La última mecha encendida por Ana Peleteiro con TVE tiene varios asteriscos y un golpe de realidad para muchos deportistas

El pasado jueves, la saltadora gallega Ana Peleteiro explotó en redes sociales. No estaba conforme con el trato de RTVE al Europeo de atletismo en pista cubierta y, en concreto, con el hecho de que, en su lugar, se retransmitiera un partido de fútbol femenino en su lugar por Teledeporte. Cualquiera puede entender a Ana Peleteiro porque es normal que cada uno luche por lo suyo, pero sus críticas merecen varios asteriscos… y si se los ponen públicamente periodistas como Paco Caro o Paloma del Río, que siempre se han volcado con los deportes "minoritarios", igual es que se ha equivocado con las formas.
Para empezar, hay una cuestión que me parece muy relevante: usted sabe quién es Ana Peleteiro, ¿verdad? Puede que, si uno sale a la calle a preguntar, no sea el nombre más conocido del país, pero me da la sensación de que, al igual que sucedió con Mireia Belmonte o Lidia Valentín o tantas deportistas excepcionales por su talento y su carisma, Peleteiro está en el ojo público más allá del nicho de su especialidad. En otras palabras, que si hay una polémica por las palabras de Ana Peleteiro es porque la gente sabe quién es Ana Peleteiro y la considera una autoridad.
Ahora, convendría preguntarse por qué es famosa Peleteiro. ¿Lo es porque decenas de miles de personas llenan los estadios de atletismo para las reuniones o los campeonatos? No, no es el caso, o al menos no en España. Peleteiro es famosa porque, ya quedó dicho, es una excelente competidora… y porque esas competiciones se han retransmitido siempre en tiempo y forma. Tal vez no las clasificaciones, pero, desde luego, sí las finales. Se considera la obligación de una televisión pública y se hace cada verano.
Es decir, que Peleteiro debe su fama en gran parte al hecho de que RTVE no abandona los deportes que no tienen tanto público. Por ejemplo, ojo, el fútbol femenino. Saltar así contra el ente público porque su clasificación se emitió en RTVE Play y no en Teledeporte parece un poco excesivo. Al final, no cargas contra Telecinco ni contra Antena 3 ni contra todos los que ignoran el atletismo año tras año tras año. Cargas contra los que sí le hacen caso, pero a ti te parece un caso insuficiente.
Hasta las narices del Barça y del Real Madrid
Entiendo que la batalla que hay detrás de esto no es la de Peleteiro ni la del atletismo ni mucho menos la de un Campeonato de Europa en pista cubierta en sus rondas iniciales. La batalla es la de los deportes de masas contra los deportes de nicho. Me inclino a pensar que si el partido retransmitido no hubiera sido un Real Madrid-Barcelona, no habría habido tanto revuelo. ¿Cómo criticar que se deje de lado el atletismo para priorizar, pongamos, un Madrid CFF- Levante Badalona?
Así que, como se canta en las Copas del Rey de baloncesto, lo que le pasa a Peleteiro es que está hasta las narices del Barça y del Madrid. Y la puedo entender perfectamente porque ambos clubes copan la información deportiva. ¿La de RTVE? No, la del resto de los medios. En la televisión pública se hace lo que se puede para combinarlo todo. Ser "de servicio público" es una definición de doble filo: sí, requiere que se cubran todas las sensibilidades… pero también requiere que se atiendan los gustos mayoritarios. Salvo que se entienda que lo público necesariamente tiene que ser lo que no interesa a la mayoría.
La audiencia del Real Madrid-Barcelona no fue despampanante, pero no estuvo mal. Un 2,2% a esas horas es una cosa bastante aceptable. En cualquier caso, como bien explicó Paloma del Río en Twitter, la razón de que se emitiera en Teledeporte no tuvo que ver con la audiencia, sino con los contratos. La RFEF exige por escrito que sus partidos se emitan en uno de los tres canales de RTVE y no permite que se reserve para internet, lo que, a estas alturas de la vida, es un poco paleto, la verdad, pero bueno. RTVE Play es una plataforma maravillosa y no veo yo el deshonor en que se emita por ahí ningún deporte.
La terca realidad del deporte español
Lo que nos lleva, supongo, al meollo del asunto: ¿Por qué puede imponer la RFEF esas cosas por contrato y no puede World Athletics o la RFEA o a quien corresponda la venta de los derechos televisivos del Europeo de atletismo? Pues porque puede. Punto. Habrá gente a quien le guste y gente a la que no, pero, ay, la realidad es así. El fútbol manda porque la gente ve fútbol y no ve, en la misma medida, otros deportes. El mérito es que esos otros deportes mantengan un espacio y se les reconozca. Con una fidelidad a prueba de balas, diría.
Por eso, los que nos hemos criado viendo mañanas y tardes de agosto los mundiales de atletismo, desde Helsinki 1983 en adelante, vemos esta reacción de Peleteiro con un cierto resquemor. El atletismo siempre ha estado más representado en televisión de lo que lo ha estado su práctica y su seguimiento en las calles y en las pistas. Y está muy bien que así sea, no le pongo ninguna pega, pero no está nadie en condiciones de quejarse.
Y, menos, hay que insistir, quejarse a RTVE, que es la que siempre "está ahí", por usar las palabras de Peleteiro a Carlos Arribas, a quien no se le ocurrió reprochar -ni habría tenido sentido alguno- que El País no abriera su portada con el salto que la clasificó para la final. Dicen que donde hay confianza, da asco, y tal vez ese sea el problema. Que no se valora el esfuerzo de RTVE por emitir competiciones y deportes, con el gasto público que eso supone, que luego ve el 0,5% o el 1% de los espectadores. Y que lo haga en un canal con veinticuatro horas de dedicación absoluta.
Habrá muchos deportistas que crean que "servicio público" es emitir en directo su deporte o su especialidad o directamente su competición, pero me temo que es más complejo que eso. Hace unos diez días, la misma RTVE relegaba a Teledeporte a la selección femenina de fútbol por echar un partido de semifinales de Copa del Rey entre la Real Sociedad y el Real Madrid. ¿Qué querían que hicieran sus responsables? ¿Obviar a sus propios espectadores? Son muchos deportes para un solo canal, con suerte, dos. Y la culpa no es de los que gestionan esos canales. La culpa, de haberla -que yo creo que no la hay- sería precisamente del resto. Haber empezado por ahí si es que había la necesidad de empezar algo.