Andrea Vilaró tira de veteranía en el Perfumerías Avenida en busca de un nuevo título: "Hace unos años con 30 estabas en la flor y ahora hay gente joven que viene sobradamente preparada"
La alero catalana cuenta en Relevo cómo ha vivido el cambio generacional en el basket nacional y cómo afronta el equipo salmantino la Copa de la Reina.

Dicen que no hay tope de edad para cumplir un sueño y lo cierto es que Andrea Vilaró (Barcelona, 1993) es un gran ejemplo de ello. Con los 30 logró vivir lo que para muchos deportistas es su gran meta profesional: disputar unos Juegos Olímpicos. Y lo cierto es que esto precisamente lo ha hecho tras un bagaje que ya quisieran muchos deportistas profesionales. Porque la experiencia que tiene la veterana jugadora del Perfumerías Avenida no es baladí. De ahí que incluso en las últimas Ventanas FIBA le tocara ejercer de "escudera" de Maite Cazorla y tratar de guiar a las más jóvenes. Algo en lo que, además, tiene experiencia esta temporada porque es un poco el rol que, junto a la capitana Silvia Domínguez, también le toca ejercer dentro del vestuario.
Y de todo ello, de su trayectoria, de cómo afronta el equipo salmantino esta nueva edición de la Copa de la Reina en la que, por cierto, ya es todo un habitual, ha hablado en una videollamada con Relevo.
Ya es una tradición ver a Perfumerías Avenida en la Copa de la Reina, pero ¿cómo la afrontáis este año tras dos ediciones en las que el título se terminó escapando?
Con toda la ilusión del mundo. Al final sí que es verdad que en estos últimos años Avenida ha podido levantar más de una, dos, tres copas, pero bueno, somos conscientes de la dificultad que tiene cada vez más el hecho de ganar un título. Por eso mismo vamos con la máxima ilusión de competir bien, de llegar a al final y de, por qué no, intentar levantar el título, sabiendo que va a ser una Copa supercomplicada y que cada vez más hay más equipos que pueden competirte.
¿Qué tiene de especial este torneo?
Creo que lo que hace que sea un torneo especial es porque hay muchísimos aficionados que se juntan. Evidentemente estamos supercontentas de que Salamanca siempre mueve alrededor de unos 500 aficionados y eso nos hace sentir profundamente orgullosas, pero es un torneo especial por la comunión entre aficiones. Siempre digo que en las Copas siempre pasan cosas porque al final es un torneo de knockout y si pierdes te vas a casa, entonces, bueno, creo que eso es lo que lo hace más especial. Al final todos los equipos tengo la sensación de que tienen su oportunidad de hacer algo grande en el torneo.
Habéis hablado este año que en ocasiones os ha faltado mantener la solidez, ¿cómo de importante es este factor en un torneo como este?
Muchísimo. Eso lo dije hace no mucho y el otro día nos volvió a pasar contra Lugo, que no somos capaces a veces de sacar el partido adelante. Entonces, en un torneo como este, el intentar llegar lo mejor mentalmente, pero también a nivel de confianza en uno mismo y en el equipo. Hay que intentar llegar al máximo y, sobre todo, porque pueden suceder mil cosas dentro de un mismo partido, entonces tienes que estar preparada para todo tipo de escenarios. Ojalá el equipo pueda en ese sentido ser sólido y ser consistente, porque eso nos ha demostrado que cuando hemos conseguido hacerlo durante 40 minutos, somos capaces de ganar a cualquier equipo de la liga.
¿Qué tiene que mejorar el equipo más allá de la solidez?
Creo principalmente que la consistencia es lo que nos está faltando. Sí que es verdad que a nivel defensivo durante muchísimos partidos hacemos muchas cosas bien, creo que somos la segunda o tercera mejor defensa o lo hemos sido hasta hace poco, entonces eso te dice que funciona, pero sí que es verdad que muchas veces tenemos esos puntos de desconexión. Creo que estamos corriendo muy bien la pista, y ahí algo que tenemos que seguir mejorando es el balance de que a veces nos falla un pelín y son cosas que si corres bien la pista para adelante, tienes que corren bien para atrás también. Entonces eso, cerrar el rebote, los unos contra unos… Al final no son grandes cosas, pero son cosas básicas que te permiten llegar a competir. Yo tuve un entrenador que era siempre muy puñetero con los básicos que es uno contra uno, rebote, agresividad, etcétera, y que me he dado cuenta de que son los que te hacen ser diferencial en un equipo profesional.
¿Te toca mucho como veterana dar este tipo de consejos dentro del vestuario?
Bueno, la capitana es Silvia (Domínguez) y al final por años de experiencia en el club, tanto ella, como Laura, como yo, intentamos no inculcar, pero sí enseñar lo que es Perfumerías Avenida y lo que es Salamanca, lo que se supone que tenemos que hacer, que al final es competir, es intentar estar en todas las finales y ganar los títulos. Sé que es un momento especial y que todo el mundo vivirá la Copa con nervios, pero intentaremos conducir al equipo, dentro de los nervios que haya, por el camino de la tranquilidad para poder hacer el plan de partido lo mejor posible.
