ATLETISMO

El último anuncio de Los Ángeles 2028 deja hundida a la mina de oro española: "Los jóvenes son los que peor se lo han tomado"

Enfado entre los marchadores españoles tras la eliminación de la tercera prueba de marcha en el programa olímpico de los próximos Juegos Olímpicos.

Prueba de 20 kilómetros marcha en el Europeo de Roma 2024./AFP
Prueba de 20 kilómetros marcha en el Europeo de Roma 2024. AFP
José M. Amorós

José M. Amorós

La noticia de la eliminación del relevo mixto de maratón en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles es un nuevo golpe a la moral y para el futuro de los marchadores. España es una de las grandes canteras internacionales y es raro el gran campeonato, sea de la categoría que sea, donde no se ve marchadores españoles luchando por entrar en el podio. Los jóvenes, cuando destacan a nivel nacional, saben que pueden soñar con grandes conquistas, y por supuesto, también por la más grande: la medalla olímpica. Por ese objetivo, entrenan y se entregan a diario para dar el salto a la élite, incluso dejando sus lugares de residencia para hacer grandes apuestas de futuro en grupos de entrenamiento de primer nivel con sede lejos de su casa, familias y amigos. Noticias como perder una prueba en los Juegos en la disciplina por la que te entrega lo tiran todo por los suelos.

"Los que peor se lo han tomado han sido los menores, los más jóvenes de mi grupo de entrenamiento, los Sub23, con los que estoy día tras día", desvela a Relevo Laura García Caro, diploma olímpico en París, cuarta en el pasado Europeo y miembro del grupo de José Antonio Quintana en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. "Imagínate, ellos no han ido a ninguna edición de los Juegos Olímpicos y, si para mí ya es una faena y es una putada, para los que vienen de categorías menores con ganas de ir a sus primeros Juegos Olímpicos, pues que le quitan pruebas...".

Es cierto que la marcha continúa en el calendario de los Juegos con una prueba individual por sexo, pero esta primera supresión despierta el miedo generalizado de que estos movimientos solo sean el principio y, tras la cita de Los Ángeles, sea la disciplina completa la que salga del programa olímpico. "Si tuviera que darle un consejo a un joven que quiera empezar a hacer deporte, sería que no hiciera marcha", cuenta a este medio una persona del seno del atletismo. A lo que García Caro, en silencio y dolida por cada una de esas palabras, solo puede expresar que "da mucha pena esa recomendación": "Los menores, juniors y Sub23, que ven el panorama, imagínate con qué motivación van a entrenar".

Una situación que los 'mayores' intentan suavizar e intentando calmar la rabia: "Esta mañana le decía a las más pequeñas que piensen también en los Europeos, en los Mundiales, que también son oportunidades. Necesitamos también objetivo más a medio plazo y no podemos estar pensando en cada cuatro años. Ellos también tienen que buscar la manera de motivarse y todos tenemos que buscarla para seguir adelante".

Quien también se ha querido pronunciar ha sido la que será, hasta ahora, la única campeona olímpica del relevo mixto junto a Álvaro Martín, María Pérez. "Estamos siendo testigos de cómo nuestra disciplina se va, poco a poco, relegando y apartando", ha señalado en un comunicado publicado en su cuenta de Instagram y TikTok. "Esta decisión es una falta de respeto hacia mis compañeros, las nuevas generaciones y todos los entrenadores. Yo solo pido que no se juegue más con el futuro de los deportistas, que se respeten nuestros sueños, nuestro trabajo y que se honren los valores olímpicos reales". Un enfado que también ha mostrado una de las grandes promesas de la disciplina a nivel internacional, Paul McGrath, que señalaba nada más conocer la noticia que "a este paso solo habrá pruebas olímpicas que duren 60" y se puedan ver enteras en TikTok" por la recurrida excusa de la duración que persigue a la especialidad para decretar su muerte en grandes eventos.

