FINAL COPA DE LA REINA | VALENCIA BASKET - CASADEMONT ZARAGOZA

Cristina Ouviña y Mariona Ortiz, la mirada en el espejo de dos bases que buscan la corona y la Copa

La final de la Copa de la Reina entre Valencia Basket y Casademont Zaragoza deja un duelo en la dirección de juego entre dos jugadoras que aspiran a estar en los Juegos de París.

Cristina Ouviña tira a canasta tras ganar la posición a Mariona Ortiz en un enfrentamiento anterior. /CASADEMONT ZARAGOZA
Cristina Ouviña tira a canasta tras ganar la posición a Mariona Ortiz en un enfrentamiento anterior. CASADEMONT ZARAGOZA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

La ilusión de ganar su primera Copa de la Reina, por un lado. La emoción de consagrar un proyecto revalidando el título, por otro. Las ganas -compartidas- de devolver a la afición y a sus clubes el apoyo. El honrar a dos pilares -Raquel Carrera y Helena Oma- a las que las lesiones le han arrebatado la oportunidad de pelear por el trofeo. Si nos paramos a analizar lo que será esta final de la Copa de la Reina de Huelva 2024 entre Valencia Basket y Casademont Zaragoza, lo cierto es que se encuentran mil paralelismos entre ambos equipos.

Dos entidades cuyos proyectos han ido creciendo con el paso del tiempo hasta asentarse en la élite y cuya dirección de juego corre a cargo de dos jugadoras que, en cierto modo, podrían ser espejo la una de la otra. Porque si Cristina Ouviña tiene una carrera y palmarés envidiable y se ha consagrado como base de la Selección, Mariona Ortiz, cuya explosión ha llegado algo más tardía, debutó sólo hace unos meses con la camiseta de España, pero tiene el título que a la jugadora taronja le falta en su palmarés: la Copa de la Reina.

"La Copa es superespecial, todo el mundo la quiere. Es un trofeo superbonito", reconocía a Relevo justo antes de empezar el torneo una Cristina Ouviña que, junto a Leti Romero, es la manejadora del equipo taronja. Y es que en el caso de la base taronja, la Copa es la cuenta pendiente de su palmarés.

Ouviña es la ejecutora por excelencia de la pizarra de Rubén Burgos, un plan en el que la defensa se convierte en clave y la subida rápida del balón, también. Algo que se verá también este domingo en la gran final de Copa ante un equipo ante el que tendrán que volver a rehacerse para suplir la baja de Raquel Carrera. Porque si algo ha dejado claro Casademont Zaragoza es que lo de la defensa también es su punto fuerte.

Eso sí, todo bajo la batuta de Mariona Ortiz, quien en 2022 estuvo a punto de decir adiós al baloncesto por culpa de una depresión. "Antes de firmar en Zaragoza, el año de Estudiantes, estaba muy mal, en depresión. Muy mal de decir: yo no quiero seguir en esto porque el balance de lo positivo y lo negativo es que no me salía positivo para nada", reconoció la jugadora del equipo maño hace unos meses a Relevo. Algo que finalmente no ocurrió y de lo que se repuso hasta liderar a un Casademont Zaragoza con el que alzó su primera Copa... Y con el que quiere volver a levantar la segunda.

Si bien, lo que puede ser una rivalidad copera, también podría serlo de cara a la Selección, porque los Juegos están a la vuelta de la esquina y el puesto de base está más cotizado que nunca. "Cada vez que me llaman con la Selección siento la suerte que tengo de que sigan contando conmigo para estar porque entrar en un grupo de 12 jugadoras y más en la posición de base que sólo hay que ver cómo está la liga y el nivel de las bases, es muy difícil", reconocía Ouviña a Relevo. Y es que dado el nivel que está mostrando Ortiz, la lucha por ganarse la plaza de cara a París también está en juego y liderar a las suyas hacia el título hace ganar enteros.

Por eso, la final de la Copa de la Reina, que se vivirá a partir de las 12:30 horas, no dejará a nadie indiferente. Será la sexta vez que ambos se midan esta temporada -uno en la final de la Supercopa que se tiñó de naranja, dos en Liga y dos en Euroliga-, de los que es Valencia Basket quien ostenta un mejor balance (3-2), por lo que se espera un partido de altos vuelos entre dos equipos marcados por una gran defensa y por dos manejadoras que aspiran a todo.