Ese rol también te tocó en las Ventanas con la Selección. ¿Cómo vives desde dentro ese cambio generacional que ya se está dando en España? Algo que, por ejemplo, en Avenida también estás viviendo esta temporada tras la llegada de Iyana Martín.
En la última Ventana la capitana era Maite (Cazorla) y yo me vi ahí un poco de escudera porque me encontré con que era la segunda con más nacionalidades, entonces fue un poco chocante porque tampoco tengo tantas. Es verdad que ahora parece que tienes 31 años y que ya eres mayor, pero antes, hace tres o cuatro años, entre los 29 y los 32 estabas en la flor de la vida, así que todo es cuestión de perspectiva. Sí que es verdad que sabemos que viene gente sobradamente preparada, que seguramente en los próximos años nos va a dar muchas alegrías como Raquel Carrera, que ya nos las está dando, Helena Pueyo, Iyana, Awa Fam… Hay muchísimas que vienen con la moto encendida y al 100%, pero intentamos tratar a la gente joven de forma que vivan estas experiencias de las Ventanas y de la Copa con total naturalidad porque al final es cuando mejor se expresan. Pero sí que es verdad que intentamos ser un pelín más consejeras de cómo se compite, cómo hay que actuar según los partidos que te vienen… Pero tampoco mucho porque casi todas vienen sobradas. Cuando era más pequeña siempre decían: esta es una caradura, y ellas vienen ya un poquito así, un poco sin vergüenza (ríe).
Al hilo de lo que dices de cuando eras más pequeña, ¿cómo has visto tú tu evolución en estos años? ¿Qué ha cambiado de esa Andrea Vilaró a la de ahora?
Lo sigo intentando vivir de una manera ilusionante. Al final recuerdo mi primera Copa en Zamora, que jugaba yo en el Zamarat y la vivimos como locales y fue una experiencia impresionante. Pero igual que la pasada en Huelva. Sí que es verdad que los años te dan ese punto de tranquilidad, entre comillas, pero bueno, intento que esa niña que debutó con 18 años en Liga Femenina, que esa ilusión, esas ganas, ese sentimiento de estar orgullosa y agradecida del camino recorrido, no se pierda. Creo que eso es muy importante, que intento ser yo y no perder la esencia y aunque hayan pasado muchas temporadas, muchos entrenamientos, muchos partidos… siempre llegan estos momentos donde el gusanillo sigue estando. Eso es lo que cogería de cuando tenía 18 años que me enorgullece que a los 31 lo siga teniendo.
Precisamente esa ilusión está muy ligada a la mentalidad, al hecho de disfrutar de algo que a día de hoy se ha convertido en tu trabajo, pero ¿cómo de difícil es a veces mantener ese equilibrio?
Está siempre ahí un poco la balanza. Mucha gente te dice: es lo que tú has decidido, es tu hobby, tu pasión… Y sí, es mi pasión, pero también es mi trabajo. Entonces muchas veces esa balanza cuesta y creo que es muy importante intentar que tu cabeza no sea tu peor enemigo. Después de muchos años, sé que durante la temporada pasan muchísimas cosas, como todas las personas tenemos momentos mejores y peores y lo que he aprendido es intentar relativizar un poco, porque antes sí que era mucho más emocional. ahora lo sigo siendo, pero he intentado aprender de cada situación. Intento no actuar siempre de la misma manera y controlar lo que puedo controlar que en este caso es hacer mis rutinas, mi trabajo, venir, entrenar lo mejor posible, volver a casa, descansar, etcétera y eso me da también esa paz mental para que luego durante la temporada podamos afrontar los momentos importantes de la mejor manera posible. Creo que lo que más me han enseñado estos años es que el peor enemigo eres tú, no hay nadie más que tú, entonces controlar un poco ese demonio interior que puedes tener, intentar tenerlo educado.
¿Qué consejo le darías a esas niñas pequeñas que de mayor sueñan con ser Andrea Vilaró?
Primero que disfruten, que se lo pasen bien, que compartan tiempo con los amigos, con las amigas, jugando a lo que les gusta, si en este caso es el baloncesto, pues genial, porque será estupendo. Pero si llega algún momento que es otro tipo de deporte, o no sé, de la música, o ser actriz, pues que lo disfruten, que al final la vida adolescente es muy corta, y ojalá pudiese yo volver a esa niña, pero bueno, creo que con trabajo, con ilusión, con que se dediquen a ello, pues seguro que lo van a disfrutar, y eso les dará la posibilidad de llegar a lo más alto que puedan, y si es a primera división será estupendo, pero si es en primera regional también será estupendo, porque lo habrán dado todo. Al final mirarnos al espejo de estas jugadoras, yo en mi época me fijaba en Marta Xargay, en Silvia, en Alba Torrens, y eran jugadoras que era como inalcanzable, pero poquito a poco vas haciendo tu camino, pues también les diría eso: que vayan haciendo poco a poco su camino y que el futuro dirá.