La marcha lleva varios años intentando renovarse, gustar y colmar las exigencias de los dirigentes de los altos organismos. Primero, adaptándose sin rechistar a un sinfín de cambios que han provocado más variaciones en apenas cuatro años que en más de medio siglo: ajustando entrenamientos de las pruebas largas de 50 kilómetros a la 35 — que va a ser abolida después del próximo Mundial de Tokio sin llegar a ser nunca distancia olímpica —, de ahí a la extinta prueba mixta de relevos que forzaba a tener una velocidad poco común para estos fondistas en postas de 10 kilómetros, y ahora con nuevos ajustes de distancias, a partir de octubre, donde los 20 kilómetros pasan a ser media maratón [21.0975m] y la distancia larga pasará de los 35 a una maratón de 42,195 metros.

"Ni mi familia sabe en qué voy a competir"

Laura García Caro

"Cada año estamos teniendo distancias distintas, o sea, es que ya ni mi familia sabe en qué voy a competir. Si lo miráis, nada cambió en 67 años y ahora cada año tenemos un calendario distinto. Sentimos que se ríen de nosotros, de verdad. Ni siquiera entre ellos son capaces de tener una única opinión y ponerse de acuerdo para que nuestro calendario de competición sea siempre el mismo, que de un año a otro nos puedan servir las mínimas. Si este año hago el 35, no me vale para nada. Sí, es una prueba en el Mundial, pero al final en unas distancias tan largas tiene mucho sentido que una competición te valga para el año que viene porque son pruebas muy duras que preparas con mucho tiempo para hacer una. O el año preolímpico de Los Ángeles, eres campeón del mundo en maratón y luego llegan los Juegos y no está esa prueba. Es decir, me adapto a la resistencia delos 42 kilómetros, pero no me sirve de nada".

Además, la disciplina y su entorno llevan años trabajando en un moderno sistema de chips para buscar la justicia en las competiciones. El ojo humano, además de estar solo en un sitio fijo, a veces es incapaz de evaluar la correcta forma de marchar y esto también ha sido señalado como excusa para desprestigiar a la marcha. Uno de estos métodos, desarrollado en España, está cerca de ver la luz y podría ser un acicate apostar. Pero, a pesar de todos los esfuerzos, el resultado es inapelable: terminar perdiendo la tercera prueba olímpica y asomarse al abismo de quedarse a no mucho tardar.

"Ni siquiera sabíamos que en esta fecha se iba a publicar nuestro calendario olímpico"

Laura García Caro

Además, hay un detalle que cabrea mucho más: la falta de comunicación. Muchos deportistas, entre ellos varios marchadores, han confesado que recibieron la primera noticia de la desaparición de la tercera prueba leyendo Relevo. "Me enteré por vosotros", también confiesa García Caro. "De verdad, nos enteramos por artículos, por tuits, y ni siquiera sabíamos que en esta fecha se iba a publicar nuestro calendario olímpico o que este mes nos iban a decir algo. Antes de París, tuvimos que esperar a solo un año antes para saber cómo era la prueba mixta, que es muy poco tiempo. Y ahora, de repente, dicen esto. Ellos están pensando en ellos y en lo que les interesa, y no están mirando ni por nosotros ni por el futuro de la marcha, por supuesto".

Por su parte, María Pérez alza la voz y pide de manera elegante la unión de los atletas, de todos, más allá de la marcha porque no descarta que esta criba pueda también a tocar a otros que hoy se ven intocables: "Hoy es el relevo mixto de marcha... ¿y mañana? ¿quitarán los concursos del atletismo como ha ocurrido recientemente en innovadoras competiciones [Grand Slam Track, impulsado por Michael Johnson]".

Aun así, los marchadores parecen ser una especie de ente sufridor agarrado a que todo terminará saliendo bien y García Caro se muestra esperanzada a que todo pueda mejorar en Brisbane 2032. "Tengo más esperanza allí porque los australianos acaban de ganar dos medallas en París [Jemima Montag, en 20 kilómetros, y el relevo mixto]. La marcha está creciendo muchísimo en Australia, tienen mucha historia, y creo la sede que organiza los Juegos Olímpicos hace mucho para tener deportistas que destaquen y poder tener opciones de medallas. En Estados Unidos, la marcha nunca ha sido potencia, ni han tenido ningún interés". Más negativa zanja María Pérez, que afirma que "cuando se quita una prueba, es un paso atrás y luego cuesta mucho volver a recuperarla".