Otra corona para 'el plan de Ibon': ¡Unicaja Málaga conquista la Basketball Champions League!

Dicen que las primeras veces nunca se olvidan. Pero si, además, esta se da en una temporada en la que en la otra competición, la Liga Endesa, incluso lideras -o peleas por el liderato a falta de jugar el miércoles-, todo coge un matiz aún más especial. Como lo es la unión que hay en el vestuario, con el staff, con el entrenador y con esa afición que, a capela, como siempre, cantaba su himno llena de orgullo en el último tiempo muerto del partido. Y no es para menos. Porque Unicaja se ha proclamado, por primera vez, campeón de la Basketball Champions League (75-80).

Un título que han logrado gracias a la excelsa pizarra de Ibon Navarro, esa que ha logrado que la mejor defensa de la competición se imponga al mejor ataque. El de un Lenovo Tenerife que peleó hasta el final, que se reenganchó al partido tras el descanso y estuvo luchando hasta el último segundo... pero que no pudo frenar el plan malagueño. Ese que ya hace algo más de un año volvió a ganarle la partida en otra final, esta vez de la Copa del Rey, y que, de nuevo, ha vuelto a llevarse la corona.

Es absolutamente imposible no rendirse ante este Unicaja. Porque gane o pierda te brinda un baloncesto maravilloso. Si quieres buscar un líder, ese jugador que se erige por encima del resto, no lo encuentras. Al menos, no sobre el parqué. Porque lo que ha trabajado Ibon Navarro es que la mayor fortaleza de su equipo sea precisamente eso: el equipo. Que si en la primera parte eran Kalinoski y Kravish los que lideraban al conjunto malagueño, en la segunda primero empezó tirando Nihad Dedovic del carro a base de triples, luego cogió el testigo Tyson Carter, luego Kendrick Perry... y así, sucesivamente. Porque eso lo que hace es confundir totalmente al rival, evitar que pueda centrar su defensa sobre un jugador porque nunca sabes cuál va a ser el que sorprenda. Tercer título europeo (una Copa Korac, una Eurocup y, ahora, una BCL) para el equipo malagueño.

Ejemplo, leyenda... Si me pusiera a enumerar calificativos para Marcelinho Huertas me quedaría sin espacio. Más que nada porque es imposible que haya suficientes para describir al MVP de la BCL. Porque lo suyo hace ya tiempo que dejó de tener nombre. Hay jugadores que estiran su carrera, muchas veces por el temor de sentir ese vacío al retirarse. Pero es que en el caso de Marcelinho Huertas no es que la esté estirando, es que juega como si acabara de llegar, como si por físico fuera un jugador joven y no estuviera a las puertas de los 41 años. Porque lo suyo no es algo testimonial. Es un eje de su equipo. Es la inteligencia para leer el juego, el trabajo incansable en ataque, para aportar mediante puntos o asistencias, o en el rebote para dotar a los suyos de segundas oportunidades. Si hay que coronar a un rey, ese es él. Un jugador de una clase extrema, una calidad incalculable y que, por contra, el día que él quiera decidir que se retira dejará un vacío imposible de llenar.

Ha sido una de las jugadas, sin duda, de la Final Four de Belgrado. Por la forma de levantarse ante un jugador más grande que él, como es Tim Abromaitis, y la forma de matar ese balón para poner el 21-26 en el marcador. Sin duda alguna, el mate de Tyson Carter es mi fondo de pantalla. Por lo espectacular que ha sido y por el partido que ha hecho el base estadounidense, porque la realidad es que en el tercer cuarto ha recogido el testigo de Nihad Dedovic en ataque para mantener la ventaja en el marcador.

Si Marcelinho Huertas es el faro, los dos buques insignia de Lenovo Tenerife, como han demostrado ante Unicaja, son Kyle Guy y Gio Shermadini. El primero, referente en ataque al que todo el equipo busca por su muñeca, pero que, además, este domingo también ha mostrado su generosidad a base de asistencias. El segundo, referente en la pintura, ese al que buscar para que pelee bajo aro tanto en busca de puntos como de segundas oportunidades con el rebote. Por eso, mi whatsapp iría para ellos, por el trabajazo que nos han brindado y todo lo que hacen a través de la pizarra de Txus Vidorreta.

Bienvenidos a la locura... Pero, ¡bendita locura! Porque lo que hace Kendrick Perry es absolutamente loquísimo. Y eso es lo que hace que casi nunca sepas por dónde te puede salir. En esta final de la Basketball Champions League ha aparecido, sobre todo en la recta final, cuando más falta hacía para mantener la ventaja en el marcador y el tipo ante el paso al frente de Lenovo Tenerife. Y eso es digno de admirar.