medición de Spiriev como su puntuación oficial. Así, esta es utilizada para determinar algunas cuestiones como, por ejemplo, la puntuación de una actuación para las clasificaciones mundiales, establecer el premio al mejor atleta en una competición determinada o elaborar clasificaciones de clubes, de escuelas, etc.
¿Significa esto que el que más puntos tiene, también lidera el ranking de World Athletics? No necesariamente. El sistema de clasificación de la IAAF posee dos patas fundamentales: la puntuación de la marca conseguida por un atleta según las tablas y la posición que han conseguido en las diferentes competiciones oficiales en las que han participado.
No obstante, también además de la puntuación de las tablas, también es cierto que entran en juego otros factores como el clima, especialmente el viento. Por ejemplo, si existe un viento favorable de 4 metros por segundo, se restarán 24 puntos a la cifra conseguida por el deportista (y al contrario, se sumarán 24 puntos si el viento de 4 m/s es de cara). Una velocidad de viento superior hace que el evento sea nulo a efectos de ranking.
Además, como decíamos, la posición en la que termina el atleta también tiene peso en su puntuación de cara a la clasificación. Este baremo también tiene en cuenta el tipo de competición en el que se consigue. Así, conseguir una buena posición en unos Juegos Olímpicos, en la final de la Diamond League o un Mundial de atletismo está mucho más premiado en forma de puntos que hacerlo en otro meeting de menor nivel (por ejemplo, ganar en los JJOO suma 375 puntos, mientras que hacerlo en un Mundial son 200 puntos más).
La suma de la puntuación de la marca conseguida (con los condicionantes ya explicados como el viento), más la puntuación otorgada por plaza es conocida como puntuación de rendimiento, y esta será la utilizada para el ranking de World Athletics. Se trata de una media ponderada de todas los puntuaciones de rendimiento que cada atleta ha conseguido en las diferentes competiciones que ha participado. Para poder ser incluido en el ranking, el deportista debe haber participado en al menos cinco eventos en los últimos 12 meses (tres de ellos en alguna de las pruebas consideradas main event, que son las distancias más tradicionales del atletismo y que, por ejemplo, tienen lugar en unos JJ.OO).
Además, hay que tener en cuenta que si algún atleta consigue un récord mundial durante ese año natural, se sumará a su puntuación un bonus de 20 puntos (10 si lo iguala al récord existente) a su puntuación de rendimiento media.