OPINIÓN

La Copa del Valencia Basket y una triple corona única para que apuesten los demás

Valencia Basket celebra la Copa de la Reina en Huelva. /FEB/ALBERTO NEVADO
Valencia Basket celebra la Copa de la Reina en Huelva. FEB/ALBERTO NEVADO

Mucho más que una Copa. Lo que ha conseguido Valencia Basket en Huelva este pasado fin de semana ha sido una consagración. La de ese proyecto que hace una década decidió recoger el testigo del extinto Ros Casares o del mítico Dorna Godella, que en su día fueron tan laureados en la élite del baloncesto femenino. Porque la apuesta por el baloncesto femenino -esa que parece que todavía se resiste en grandes clubes- que hizo el club taronja ha tenido sus frutos. Por ser uno de los pocos clubes en España con dos equipos en la élite. Por haber hecho de la taronja una cantera, en masculino y femenino, cada vez más referente a nivel nacional. Y por haberse convertido en el único club español que ostenta la triple corona en sus dos secciones. El único que al menos una vez ha ganado Liga, Copa y Supercopa tanto en masculino como en femenino. Y aunque la memoria suele ser corta, no hay que echar muchos años la vista atrás para recordar cómo nació la sección que ha hecho a Valencia Basket lucir un palmarés sin igual en España.

Lo de Valencia y el baloncesto femenino era un idilio que finalmente acababa roto. Una relación de esas que ninguna de las partes quería que acabase, pero que al final acababa rompiéndose por cuestiones ajenas al amor. Primero, por ese exilio a Getafe en 1996 de aquel Dorna Godella, que tras hacerse grande en los 90 y ganar dos Copas de Europa, entre otros títulos nacionales, puso el germen y los cimientos de la historia baloncestística femenina valenciana. Y después, por esa abrupta despedida del Ros Casares, el que recogió en su día el testigo de lo que había sido el Godella, tras alzarse campeón de Europa en 2012 y cuya gestión económica había sido por encima de sus posibilidades quedando sólo una cantera que dos años después se tiñó de taronja.

En septiembre de 2014, Valencia Basket, bajo el mecenazgo del empresario Juan Roig, incluyó esos equipos de formación femenina que hasta entonces habían competido bajo la marca de Ros Casares y un primer equipo sénior, entonces no profesional, con un objetivo: llegar a la élite. Eso sí, a través de la meritocracia deportiva, porque pese a que a nivel económico hubieran podido asumir la compra de una plaza, la idea era clara: los ascensos se ganaban sobre el parqué. Y así fue.

En 2016, una canasta sobre la bocina de Begoña Pallardó les dio el ascenso a Liga Femenina 2 y entonces se dio un impulso económico con el fin de que el equipo llegase, a corto plazo, a la élite a través de la llegada de Esteban Albert, director deportivo del primer equipo femenino y coordinador de la sección femenina de L'Alquería, y de Rubén Burgos como técnico. Dos hombres 'de la casa' que conocían bien el baloncesto valenciano. Pero en baloncesto en general, masculino y femenino, porque al final uno se termina por retroalimentar del otro.

Albert había sido ayudante en ese Dorna campeón del mítico Miki Vukovic -quien, por cierto, también levantó como técnico la única Copa del Rey de baloncesto que tiene hasta hoy Valencia Basket- y haber llegado a levantar dos Copas de la Reina y una Liga con el Ros Casares; Burgos había sido jugador del club taronja, precisamente bajo las órdenes del maestro yugoslavo. Sólo dos años después de aquello, Valencia Basket quedaba primero en la fase regular y ganaba el playoff que le dio el ascenso a la élite. Y a partir de ahí, mientras había quienes miraban con cierto recelo el proyecto, todo fue crecer.

Valencia Basket levanta la Eurocup Women.  FIBA
Valencia Basket levanta la Eurocup Women. FIBA

En su primer año en Liga Femenina, logró cerrar la temporada entre los cinco primeros. Y cuando todavía no había cumplido ni tres en la élite, se alzó con su primera Eurocup Women, siendo el primer equipo español en ganar este título. Si por entonces Valencia Basket ya contaba con grandes nombres, que a día de hoy siguen cosechando éxitos con el club -Queralt Casas, Raquel Carrera, Leti Romero o Cristina Ouviña, por ejemplo-, aquello fue un escaparate aún mayor a nivel internacional.

Sobre todo cuando tras aquel verano levantó también la Supercopa de Europa ante el por entonces Ekaterimburgo de una Alba Torrens que ahora, vestida de naranja, ha logrado el único título español que le faltaba. Eso sí, sólo había un pero: todavía no había logrado ganar ningún título nacional.

Valencia Basket levanta la Liga Femenina Endesa.  VALENCIA BASKET
Valencia Basket levanta la Liga Femenina Endesa. VALENCIA BASKET

Hubo que esperar hasta el pasado 2023, después de varios intentos rozándolo, para encontrar el primer título español de Valencia Basket en femenino: la Liga. Pero ese sólo era el inicio. Porque de seguido, el equipo de Rubén Burgos ganó las siguientes dos finales que jugó: primero, la Supercopa de España; después, esa Copa de la Reina que ha terminado por coronar al club.

"Estamos muy contentas y muy agradecidas a mucha gente. Primero a Juan Roig que ha venido a apoyarnos y él hace posible todo esto con su mecenazgo, porque gracias a su aportación podemos hacer felices a mucha gente. Creo que tenemos mucha gente detrás y a ellos nos debemos. Esto es trabajo de muchos: es el equipo, que son las jugadoras, es el staff y todo el personal del club. Nos lo ponen muy fácil para que podamos darlo todo en la pista", dijo Rubén Burgos tras levantar este domingo lo que ya es más que una Copa y la que vivió in situ, precisamente, Roig. Quien sólo tres horas después hacía lo propio para estar en la Fonteta y arropar al masculino en Liga Endesa. Y quien demostró que si se quiere, se puede apostar bien por ello.

Juan Roig saluda a Alba Torrens en Huelva tras ganar la Copa.  FEB
Juan Roig saluda a Alba Torrens en Huelva tras ganar la Copa. FEB

Porque esos tres títulos femeninos en sólo un año -Liga, Supercopa y Copa- se unen a la mítica Copa de 1998 y a la Liga y la Supercopa de 2017 de la sección masculina, formando así la triple corona de ellos y de ellas. Un hito con el que confirman que si un club masculino apuesta por el baloncesto femenino también funciona si se trata con el respeto que merece.