EUROPEO DE ATLETISMO

A 9.000 kilómetros y sin imagen de televisión: así vivió la familia de Jordan Díaz el salto de oro de su hijo

El nuevo campeón europeo de triple salto lleva sin ver a su familia en persona desde que desertó del equipo cubano de atletismo en 2022.

Jordan Díaz posa con la bandera de España tras ganar el oro europeo en triple salto./REUTERS
Jordan Díaz posa con la bandera de España tras ganar el oro europeo en triple salto. REUTERS
José M. Amorós

José M. Amorós

Roma-. "Mi móvil lo tiene mi entrenador y en cuanto me lo devuelva, llamaré a mis padres. Es lo primero que voy a hacer". Inquieto tras sus históricos 18.18 metros, el tercer mejor salto de la historia del triple salto, Jordan Díaz solo tenía un objetivo claro nada más salir del tartán: encontrar a Iván Pedroso para que le devolviera el teléfono y poder llamar a la casa de los Díaz Fortún. "Tengo que llamarlos para saber qué tal están", le repetía el nuevo oro europeo a Paloma Monreal, la responsable de comunicación de la federación española de atletismo, por los pasillos del Estadio Olímpico.

Jordan Díaz, en los pasillos del Stadio Olimpico.RFEA

El joven de 23 años, que este martes debutaba con España en la final de un gran campeonato, tiene por costumbre hablar con ellos tras finalizar sus pruebas. "Siempre que termino de competir son las primeras personas a las que llamo; haya salido bien o mal, siempre los llamo", afirmaba en una entrevista con Relevo hace tan solo unas semanas. Tras la final, por culpa del protocolo y los compromisos que sufren los que terminan colgándose la medalla más preciada al cuello, la llamada para compartir la euforia y saber cómo lo han vivido ha tenido que esperar.

En La Habana, a 9.000 kilómetros de Roma, vive toda su familia, a la que Jordan no puede abrazar desde que a mediados del mes de julio de 2022 decidió desertar de una concentración del equipo cubano de atletismo en busca de mejorar su vida deportiva y personal. "Es muy complicado dejar tu vida, tu familia, todo lo que has vivido para irte a mejorar tu vida, es un poco triste. '¿Quién no quisiese representar a su país de nacimiento?' El deporte para mí lo es todo y cuando ves que no tienes futuro... el deporte es muy corto y hay que aprovecharlo al máximo", nos explicaba en aquella conversación para entender por qué terminan saliendo tantos atletas de la isla con dirección Europa.

En Roma, el público se echó las manos a la cabeza viviendo en directo el show de Jordan y en España se vivió con los saltos en falso directo y grabados. Peor fue vivirlo desde la capital de Cuba, donde era imposible ver la gran final del Europeo por televisión y los miembros de la familia se han tenido que conformar con seguirlo, con muchos nervios, "a través de las publicaciones en redes sociales" como desvela el padre de Jordan a Relevo ya en la madrugada europea.

Al otro lado del teléfono, nos encontramos un papá radiante que vive lejos de los focos de la estrella que hoy ocupa todas las conversaciones del atletismo continental y que nos señala que "no puede estar más orgulloso" de lo que ha conseguido su 'pequeño' gran campeón. Porque el marcón, nuevo récord nacional y a solo once del récord mundial de Jonathan Edwards desde 1995, ha dejado boquiabiertos a todos y también al otro lado del Atlántico a quien mejor le conoce: "Sabía que estaba para hacerlo [una marca de ese nivel], pero no pensaba que tanto", nos admite.

Con el mágico cuarto salto y su publicación en las redes sociales, confiesan que la casa donde se crió Jordan explotó de alegría y celebración, pero sobre todo despertó un deseo que se traducía en un mensaje de corazón para el futuro: "Espero que dé muchos más triunfos al país que lo acogió como un hijo". El atletismo español lo disfrutará y su familia, por muy lejos que esté — aunque esperan un reencuentro pronto — también saltarán de alegría como lo hicieron ya en el día de su debut miles y miles de españoles.

Ah, por cierto, Jordan recuperó su teléfono y habló con sus padres de una hazaña para el recuerdo que tendrá su siguiente capítulo en solo unas semanas en los Juegos Olímpicos de París.